¿Sabéis el mítico juguete de encajar piezas que todo el mundo ha tenido siendo pequeño? ¿Ese en el que el cubo va en el hueco del cubo, el cilindro en el cilindro y así sucesivamente? Pues el live-action de "Cowboy Bebop" viene a ser coger ese juguete y completándolo pero a fuerza bruta y metiendo las piezas en cualquier parte y de cualquier forma, esperando así que el resultado sea más o menos como se supone que se hace. Así es, por lo menos, cómo veo esta adaptación después de habérmela empapado en un par de días.
Sinceramente, al ver las primeras críticas lo que pasó por mi cabeza fue un 'no puede estar tan mal', pero la verdad es que... sí que lo está. Para hacer esto un poco más ameno voy a ir por partes, así que mejor vamos a lo que me ha gustado primero que acabo antes.
Y ya estaría. No es broma, ni ironía ni sarcasmo, ni pretendo atacar como un pollo sin cabeza a la producción. Literalmente no he podido encontrar más cosas que me acabaran gustando de la visión de Netflix para "Cowboy Bebop", y es algo que realmente me da pena.
Honestamente, lo único que puedo recalcar en torno al live-action de "Cowboy Bebop" es que me parece una producción sumamente perdida. No acaba nunca de saber qué es exactamente lo que quiere hacer o por qué unas cosas y otras difieren de en el anime original, porque realmente no aportan absolutamente nada. Por cierto, no lo he mencionado en todo el artículo más allá de en el titular pero sí: inevitablemente algunas escenas, más allá de la carencia de sentido generalizada, provocan un 'cringe' de toma pan y moja.
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