Estamos a tan solo unos días de que llegue una de las festividades que más división de opiniones provoca en general. Bien seamos de aquellos que prefieren bajar a la tienda de la esquina a por unos cuantos harapos y objetos de plástico que no durarán más de una noche o de aquellos que prefieren quedarse en casa alejados de la fanfarria, lo cierto es que Halloween es uno de esos acontecimientos que ya se han instaurado en las raíces de nuestra cultura globalizada. Parte del fenómeno se debe no solo a que el 31 de octubre nos de la excusa para diluir aquello que nos aterroriza con la colecta de caramelos o los bailes en concurridas fiestas donde no conocemos a la mayoría de personas que acuden a ellas. Porque dentro del miedo también puede haber diversión si somos capaces de contemplar dicha emoción desde el espectro adecuado. Y, precisamente, el mundo de los videojuegos sabe como sacar buen partido de ello, siendo Luigi's Mansion 3 el título del que os hablaremos en estas líneas.
Next Level Games y Nintendo vuelven a la carga con un título que sirve para demostrar que la compañía japonesa posee personajes con tanto potencial como su mítico fontanero. En este caso, el hermano de Super Mario nos llevará por una tercera aventura que está a la altura del resto de títulos estelares de Nintendo Switch. A pesar de la expresión facial de terror que muestra Luigi durante todo el juego, el avatar de Nintendo ha logrado hacer de tripas corazón y demostrar que, en este caso, su valentía no solo se refleja en cada paso que da hacia los oscuros rincones del hotel que acoge esta aventura, sino en esa intención de colarse en la lista de los juegos más dignos que han visto la luz este año. ¿Lo conseguirá? Os invitamos a descubrir esto y mucho más en las siguientes líneas.
Planta 1: El escenario como un protagonista paralelo a Luigi
Suele ser ya costumbre en muchos de los trabajos llevados a cabo por Nintendo que los niveles en los que transcurren sus aventuras son tratados con tanta o más atención que el resto de apartados del conjunto. Algo que se traduce, esencialmente, en el hecho de que muchos títulos exclusivos de la gran N nos dan a entender que lo realmente importante, lo que nos mantendrá atentos a lo que sucede en la pantalla, no es el fin que perseguimos, sino el camino que recorremos hacia él. Sin embargo y con el objetivo de contextualizar un poco antes de adentrarnos en las entrañas de Luigi's Mansion 3, hay que decir que el punto de partida del viaje comienza con unas vacaciones que no acaban como deberían. Luigi, Mario, Peach y tres Toads deciden alojarse en un hotel a todas luces sospechoso para acabar envueltos en una epopeya de luces ultravioleta, entidades del más allá y los varios microinfartos que Luigi irá sufriendo con cada puerta que abra.
Luigi's Mansion 3 establece un comienzo totalmente anodino no porque no se esfuerce en construir algo más elaborado, sino porque entiende a la perfección que eso no es a lo que debe dedicar más esfuerzos. Aquí lo realmente importante es el hotel, sus paredes, sus plantas, sus pasadizos y todos y cada uno de los espectros que lo habitan.
Desde una perspectiva general, las estancias del hotel encantado guardan una gran riqueza en su diseño ya no solo por la idea de que están repletas de secretos por descubrir, sino porque estos se presentan de forma lo bastante fluída y evidente como para que el jugador los halle fácilmente; eso sí sin dejar de sentir que ha sido él el responsable del hallazgo. En este sentido Luigi's Mansion 3 es sumamente inteligente al presentar una enorme cantidad de rincones cuya puerta será siempre abierta por el jugador, mostrándose todo esto como una recompensa tan válida como aquella que experimentamos al recoger un coleccionable.
Por otro lado y si prestamos atención a la distribución de las habitaciones en si misma, Luigi's Mansion 3 presenta un diseño de niveles que quiere distanciarse un poco de lo que hacía grande a sus anteriores entregas. Tal y como ya mencionábamos en nuestras impresiones finales del juego, en esta ocasión los laberínticos conglomerados de pasillos se dejan a un lado para presentar una estructura que se divide en diversas plantas, correspondiéndose cada una de estas con un nivel diferente. Y, si bien es cierto que esto sirve para poder presentar una gran variedad de situaciones sin que las ambientaciones de las mismas chirríen entre sí, la complejidad del escenario de las anteriores entregas se ha sacrificado de cara a ofrecer fases más guiadas y lineales.
