En la actualidad, el mundo de los videojuegos comienza a vislumbrar el territorio de los gráficos fotorrealistas. Donde el objetivo de la mayoría de las grandes compañías es conseguir un aspecto gráfico con un nivel de cuidado tan concreto, las empresas más pequeñas a veces optan por los clásicos gráficos en 2D, con pixeles grandes y sprites inundando la pantalla. La última incursión en consolas de estos juegos con aroma clásico ha llegado de parte de Abylight Studios y Locomalito con Maldita Castilla Ex. Os contamos lo que nos ha parecido.
Hay que dejar claro que Maldita Castilla Ex en realidad es la revisión de un juego que vio la luz en el año 2012, exclusivamente para PC. Ahora, cuatro años después y después de que mucha gente le pidiese al creador que lanzara el juego en más plataformas, Locomalito se decidió por hacer lo que le pedían.
Empezaremos hablando por el aspecto visual del mismo. Estamos ante un juego que utiliza técnicas de pixel art para mostrarnos una Castilla oscura y mágica. Desde el principio veremos que los protagonistas, aunque con poca carga poligonal, son fácilmente reconocibles. Don Ramiro, con su barba castaña es fácilmente reconocible, al igual que sus compañeros de batalla. También nos gustaría recalcar que, aunque claramente el juego recrea los gráficos clásicos que podíamos ver en la NIntendo NES, hay amplias mejoras respecto a esos tiempos. Todo lo que hay en pantalla se mueve con bastante fluidez y los efectos de colores de armas, enemigos, fuego, etc., se ven estupendamente.
Respecto a los monstruos que nos encontramos, hay una variedad enorme. Este reportero no recuerda la última vez que se encontró con tal cantidad diferente de enemigos en un juego. Lo que comienza con zombies, continúa con arpías, fantasmas, armaduras poseídas, dragones, arañas, esqueletos y una larga lista de enemigos que llega a los 48. Todos tienen un patrón, todos son vencibles y todos son geniales. Aunque hay que decir que todos ellos pueden acabar contigo rápidamente, con lo que hay que temerlos a todos, por inofensivos que parezcan. Me voy a acordar toda la vida de ciertos dragones rojos que vuelan entre molinos de viento, por haberme hecho perder una cantidad ingente de vidas.
Además, estos enemigos no se repiten, cada uno tiene su propia pantalla. Excepto algún enemigo más general (como las armaduras poseídas) cada monstruo tiene su tiempo y su lugar. De esta manera el juego siempre te presenta un reto nuevo. Aunque generalmente tienen que ver con los jefes de final de fase.
Efectivamente, esta revisión cuenta con 19 jefes finales. Todos ellos tienen bastante carisma visual y están sacados directamente del folclore de la península ibérica. La mantícora o la hilandera son estupendos ejemplos de cómo crear jefes en videojuegos que parezcan clásicos pero que en realidad son completamente novedosos. Además, algunos tienen un aspecto realmente divertido, como el Nuberu, un mago capaz de controlar la meteorología que tiene cierto aire a Gandalf, pero que luego presenta un combate realmente divertido e interesante.
Una de las virtudes que tiene el juego es que destila originalidad y versatilidad por todos los lados. No hay dos jefes iguales, ni dos pantallas parecidas. Incluso se ve que existe cierto esfuerzo en hacer los niveles diferentes, haciendo que algunos sean de scroll vertical en vez de horizontal. También existen pantallas con un desvío en el camino para encontrar secretos, lo cual nos gusta bastante.
Aunque estos desvíos nos quitarán algo de tiempo, algo importante dado que cada pantalla tiene una cantidad de segundos determinada para poder pasarnos el nivel. Este tiempo suele ser más que suficiente y esto se debe a que el tiempo está presente más para darnos una puntuación mayor que para otra cosa.
Además de esta cantidad de enemigos y la variedad de niveles, también encontramos variedad de objetos. Desde los típicos bonus de salud con forma de carne asada y los relojes de arena que nos dan tiempo extra para superar la pantalla a algunos diferentes, como las botas aladas que nos permiten realizar un doble salto o el hada azul, que nos servirá como ayudante, flotando sobre nosotros y disparando al mismo tiempo que nuestro personaje, para así poder defendernos mejor.
