Hace ya más de un año, durante el PC Gaming Show 2019 asomaba tímidamente un título indie que cautivó por sus acabados y entornos del salvaje oeste junto con unas animaciones que se antojaban realmente interesantes. Ahora, y tras un largo tiempo tenemos en nuestras manos aquella obra presentada por Honig Studios donde deberemos acometer la difícil tarea de, siendo tan solo un niño, volver a encontrarnos con nuestra madre tras una serie de sucesos. Bajo estas premisas os contamos nuestras impresiones con el análisis de El Hijo: A Wild West Tale el mejor indie de la Gamescom 2019.
Spaghetti Western por bandera
Tal y como hemos comentado, esta peculiar historia nos traslada al salvaje oeste donde un niño junto a su madre rinde culto a su fallecido padre en las montañas. Aquí es donde comenzará la historia de ‘El Hijo’ pues de forma súbitamente repentina todo lo que era alegría y felicidad madre-hijo se tornará en una completa pesadilla al ser incendiada la granja en la que conviven sin un mero porqué. Así las cosas y a modo de madre coraje la mujer decide que lo mejor es separarse de su pequeño para entregarlo a un convento hasta que se normalice la situación.
Al parecer el citado convento tampoco es lo que parece ser y se encuentra regentando por lo que se entorna como una secta religiosa de la que pronto deberemos escapar para encontrar a nuestra madre que se haya en paradero desconocido. Aquí el argumento poco o nada varia sin muchos más detalles sin más que ir avanzando por las diferentes estancias mientras poco a poco se nos van mostrando las mecánicas y opciones de la jugabilidad.
En el sigilo está la clave, pequeño
El punto fuerte de este peculiar indie se basa en las distintas mecánicas de sigilo que deberemos emplear para escapar de este ‘convento’ donde cientos de monjes se encuentran realizando sus tareas en cada estancia mientras que los niños que se encuentran confiados a ellos también se encuentran realizando las tareas que se les ha ido encomendando. Aquí es donde encontraremos alguno de los incentivos pues deberemos ir motivando a todos los pequeños que encontremos para completar las estancias al cien por cien.
Pero, como decimos, el punto fuerte que la desarrolladora ha trabajado con ‘El Hijo’ es ser una sombra entre las sombras. Para avanzar deberemos aprovechar diversas mecánicas del protagonista para, mediante la mejor solución táctica, dar esquinazo a los monjes del convento aprovechando los lugares sombríos donde no nos verán, el lanzamiento de piedra con o sin tirachinas para confundir y aprovechar para avanzar, escondernos entre cortinas, cajones y un largo etcétera de posibilidades para completar cada estancia.
Así mismo también contaremos con la opción de emplear a nuestro querido amigo volador, un pájaro, que nos permitirá obtener una visión de la estancia y de lo que nuestros enemigos pueden o no ver en sus repetitivos recorridos donde siempre existirá un patrón que podremos aprovechar para seguir avanzando. De igual forma, se agradecen los incontables puntos de control en cada estancia donde podremos proseguir rápidamente cada vez que seamos detectados. Mientras que, en su contra, la jugabilidad en algunas ocasiones se antoja algo tosca a la hora de realizar ciertas mecánicas.
Entornos y animaciones bellísimos
El trabajo que ha realizado Honig Studios destaca bastante por sus entornos cartoon y la gran elaboración de las distintas estancias. No solo encontraremos el convento, con múltiples localizaciones, sino que también visitaremos nuevos emplazamientos como una mina, desiertos, trenes y alguna que otra sorpresa más. Todo se encuentra genialmente recreado y sorprendentemente bien diseñado para un indie que quiere ser más que eso.
También nos ha dejado gran sabor de boca las ocasiones en las que podremos controlar a la madre del pequeño, aunque aquí también se desaprovecha una gran ocasión para sumar originalidad al título pues las mecánicas de este nuevo personaje serán completamente las mismas que las de su hijo. Aunque, en lo positivo destaca que no tendremos una única manera de llegar a nuestro destino, sino que encontraremos diversos caminos para finalizar cada una de las estancias.
Por otro lado, una vez salgamos del convento encontraremos otros parajes con otros enemigos como los bandidos que destacan por la fiebre del oro y también se aprovechan de los mas pequeños para hacer las tareas mas sucias que a nadie les gusta. Tampoco faltarán algunos acertados momentos de puzles y ser muy perspicaces a la hora de jugar con ciertos elementos del entorno para abrirnos paso a nuevas estancias bajo un apartado técnico y artístico de gran calidad para un indie. Por el contrario, la banda sonora del juego se queda en una mera anécdota pues en pocas ocasiones escucharemos algo más allá del silencio.
Conclusiones
El Hijo: A Wild West Tale es una obra que destaca por su calidad y diseño artístico, así como la bien ideada técnica del sigilo con múltiples estancias y diferentes situaciones que podrán en alarde nuestro ingenio. Si bien la historia podría haberse cuidado un poco más pues nada sobresale al margen de la idea inicial de un recorrido por reencontrarnos con nuestra madre. Estamos ante un indie de calidad en muchos aspectos, pero su corta duración y la repetibilidad en la jugabilidad pueden pesar en su contra.
El Hijo: A Wild West Tale es una obra que destaca por su calidad y diseño artístico, así como la bien ideada técnica del sigilo con múltiples estancias y diferentes situaciones que podrán en alarde nuestro ingenio.
Ingeniero de Telecomunicaciones. amante de SEGA y todo lo que tenga que ver con Sonic. Nintendero por bandera y Game Pass en el corazón. Muy fan de Halo y las sagas Gears of War o Forza. Siempre con mi Steam Deck en la mochila...