Atención: este artículo contiene spoilers de la primera parte de la temporada 5 de La Casa de Papel. No lo leáis si no habéis visto su final.
Sábado por la mañana. Madrugo por el simple hecho de ver los tres últimos capítulos de lo último de La Casa de Papel. Un chute de adrenalina y acción que me despierta más que un café bien cargado. Hasta que llega ese final inesperado, casi inhumano, con el que uno de mis personajes favoritos pierde la vida para salvar al grupo. Un final más que digno, diréis muchos, pero para mí es un ejemplo de la crueldad y brutalidad con la que ha terminado esta primera parte de la última temporada de la ¿mejor serie española de la historia?
La inspectora Sierra ha resultado ser el menor de los problemas a los que se tenía que enfrentar la banda del Profesor. Porque si en el primer episodio del regreso esta policía descubrió a la mente pensante del atraco al Banco de España, en el último parece estar más cerca que nunca de formar parte del equipo de ladrones.
¿O no? Porque en el último momento, después de dar a luz y estar dos largos capítulos sin hacer casi nada, va la tía y se mete en el baño y coge utensilios que pondrían en jaque al Profesor. Vamos, que le ayudan a parir, le compran un carrito y todo tipo de ropa para su bebé, y ella sigue pensando por dentro cómo destruirles; todo ello a pesar de que la Policía le ha vendido, le ha colocado dinero en una cuenta en un paraíso fiscal vinculándosela con el Profesor, y le acusa de ser la única culpable de las torturas hacia Río.
Cuando me puse el penúltimo capítulo y vi a Tokio hablando con Nairobi sobre lo que puede haber tras la muerte, maldije a los guionistas porque me imaginaba lo que estaba a punto de ocurrir. Y así fue.
Primero, los francotiradores logran dispararle a través de una ventana enana; y después, el Ejército termina con su vida cuando ella prioriza que se salven Denver y Manila. Y es que Tokio no puede bajar seis plantas a través de un montacargas por las heridas del tiroteo anterior, por lo que se amotina en la cocina con un fusil y aguanta con todas sus fuerzas. ¿Lo mejor? Cuando el ejército ya está encima de ella, Tokio activa las cuatro granadas que lleva en su chaleco antibalas y todos explotan.
Tokio se ha erigido como la verdadera heroína de La Casa de Papel, que ya lo era, y para cerrar su historia solo faltaba conocer su pasado, algo que hemos hecho gracias al personaje que interpreta en flashbacks Miguel Ángel Silvestre. Que por cierto, este fichaje tan anunciado es tan breve que sorprende que se haya recurrido al conocido actor.
¿El ejército está vivo? Porque tras la explosión provocada por Tokio, todos deberían estar muertos, pero ya sabemos cómo es La Casa de Papel: les encantan las sorpresas. Y seguro que alguno de los miembros de este equipo de asalto se ha librado y busca venganza en los 5 capítulos que quedan por emitirse el próximo 3 de diciembre.
Con Tokio muerta y Helsinki malherido después de que una estatua de dos toneladas cayera sobre su pierna, la banda está cada vez más perjudicada. A eso debemos sumarle el shock de Estocolmo tras haber disparado contra Arturito, dejándola con visiones y teniendo que recurrir a las drogas para poder superarlo; también a un Río destrozado por la pérdida de su novia... Vamos, que están como para salir huyendo, ¿o sí? Porque el Profesor debe tener algún plan oculto, eso sí, siempre que la inspectora Sierra le permita llevarlo a cabo...
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