'The Walking Dead', famosa por sus momentos impactantes, presentó una escena en la séptima temporada que aún resuena como una de las más perturbadoras y criticadas, e incluso miembros del elenco, como Andrew Lincoln, quien interpreta a Rick Grimes, han expresado que podría haber sido demasiado para el público.
La escena en cuestión es cuando Negan, interpretado por Jeffrey Dean Morgan, asesina despiadadamente a Glenn, interpretado por Steven Yeun. Durante esta escena, Negan usa un bate envuelto en alambre de púas, al que llama Lucille, para golpear brutalmente a Glenn en la cabeza.
La muerte de Glenn no solo fue gráfica y sangrienta, sino que también fue prolongada, haciendo que la experiencia para los espectadores fuera aún más angustiante. Este momento tuvo lugar en el primer episodio de la séptima temporada, emitido en octubre de 2016, y ha sido uno de los más comentados y criticados desde entonces.
Andrew Lincoln reflexionó sobre la filmación de esta escena en una entrevista para Empire. Dijo que fue una de las noches más duras del rodaje, con un ambiente cargado de emoción y tristeza entre el elenco y el equipo de producción. Lincoln recordó que durante el monólogo de Negan, muchos de los presentes fuera de cámara lloraban, y Jeffrey Dean Morgan, nuevo en el papel, se sorprendió por la intensidad del ambiente.
La relación entre Glenn y Maggie, interpretada por Lauren Cohan, añadió una capa extra de tragedia a su muerte, ya que muchos fans estaban invertidos en su historia de amor. La brutalidad de la escena generó una oleada de reacciones negativas, tanto de los espectadores como de los críticos, quienes argumentaron que la violencia explícita había cruzado una línea.
El impacto de esta escena no solo afectó a los fans, sino también a los actores. Andrew Lincoln admitió que la longitud y la violencia de la escena podrían haber sido un error, un sentimiento compartido por muchos de sus compañeros. Este evento en la serie planteó preguntas sobre los límites del entretenimiento y hasta qué punto una producción debería ir para mantener la atención y el interés del público.
"Me enteré de que iba a morirme dos años antes de que rodásemos el episodio. Tal vez nos pasáramos de la raya. Fue muy cruel, pero lo hicimos y la gente lo recuerda, así que está bien. La gente cree que fue muy gore. Y, sí, era gore, pero no más que otras escenas que habíamos mostrado antes. El problema era ver a alguien con quien te identificas muriendo de esa manera", ya señalaba en 2017 el propio intérprete de Glenn.
A pesar de la controversia, 'The Walking Dead' continuó siendo una de las series más vistas hasta su final en 2022, después de once temporadas y 177 episodios. La serie dejó una marca indeleble en la cultura televisiva, con momentos que aún se debaten y recuerdan años después de su emisión.
La muerte de Glenn sigue siendo un ejemplo de cómo la televisión puede impactar profundamente a su audiencia, generando discusión y reflexión sobre la representación de la violencia en los medios y sus efectos tanto en los espectadores como en los creadores de contenido.
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