Sin embargo, la virtud que hay tras la idea de ofrecer una gran variedad de situaciones diferentes también trae consigo algunas sombras; sobre todo en aquellas ambientaciones más alocadas y que son más propias de un sueño febril que de un cuento paranormal. Y es que paradójicamente, aquellas plantas que poseen un entorno de ensueño son las que menos interés generan. Principalmente porque se encuentran bajo la sombra de lo que hace a aquellas que son cotidianas más atractivas: la manera en la que Next Level Gameslogra hacer que una habitación normal y corriente rebose magia entre cada una de las dobleces de sus paredes.
Planta 2: Las mecánicas jugables como motor de la aventura
Desvelar los misterios que aloja un hotel encantado no es moco de pavo para nadie, y menos para un personaje cuyo cobarde tembleque se ha convertido en una de sus señas de identidad. Así, Luigi no irá con las manos desnudas a la hora de explorar cada estancia del escenario, sino que contará con la mítica aspiradora que ya le ha servido de arma en otras entregas. Solo que, esta vez, este artilugio presentará una serie de nuevas funcionalidades que permitirán que los puzles cuenten con diseños más novedosos y, por tanto, que la jugabilidad sea más profunda.
Pasando por las ya conocidas funciones de aspirar y devolver el aire al exterior o pegar un fogonazo con la linterna para accionar botones o atontar a los fantasmas para atraparlos, el artefacto del Profesor Fesor nos permitirá recurrir a una nueva mecánica que se convertirá en una de las novedades jugables más importantes de Luigi's Mansion 3: aquella que nos permite generar un segundo Luigi con una textura más viscosa que permite una serie de usos de lo más versátiles. Desde poder pasar por rejillas y conductos de ventilación para entrar en habitaciones inaccesibles para Luigi hasta erguir sobre esta mecánica una serie de puzles y situaciones que requerirán que hagamos uso de los dos personajes.
La aspiradora es el eje angular sobre el que giran el resto de elementos de Luigi's Mansion 3. El escenario no podría ser atravesado sin ella, los fantasmas nos acosarían sin cesar si no contáramos con un arma de tales características y la sensación de satisfacción que aparece al arramplar con todo lo que hay por los niveles no aparecería en nuestro corazón de no ser por ella. Sin embargo, existen algunos aspectos de la misma que generan una serie de pequeñas fricciones con ese ritmo al que el jugador disfruta de lo que hace: el sistema de control. Unas que consisten, esencialmente, en un apuntado que cuenta con una sensibilidad que nos impide fijar con total precisión el objetivo sobre el que queremos acertar.
Y, si bien es cierto que Luigi's Mansion 3 es un título que cuenta con un ritmo de juego de carácter más contemplativo y pausado que otras propuestas, esto puede llegar a chirriar en aquellas situaciones en las que se espera que el jugador dé una respuesta rápida como, por ejemplo, en los combates contra los jefes finales. Algo que, si bien no llega ni de lejos a empañar las virtudes que la aspiradora presenta como centro neurálgico de la jugabilidad del título, si trae consigo algunos momentos donde podríamos llegar a sentir frustración por no tener un control milimétrico de lo que hacemos.
Planta 3: La sensación de descubirmiento como principal recompensa
El tercer pilar sobre el que se yergue la aventura de Luigi's Mansion 3 se camufla en aquellos puzles que están repartidos por todas las habitaciones y que traen consigo la sensación más satisfactoria que nos acompañará durante todo el viaje: aquella que se sostiene sobre el descubrimiento de lo desconocido. Y es que además de contar con los típicos acertijos en los que la recompensa es un coleccionable o la llave para abrir una puerta y continuar avanzando por el nivel, Luigi's Mansion 3 nos presentará a cada paso que damos una serie de oportunidades de interactuar con todo lo que nos rodea.
Hablamos de una serie de sucesos que se basan en minicadenas de acción-reacción en las que si hacemos un movimiento adecuado, ocurrirá algo sorprendente. Desde absorber con la aspiradora un cojín que estaba repleto de billetes hasta encontrar la habitación secreta que nos esperaba detrás de un cuadro, el título nos ofrece una serie de puzles en miniatura que permitirá que aquel proceso en el que estamos intentando resolver aquellos más grandes nunca sean tediosos. Algo que se logra gracias al hecho de que en Luigi's Mansion 3 están ocurriendo cosas constantemente gracias a la abundancia de objetos que aguardan en las habitaciones y al potencial interactivo que surgen entre estos y nuestra aspiradora.
