En el cuarto episodio de ‘Dune: La profecía’ fuimos testigos de una revelación impactante: la hermana Theo tiene la capacidad de cambiar de forma, un poder que la conecta con una figura clave de la mitología de ‘Dune’: los seres conocidos como Danzarines Rostro. Este descubrimiento no solo agrega una nueva capa de complejidad a la trama, sino que también plantea preguntas cruciales sobre el papel de Theo y el verdadero alcance de las intrigas de la Hermandad.
En este episodio, Theo sorprende al transformarse en Griffin, el hermano fallecido de Valya Harkonnen, lo que sugiere que podría ser una Danzarina Rostro, una creación de la misteriosa Bene Tleilax. Esta habilidad la convierte en una herramienta clave para Valya, quien busca restaurar la gloria de la Casa Harkonnen y consolidar el poder de la Hermandad en el Imperio. Sin embargo, Theo ve su capacidad como una maldición, lo que introduce un conflicto interno que podría definir su arco narrativo.
Desde el inicio de la serie, Theo ha sido presentada como una de las mejores alumnas de la Hermandad. Sin embargo, su verdadera razón para acompañar a Valya a reuniones estratégicas se revela al descubrirse su habilidad para asumir otras identidades. La transformación en Griffin no solo calma a Valya, quien carga con la culpa de la muerte de su hermano, sino que también muestra cómo Theo está siendo utilizada como herramienta para los fines políticos de Valya. Este uso pragmático de Theo refleja la naturaleza calculadora de Valya y su determinación de manipular cada pieza a su favor.
En el universo de ‘Dune’, los Danzarines Rostro son una raza de transhumanos creados por la Bene Tleilax, diseñados para cambiar de forma y asumir cualquier identidad. Introducidos por Frank Herbert en ‘Mesías de Dune’, estos seres representan el pináculo de la manipulación genética y desempeñan roles cruciales en las intrigas políticas y religiosas del universo. Si Theo es realmente una Danzarina Rostro, podría haber sido infiltrada en la Hermandad por las Bene Tleilax o, como se sugiere, sustituir a la verdadera Theo, asesinada por Valya para consolidar su control.
Uno de los aspectos más intrigantes de los Danzarines Rostro es su tendencia a perderse en las identidades que asumen, lo que podría explicar el conflicto emocional de Theo. Su aparente rechazo hacia su habilidad podría deberse al dilema de mantener su humanidad frente a la constante metamorfosis. Este aspecto también abre la puerta a una exploración más profunda de cómo la manipulación genética y la presión de la Hermandad impactan su psique.
La introducción de un Danzarín Rostro como Theo cambia radicalmente la dirección de ‘Dune: La profecía’. Hasta ahora, la serie ha explorado el surgimiento de las Bene Gesserit y sus primeras manipulaciones políticas, pero la presencia de Theo introduce la posibilidad de que otras figuras importantes de la serie también sean Danzarines Rostro. Esto crea un entorno de desconfianza y paranoia que podría redefinir las relaciones entre los personajes y los eventos futuros.
Otra posibilidad intrigante es que Theo sea en realidad un espía tleilaxu, enviado para observar o manipular a las Bene Gesserit desde dentro. Según la tradición de ‘Dune’, las Madres Reverendas pueden detectar a los Danzarines Rostro con su aguda percepción, lo que haría aún más impresionante que Theo haya permanecido encubierta. Si este es el caso, su descubrimiento podría desatar una serie de conflictos internos dentro de la Hermandad.
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