La anarquía siempre ha sido objeto de debate: una forma de vida para algunos, una ideología para otros, y ante todo un gran problema para muchos gobiernos. Como es obvio, en este juego no iba a ser diferente…pero algo sí que hay diferente. ¿Qué pasaría si esos anarquistas que tratan de derribar el poder establecido son un grupo de animalitos como Akita Inus, Gatos con grandes ojos e incluso Calamares y Pulpos, adorables todos ellos? Pues pasaría que tendríamos un juego como el que aquí analizamos, y que el poder establecido seguiría en cualquier caso viéndolos como un problema. ¿Qué opinamos nosotros? Seguid leyendo para saberlo.
Anarcute es, como su nombre bien da a entender, un juego de anarquía de lo más adorable. En un mundo en que una malvada organización, la Brainwash Patrol, trata de imponer su gobierno por la fuerza (o un amado y adorado líder que ha llegado y nos acoge bajo su capa, según el punto de vista desde el que se describa la situación) un grupo de adorables animales comienzan su manifestación para acabar con su falso gobierno, ya que lo ha conseguido a base de lavar los cerebros de todo aquel que se ha puesto a su alcance, mediante el a veces efectivo sistema de la anarquía. ¿Cómo es esto? Pues fácil: Un solo miembro puede despertar (literalmente) a otros anarquistas dormidos a lo largo y ancho del mapa, momento en que se unirán a él para ir avanzando y cumpliendo con los objetivos que tengamos en cada fase, ya sea derribar antenas, capturar territorios enemigos, etc.
Como suele ser habitual, cuando acabemos cada fase recibiremos una puntuación en función de nuestra actuación, basándonos en el tamaño final de nuestro grupo de manifestantes, el tiempo que hemos tardado en superar la fase y los enemigos que hemos derrotado en esta. Ya en estas puntuaciones podemos ver algunas pequeñas bromas que nos pueden hacer sonreír, ya que la mejor puntuación, un rango S, se nos mostrará como un rango “Salvaje”. Sí, además habéis leído bien, está en castellano ya que todo el juego está traducido a un perfecto castellano, salvando algún pequeño fallo que podamos encontrar antes de que el juego reciba sus posibles primeros parches.
¡Los dos! Anarcute nos trae también buenas noticias con respecto al ya recurrente problema de los controles en los juegos, y es que está adaptado a jugar tanto con un teclado como con un mando, pudiendo cambiar de uno a otro de la forma más simple del mundo: pulsando un botón del controlador que queramos usar. Y si por lo que sea queremos cambiar al otro pues lo mismo, se coge, se pulsa un botón o una tecla, y todo listo.
Eso sí, si bien es cierto que se puede jugar con ambos controles, el propio juego nos recomienda usar un mando para una mejor experiencia, y hay que reconocer que es una auténtica delicia jugar con el mando, ya que todos los controles responden como es debido y sin ningún problema. ¿Queremos atacar a ese enemigo que viene a por nosotros? Pues movemos el stick y vamos todos a por él. ¿Queremos lanzar ese coche a un grupo de enemigos? Pues pulsamos el gatillo y a volar.
Pues sí. Nuestros pequeños anarquistas son un grupo realmente adorable, pero también son de armas tomar. A medida que el grupo crezca podremos ir reuniendo toda clase de armas improvisadas a base de recoger bicicletas, vallas, farolas, o casi cualquier cosa que se ponga en nuestro camino, y lanzarlas al enemigo desde una distancia prudente. Del mismo modo, si encontramos vehículos podremos lanzarlos con el otro gatillo, un buen punto a la hora de decidir qué objeto queremos lanzar ya que los coches a diferencia de los objetos convencionales explotan al golpear el objetivo, causando daños mucho mayores y en un área más amplia.
Podemos acercarnos y golpear al enemigo sí, pero de este modo nos arriesgaremos a que el enemigo derribe a algunos de nuestros manifestantes y les dejen por los suelos, haciéndonos perder parte de la fuerza del grupo. Eso y que nos harán ver a los pobres animalitos tirados por los suelos sin poder hacer nada por ellos. No queremos eso, ¿verdad?
El tamaño del grupo no solo implicará que podamos llevar más proyectiles que lanzar de una sola vez, sino que también desbloqueará habilidades a medida que aumente el tamaño de dicho grupo, habilidades que podremos ver en la barra lateral donde el juego nos indicará cuantos manifestantes nos faltan para poder usarlas, o cuantos más pueden caer antes de que perdamos el acceso a ellas. Además a medida que avancemos en el juego podremos desbloquear mejoras, todas ellas dependiendo del grupo de manifestantes que llevemos: a más Anarcute, más posibilidades tendremos de superar a nuestros enemigos con éxito.
Otro punto muy a favor del juego es la música. Cada zona tiene sus melodías características, muy acorde con el lugar en que nos encontremos y que, al menos para nosotros, no solo no se hacen repetitivas sino que además nos hacen tararear en más de una y dos ocasiones sin darnos cuenta.
De hecho queda mucho por contar, pero tampoco queremos desvelar todos los secretos del juego. Lo que sí queremos remarcar es el hecho de que a lo largo del juego hay tutoriales realmente sencillos que nos ayudarán a ponernos en marcha lo antes posible, aunque todo sea dicho, las mecánicas son realmente fáciles de aprender. Otra cosa es ya lo que tardemos en dominarlas, ya que para ser un auténtico anarquista en Anarcute tendremos que hacer buen uso de nuestras habilidades y de nuestras fuerzas en todo momento, sobre todo teniendo en cuenta que si nuestro grupo se reduce a cero, como es lógico, perderemos la partida y nos tocará volver a empezar. Por suerte las fases no son excesivamente largas, pero a nadie le gusta liberar a un nuevo aliado para nuestro grupo de manifestantes y perderlo por un mal movimiento…
Ya para resumir, hemos de decir que Anarcute es un juego que, aparte de lo evidente a simple vista, es realmente adorable y muy entretenido. Si bien en sesiones largas de juego se puede hacer algo repetitivo, espaciar las partidas un poco entre ellas hace que pasemos muy buenos ratos. Es más, conviene espaciar estas partidas si queremos que el juego nos dure, puesto que una de sus pegas es que en unas 5 o 6 horas lo podéis tener acabado. Es algo corto sí, pero también muy rejugable si queremos desbloquear todos sus secretos y tener el máximo rango posible en todas las fases tras desbloquear las habilidades extra que el juego nos ofrece. Eso o si simplemente queremos traer a algún amigo a casa y desafiarle a ver quién consigue hacer que un número mayor de sus Anarcute sobreviva al final de una “batalla” con el enemigo.
Así que ya sabéis: Coged el teclado o el mando, despertad a los manifestantes que encontréis en vuestro camino, ¡y que comience la rebelión del pueblo!