No obstante hemos de decir que, aunque la sensación de descubrimiento se encuentre presente en toda la aventura, lo cierto es que la interactividad con el entorno de la que hablábamos antes pierde un poco de interés hacia los tramos finales del juego. Y esto no es algo que se deba a que las últimas partes del mismo estén diseñadas con menos acierto, sino a que como jugador es fácil llegar a entender que los puzles de Luigi's Mansion 3 en muchas ocasiones no dependen de si somos capaces de encontrar la solución adecuada, sino de ir probando todas las opciones que tenemos hasta dar con la correcta. Una dinámica que genera situaciones en las que lo único que hemos hecho de cara a los compases que cierran la aventura es tratar de ponerlo todo patas arriba con nuestra aspiradora y, aunque esto no reste a la suma total de satisfacción que aporta el título, si que choca con ese entusiasmo inicial con el que se afrontan los primeros puzles.
Planta 4: Los modos multijugador como el apoyo perfecto
En un alarde de volver a reivindicar una de las cualidades que convierten a Nintendo en lo que es, la compañía japonesa ha querido implementar en el videojuego una serie de modos multijugador para que podamos disfrutar de Luigi's Mansion 3 con otros usuarios. Nintendo sabe que la diversión siempre se ve potenciada cuando la experimentamos en compañía; sobre todo si lo que tenemos al lado son esas personas que nos ofrecen el cálido abrazo de la amistad en lugar del frío ectoplasma que conforman a las entidades que nos encontraremos en el juego.
Así, las opciones se convierten en muchas y muy variadas, desde poder disfrutar la totalidad de la aventura en cooperativo con otra persona hasta una serie de minijuegos para hasta 8 jugadores que ya os presentábamos hace poco en otro artículo, pasando por el que quizás sea su vertiente multijugador más atractiva: La torre de los desafíos.
Y si queremos prestar más atención a este último es porque es donde se encuentra el apartado al que recurrir cuando queremos hacer un descanso de la aventura principal y disfrutar de una experiencia más centrada en la acción. Así, el modo Torre de los Desafíos se yergue como uno en el que deberemos completar una serie de objetivos en plantas que serán diferentes en cada ocasión. Y, teniendo en cuenta que contamos con un tiempo limitado para cumplir la misión y que además de esos fantasmas que nos harán la vida imposible hay todo tipo de trampas repartidas por el escenario, todo esto se torna en la oportunidad perfecta para exprimir al máximo las posibilidades que ofrece Luigi's Mansion 3 a la hora de cooperar con otros jugadores.
Planta 5: Conclusión
Si hay algo que podríamos decir de Luigi's Mansion 3 como colofón final a lo aquí escrito es que estamos ante uno de esos juegos tremendamente complejos de analizar. Sobre todo porque la mayor virtud del título de Next Level Games reside en su jugabilidad y en esa interactividad que se plantea entre el nosotros y el entorno, y hubiera sido una pena destriparos cualquier situación, por pequeña que fuera, haciendo uso de ejemplos concretos. Por otro lado, esto último señala una idea clara y concisa: Luigi's Mansion 3 es uno de esos títulos que esconde muchas bondades tras cada esquina; unas cuyo descubrimiento resulta tan gratificante que poner los pies en la tierra por un momento ilustrando un puzle específico hubiera sido una falta de respeto al gran trabajo de diseño que han realizado sus desarrolladores.
En definitiva, las virtudes de Luigi's Mansion 3 son lo suficientemente potentes como para que nos quedemos con la sensación de que lo único que podemos hacer es abriros la puerta a sus habitaciones, pero que séais vosotros, en vuestras propias carnes, los que se decidan a explorar las estancias de su hotel. Y es que dicen que la vida es para los valientes de corazón, para los que superan las barreras que se instauran con el miedo y para aquellos que quieran abrazar lo desconocido. Solo así se pueden descubrir experiencias de lo más increíbles y Luigi lo ha conseguido; ahora te toca a tí.
Luigi vuelve a la carga adentrándose en una aventura cuyas virtudes más reseñables se esconden tras su s mecánicas jugables. Nintendo ha vuelto a lograr una obra donde lo que hacemos y los entornos que recorremos se encuentran con gran acierto en una experiencia donde la sensación de descubrimiento es la mayor recompensa y, en definitiva, haciendo que Luigi's Mansion 3 pueda colarse en la lista del resto de títulos estelares de Nintendo Switch.
Jugabilidad
Diseño de los escenarios
Duración
Ambientación
El diseño de niveles cuenta con una gran variedad de ambientaciones
La exploración se convierte en una recompensa en sí misma
Conserva la esencia de la saga mientras añade nuevos giros a su jugabilidad
Los puzles optan por la sencillez de cara a ofrecer una experiencia fluida
El sistema de control chirría en algunas situaciones concretas
Crecí rodeado de naturaleza y campos de trigo, pero con la cabeza llena de historias sobre dragones y planetas lejanos. Después me hice psicólogo para poder fascinarme con las historias de los demás.