Análisis de Dragon Quest III HD-2D Remake: una revisión del clásico que vuelve a crear legado
Últimas fichas
Últimas noticias
Últimas guías

Últimos análisis
ANÁLISIS

Análisis de Dragon Quest III HD-2D Remake: una revisión del clásico que vuelve a crear legado

Square Enix ha traído de vuelta uno de los mejores JRPGs de todos los tiempos

Publicado:
0
Portada de Dragon Quest III HD-2D Remake

Desde hace años, corre la leyenda de que en Japón se instauró una ley que prohibía a Square Enix lanzar una nueva entrega de Dragon Quest entre semana para evitar que los trabajadores japoneses se pidieran un día libre para jugar a sus nuevas entregas y faltar a sus respectivos puestos. Y, aunque esto último fue desmentido en su momento es un buen reflejo de la cultura que se ha generado alrededor de la franquicia.

De hecho, el día 27 de mayo es el día nacional de Dragon Quest en Japón porque se corresponde con la fecha en la que se lanzó la primera entrega de la saga allá por el año 1986. Sin embargo, yo propongo otro hueco del calendario para afianzar una festividad que reinterprete esta última con el objetivo de abarcar el impacto que la saga ha tenido también fuera de Japón: el 14 de noviembre debería ser el día INTERnacional de Dragon Quest.

La razón de esto último es que ese es el día en el que sale al mercado Dragon Quest III HD-2D Remake con el objetivo de iniciar un nuevo proceso con el que la comunidad podremos revisitar los orígenes de una saga que merece incluso mucho más reconocimiento del que ya tiene. Siendo una precuela de la primera y la segunda entrega de la franquicia, Dragon Quest III HD-2D Remake se corresponde con un nuevo inicio, rediseñado, reinterpretado y revisado. Pero... ¿Merece la pena volver a un juego que tiene ya 36 años de antigüedad? La respuesta es sí... definitivamente sí.

Un clásico que sienta las bases del JRPG

No quiero detenerme demasiado en las virtudes que ensalzan la calidad del Dragon Quest III original porque entiendo que lo atractivo de este análisis tiene que ver con cómo Square Enix ha conseguido darle una segunda vida a través de este remake. Pero me explotaría una vena del cuello si no dedicase unas palabras a reflejar lo bien que ha aguantado el tiempo aquel contenido original sobre el que se ha construido esta reimaginación.

En este sentido, lo único que voy a decir sobre su argumento base es que lo mejor es que os adentréis en él sin conocer ni un solo detalle sobre el mismo. Y, si digo esto, no es tanto porque estemos ante una trama compleja (de hecho, su tema central es el típico conflicto de héroe que lucha contra el fin del mundo), sino porque sus elementos cuentan con tal nivel de encanto que es un deber obligado dejarte seducir por ellos sin conocerlos previamente.

El remake de Dragon Quest saldrá el 14 de noviembre

Cada conversación, cada personaje insignia, cada localización, cada pieza musical de su increíble banda sonora y cada giro de la trama que se presentó en el juego original ha sido retratado de manera calcada a nivel esencial dentro de este remake. Constando así como una prueba clara de que, lo único que necesitaba Dragon Quest III para optar a una nueva era de vigencia en el presente, era un mero lavado de cara.

Un remake de calidad, de esos que no son tan frecuentes

Square Enix ha hecho un gran trabajo con este remake centrándose en tres aspectos concretos que también se corresponden con aquellos que necesitaban ser modificados de manera más evidente: el aspecto visual, el sistema de combate y las novedades inéditas de esta versión del juego.

Aspecto visual 'retromoderno'

El subtítulo de este remake se corresponde con un cómputo de números y letras que no se han ordenado así de manera casual: HD-2D hace referencia a aquel estilo visual desarrollado inicialmente por Square Enix que la compañía ha ido utilizando en diferentes JRPGs lanzados en los últimos años. Si habéis jugado a otros títulos como Octopath Traveler o Triangle Strategy, sabréis de lo que hablo: todos ellos cuentan con un estilo visual que respeta los spraits pixelados de sus personajes y efectos visuales que, a su vez, se combinan con nuevos modelados de niveles en 3D y un sistema de iluminación casi realista.

El remake de Dragon Quest saldrá el 14 de noviembre

Esto da como resultado una identidad visual única que también se ha aplicado a este remake de Dragon Quest con el objetivo de que el juego no pierda su esencia clásica, dado que ahí es donde está gran parte de la gracia del juego original. En este mismo sentido, Square Enix ha configurado un estilo artístico que nos permite disfrutar de una versión ''retromoderna'' del juego que te deja con la boca abierta a nada que te pongas a apreciar cada escenario en detalle. Desde profundas cuevas cuya única luz se corresponde con los rayos de sol que se filtran por sus grietas hasta gigantescas praderas en las que casi puedes ver cómo la hierba que cubre sus superficies baila al son del viento.

Un sistema jugable mucho más ágil

Los efectos de la tiktokización de nuestro entorno cultural ha provocado que poco a poco fuéramos dejando de ser capaces de mantener nuestra atención durante lapsos de tiempo prolongados, algo ante lo que Square Enix se ha tenido que adaptar a la hora de desarrollar este remake y agilizar ciertos aspectos de su diseño que habrían sido mucho menos digeribles a día de hoy (especialmente, para los nuevos jugadores).

