Como muchos de vosotros ya sabréis, el amor puede surgir en los lugares más insospechados, sobre todo si existe un lugar en la televisión donde cada noche se ponen a prueba los flechazos y las conexiones más inesperadas: hablo, cómo no, de 'First Dates'. El programa de citas más popular de la pequeña pantalla ha saltado este verano a Telecinco cosechando buenos datos de audiencia, y estas semanas estamos viviendo algunas de las citas más surrealistas que hemos visto durante los últimos años. En especial esta última que han protagonizado Martí y Sara, dos jóvenes arruinados por un eructo.
Si tienes la oportunidad de ver de nuevo la cita entre Sara y Martí, probablemente te sorprendas con su desenlace porque nada más empezar, todo parecía ir sobre ruedas. Martí, un joven arqueólogo catalán especializado en la Prehistoria y auto declarado como una persona 'friki', llegaba al restaurante del amor ilusionado, aunque un tanto nervioso: "me apasiona todo lo que tenga que ver con las civilizaciones antiguas... Aunque en el amor no tengo tanta suerte", confesaba nada más aterrizar en 'First Dates'.
Su cita, Sara, era una asturiana de tan solo 19 años con ciertas inseguridades: "mido bastante y me cuesta encontrar chicos más altos que yo", explicó ante las cámaras del programa. Pero al ver entrar a Martí, todo apuntaba a que ese pequeño obstáculo no sería un problema ene esta ocasión: "está bien... Y de la altura no me puedo quejar".
La conversación empezó a fluir con naturalidad, como si Sara y Martí se conocieran de toda la vida. Descubrieron intereses y puntos en común, bromearon con sus rarezas y parecían realmente cómodos. Carlos Sobera probablemente se frotaba las manos ante otro posible éxito, pero entonces... Llegó el eructo.
Sí, en medio de la cena, mientras ambos charlaban sobre películas y otras teorías conspiratorias, Martí soltó un sonoro eructo que dejó a Sara completamente paralizada. Él ni se inmutó, como si fuese algo natural en su día a día. Ella, intentando mantener la compostura (no le fue fácil), declaró entre risas: "no me pareció nada agradable... Me dio bajón", aunque trató de quitarle hierro al asunto, no sin apreciarse un fail en toda regla.
Minutos después, la situación terminó descontrolándose cuando una mosca empezó a inoportunar en la mesa. Martí frenó la conversación para seguir al insecto con la mirada: "me gusta jugar con las moscas", algo que tampoco gustó demasiado a Sara: "flipando, la verdad. No sabía si reírme o salir corriendo", dijo frente a las cámaras. Y pese a que Martí había visto química: "creo que hemos conectado bastante, compartimos gustos y sentido del humor", Sara no dudó en dejarlo en la friendzone: "como amigos, sí. Pero no lo veo como algo más". ¡Una pena!
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