Una de las grandes polémicas en las actuales consolas es el gran número de remasterizaciones que están recibiendo muchos juegos de la pasada, y anterior, generación, para adaptarlos a las nuevas consolas. Por un lado encontramos las adaptaciones de grandes títulos como Grand Theft Auto V, Tomb Raider, The Last of Us, The Legend of Zelda Twilight Princess, el primer Yakuza, y las colecciones de Final Fantasy X, Gears of War, Uncharted y Borderlands, entre otros.
Por otra parte hay ciertas remasterizaciones que, por falta de contenido, gráficos mejorables, o ciertos problemas, se han quedado cortas en PlayStation 4 y/o Xbox One, como son las de Sleeping Dogs, Saints Row IV, casi todos los Resident Evil, o la colección de Halo, cuyos modos multijugador no estuvieron casi jugables hasta muchos meses después de su lanzamiento.
Por desgracia, el título que hoy analizamos, Air Conflicts: Secret Wars Ultimate Edition, se engloba en esta última lista, junto con muchos otros juegos de bajo presupuesto adaptados sin ambición a las nuevas consolas. En este caso se trata de la remasterización, con gráficos mejorados y otros cambios, del juego que salió en julio de 2011 para PC, PlayStation 3 y Xbox 360. Por aquel entonces el original ya recibió críticas algo mejorables a pesar de ser la tercera entrega de una respetada saga de simuladores de aviones militares.
De hecho, las dos anteriores entregas, Air Conflicts: Pacific Carrier (la más notable de las tres, como podéis ver en su análisis) y Air Conflicts: Vietnam, también llegaron en 2015 y 2014, respectivamente, a PlayStation 4, recopilandose poco después en un pack. La diferencia más notable de Air Conflicts: Secret Wars respecto a estas, aparte de ambientarse en los frentes europeos de las dos Guerras Mundiales en lugar de en el frente pacífico de la Segunda Guerra Mundial y en la Guerra de Vietnam de 1965, en cada caso, es su mayor componente árcade, que puede disgustar a los más asiduos a las otras entregas, que eran más cercanas al componente de la simulación.
Al principio de cada partida se puede elegir entre el control arcade y simulación, si bien hay pocas diferencias jugables entre ambos excepto que el primero limita el rango de movimientos y ciertas maniobras y giros complejos son imposibles a no ser que estemos en el segundo. En ambos contamos con munición infinita aunque las armas se sobrecalientan si disparamos de forma muy continua. Cada uno de los 16 aviones disponible tiene diferente armamento y hay desde ametralladoras a bombas o cohetes de recarga.
También contamos con un modo llamado Adrenalina cuya barra se va recargando a medida que derribamos enemigos y nos permite una cámara lenta temporal. En ciertos aviones podemos alternar entre el armamento principal y el artillero de cola, lo que da cierta variedad a las misiones.
Para los más asiduos al terreno militar aéreo, los 16 aviones disponibles son muy conocidos y están muy bien representados aunque hay ciertos errores en algunos ya que, por ejemplo, el Horten Ho 299 está titulado como El Gotha 299 y el Bisnovat SK-I era solo un avión de investigación, no de ataque. Todos los aviones están clasificados en cazas, bombarderos, aviones y un avión de carga, y contamos desde el famoso Albatros DV de 1917 al Spitfire Mk IX, el Junkers Ju, el Heinkel He 111 y muchos más, tanto de los bandos alemanes como el inglés, estadounidense y francés.
Estos aviones podemos ir mejorandolos a medida que conseguimos puntos de Actualización completando misiones: cuantas más estrellas más puntos obtenemos. Así podemos aumentar la agilidad, que mejora la velocidad de giro; la suerte, para aumentar la probabilidad de los golpes críticos; el liderazgo, que mejora la IA amiga; y la resistencia, que aumenta la salud de los aviones.