Pues bien; gran parte de estas modificaciones están encaminadas a ''acelerar'' lo que ocurre dentro del juego con el objetivo de que el ritmo al que sucede todo sea mucho menos pausado. En este mismo sentido, los combates cuentan con la opción de poner a marcha rápida la acción que se da lugar dentro de ellos con tal de que sean más breves que los que había en el jugo original. Todo ello, por no hablar de que cuentan con un sistema que nos da dos opciones a la hora de combatir: dar una orden a cada personaje en cada turno o hacer que estos peleen de forma automática siguiendo una estrategia predefinida que hemos tenido que asignarles previamente.

El remake de Dragon Quest saldrá el 14 de noviembre

Esta intención de acelerar todo lo que ocurre dentro del juego también se puede aplicar a los diálogos que se dan entre los diferentes personajes gracias a una función idéntica que la que hay en los combates de hacer que las conversaciones transcurran a marcha rápida. Y, si bien es cierto que esto puede ir en contra de la inmersión del jugador dentro del entorno en el que tiene lugar la aventura (si se abusa de ello), lo cierto es que se agradece ante esos intercambios de palabras que no cuentan con mucha carga narrativa. O, dicho de otra manera: ahora sería incapaz de volver a hablar con el quinto mercader de turno sin la existencia de esta opción tan útil a la hora de economizar tu tiempo de juego.

Novedades inéditas de este remake

Cuando antes mencionaba que estamos ante un tipo de remake que no se ve de forma tan frecuente dentro de la industria, me refería a que Square Enix no se ha conformado con darle un lavado de cara al juego original, sino que ha aprovechado la ocasión para incluir novedades a nivel de contenidos que encajan perfectamente con el mundo que se despliega en esta tercera entrega de la saga.

Estos añadidos inéditos se corresponden con una nueva clase que podrán adoptar nuestros compañeros de equipo conocidos como domadores de bestias, las cuales están ligadas a otro componente todavía más importante: en este remake de Dragon Quest III también podremos atrapar a diferentes criaturas para hacerlas combatir en grandes arenas competitivas (¿os suena de algo?); cosa que se ha creado desde cero para la ocasión al no estar disponible dentro del juego original.

El remake de Dragon Quest saldrá el 14 de noviembre

Conclusión

Se están haciendo muchos remakes últimamente. Es más: se están haciendo remakes por encima de nuestras posibilidades. Hoy en día hay demasiados juegos con menos de 10 años de vida que se reinstalan en el ideario colectivo a través de una versión innecesaria en cuanto a la importancia que supone rescatar sus propuestas a nivel de legado histórico. Sin embargo, Dragon Quest III HD-2D Remake es un juego que se opone diametralmente a estas nuevas filosofías de consumo.

Algo que consigue, básicamente, por la cantidad de años que han tenido que pasar hasta que Square Enix tomase la decisión de traer el juego de vuelta. Principalmente porque no es tan necesario recrear juegos que tienen tan solo una década, pero sí es esencial hacerlo con aquellos que ya tienen casi 40 años.

En términos de necesidad cultural, este remake de Dragon Quest III es más relevante que cualquier otra obra por varios motivos: que podamos reconciliarnos con los orígenes de los JRPG, que el género se dé la vuelta a sí mismo y que aquellos que no pudieron acceder al material original no se vean limitados a la hora de acceder a una de las obras más emblemáticas de la industria en toda su historia. El 14 de noviembre es un gran día para todos aquellos que amamos los videojuegos; el próximo 14 de noviembre, todo vuelve a empezar.


Dragon Quest III HD-2D Remake

Analizado en PS5

VideoGame
9
Puntuación Areajugones:
Sobresaliente
Valorar este videojuego
1 estrella2 estrellas3 estrellas4 estrellas5 estrellas (Ninguna valoración todavía)
Cargando...

Square Enix trae de vuelta uno de los juegos que se encargaron de llevar los JRPGs a su primera edad de oro con un remake que cumple exactamente con lo que promete: adaptar el estilo visual y la jugabilidad de la obra de 1986 a las exigencias actuales, convirtiéndose así en uno de los mejores rescates culturales de lo que llevamos de década.

Estilo artístico

Sistema de combate

Banda Sonora

Argumento

  • Su increíble banda sonora
  • Un estilo artístico impecable
  • Las novedades inéditas de este remake como las arenas de monstruos
  • Los diseños de los personajes y los enemigos
  • La sensación de exploración y de aventura constante
  • Algunos combates se pueden hacer repetitivos
  • Las peleas aleatorias constantes pueden echarte para atrás
Duración: 25-30 horas
Jugadores: 1 jugador
Idiomas: Voces en inglés, textos en castellano

Política de puntuación

Redactado por:

Crecí rodeado de naturaleza y campos de trigo, pero con la cabeza llena de historias sobre dragones y planetas lejanos. Después me hice psicólogo para poder fascinarme con las historias de los demás.