El problema para los amantes del género es la poca variedad de misiones ya que se pueden simplificar en solo cuatro principales: destruir blancos aéreos, destruir objetivos terrestres fijos o móviles, proteger otros aviones o llegar a un lugar sin ser detectado. Al menos los aviones no pueden ser reparados durante las misiones y podemos realizar ciertos golpes críticos en los enemigos si les disparamos en la cabina o el deposito, lo que aumenta ligeramente el grado de realismo.
Al menos los escenarios son bastante variados, pudiendo visitar desde muchos campos de Francia, Turquía, Egipto, Yugoslavia, Eslovaquia o incluso el Sáhara. Lástima que las zonas no sean muy grandes ni tengan muchos objetos ni detalles. Además a pesar del alto número de misiones (49 englobadas en siete campañas), todas se hacen muy repetitivas.
La historia es algo anodina y pasa desapercibida, a pesar de sus buenas escenas estáticas en las que nos cuentan los objetivos y la ambición de la protagonista, Dorothy Derbec, para descubrir el destino de su padre mientras realiza misiones de incógnito y de Resistencia en la Segunda Guerra Mundial (de hecho gracias a estas investigaciones también volvemos atrás en el tiempo para ir a la Primera Guerra Mundial controlando a su padre).
El juego también cuenta con cuatro modos multijugador que, debido a que no comparte los servidores de PC, Xbox 360 o PlayStation 3 (aunque estas versiones salieron en 2011 y solo la de Steam cuenta con cierto número de jugadores activos), es complicado encontrar partidas activas. Podemos jugar en local o por Internet y las modalidades son las básicas de Enfrentamiento, Enfrentamiento por equipo, capturar la bandera y proteger unos nodos. Nada de otro mundo y hay muchos juegos, sobre todo en la pasada generación, que ofrecen muchos mejores modos y más variados.
Lo mínimo que se le puede pedir a un juego remasterizado que proviene de la pasada generación de consolas es que se adapte a los tiempos que corren pero dado que estamos hablando de un título que salió hace cinco años y ya por aquel entonces estaba algo desfasado, parece que solo le hayan puesto algunos filtros para el antialiasing y el rendimiento en general.
La acción es muy intensa, con explosiones muy efectivas pero los escenarios son muy vacíos y aburridos. También las texturas de los aviones dejan mucho que desear a pesar de que las insignias y el modelo están bastante bien representados. Lo peor es cuando nos acercamos a los escenarios y vemos las texturas de baja calidad de los mismos, como si fuera simplemente una actualización gráfica del juego original (algo que muchos juegos han tenido).
Por último la Inteligencia Artificial de los enemigos deja bastante que desear, no hay interacción con otros objetos, la destrucción de algunos escenarios es anecdótica (a no ser que sean los objetivos de la misión), la duración de la campaña es bastante corta, teniendo como máximo nueve horas de juego, y las voces son muy simples y sin nada que destacar. Al igual que los efectos sonoros y las melodías, que aunque cumplen, se hacen muy repetitivas. El control por movimiento de seguimiento de la cabeza gracias a la PlayStation Camera que se ha añadido en esta versión es casi pasable ya que no funciona muy bien en ciertos momentos y limita bastante los movimientos.
Cierto es que este género en PlayStation 4 no es tan abundante en títulos como si lo fuera en PlayStation 3, Xbox 360, o, por supuesto, PC (donde es uno de los géneros más populares) contando solamente con las anteriores entregas de Air Conflicts, superior la primera en ciertos aspectos a este juego, y a un menor precio actualmente. También encontramos el notable War Thunder que tiene ya tres años a sus espaldas pero es mucho mejor que el presente Air Conflicts: Secret Wars Ultimate Edition, y, próximamente, con Ace Combat 7, una de las sagas más conocidas del género.
Como hemos visto, las mejoras de Air Conflicts: Secret Wars Ultimate Edition son paupérrimas respecto al original, sale a un precio ligeramente alto teniendo en cuenta que es una remasterización de un juego de hace cinco años (que se puede encontrar a muy bajo precio en PC) y tiene demasiados fallos como para tenerlo en cuenta para los amantes del género. Muy mejorable en casi todos los aspectos.