Por supuesto, también contamos con diferentes armas que nos servirán para un momento u otro. En principio lanzamos nuestra espada, que hace poco daño, pero sirve para todo. En los cofres que encontraremos en nuestra aventura, podremos conseguir un token que nos permitirá cambiar de arma. Todas hacen más daño que la espada y tienen diferentes efectos de lanzado. Es decir, algunas se lanzan en línea recta (como la espada), otras hacen un lanzamiento creando un pequeño arco y otra es como un boomerang.
Al principio, parece que hay una superior a las demás, la boleadora. Esta arma hace un daño decente y ocupa más en la pantalla que la espada, con lo que va arrasando. Pero tras jugar bastante, nos damos cuenta que el fuego santo hace mucho más daño, aunque se lanza en arco, lo cual la hace algo incómoda. Este reportero se queda con la hoz, que es muy rápida y vuelve a la mano, haciendo un daño decente, aunque como ya decimos, cada arma tiene un lugar y un momento.
Por poner un ejemplo, los niveles se pasan mejor con armas como la boleadora o la hoz, pero los jefes sufren mucho más daño con el hacha o el fuego santo. Y los lugares en los que hay muchos enemigos, lo mejor son las dagas, que se lanzan de tres en tres y en diferentes direcciones. Cómo podéis ver, hay de todo en este juego.
Por cierto, la revisión del juego cuanta con varios finales, que tienen que ver con la puntuación conseguida y las continuaciones utilizadas. Estas son infinitas, pero a partir de la cuarta se nos dice que si continuamos estaremos vendiendo nuestra alma, con lo que tenemos que esperarnos un final peor. También hay que tener en cuenta que cuando utilizamos una continuación se reinicia la puntuación, con lo que solo los más habilidosos conseguirán uno de los finales buenos.
También queremos decir que el juego no está exento de fallos. Aunque la revisión está muy lograda y, como os comentamos en la presentación, hay múltiples añadidos, hemos podido sacar algún fallo. Por ejemplo, los ocho modos de vídeo que tiene, en realidad son cuatro, pero se multiplican por dos ya que en cada modo de vídeo se puede elegir si ver el juego con una definición más clásica o una más nítida. No es que sea un gran fallo, pero es algo menos de lo que parecía en principio.
El otro fallo lo encontramos en ciertas zonas del juego, que establecen picos de dificultad que se salen de la escala normal del juego. Estas zonas son, concretamente, los lugares en los que saltamos entre plataformas móviles sobre un vacío mortal. Hemos encontrado que el control, bastante preciso en general, se muestra tosco al cambiar de dirección en el aire y en estas zonas eso nos hará perder más de una vida. Además, curiosamente en estas zonas los enemigos aparecen de manera casi aleatoria por la pantalla, haciendo que de vez en cuando se colapsen unos con otros o que aparezcan cuando nosotros estamos en pleno salto, haciendo imposible que les podamos esquivar. Son momentos puntuales, pero existen y lo mismo los pasas rápido y sin problemas, que pierdes tres vidas enteras por pasar.
Está bien que el juego sea difícil, de hecho nos ha gustado que no caiga en la trampa fácil como otros juegos similares, cuya dificultad se basa en esconder enemigos en el borde de la pantalla (Volgarr, The Viking, esa es para ti). Pero existen esas zonas más complicadas casi porque sí.
Por último, después de haber hablado de la calidad gráfica y de la cantidad de opciones que encontraremos en el juego, debemos hablar de su maravillosa banda sonora. Desde aquí le mandamos nuestro mayor aplauso a Gryzor87. Las melodías que suenan a lo largo de todo el juego son realmente especiales. Nos trasladan a salones de recreativas antiguas, con alfombras de colores y el griterío de la juventud. Además, consigue con muchos menos medios que grandes empresas un resultado estupendo, con múltiples melodías que se alojan en nuestros tímpanos. Este analista considera que algunos de los temas son soberbios, por su aparente sencillez y su capacidad para sorprender y ser pegadizos. Hay un tema concreto, en el segundo nivel, cuando llegamos a los molinos de viento, donde la banda sonora parece una mezcla de Castlevania y flamenco, pero todo hecho con los sonidos de los juegos antiguos. Genial, no se puede decir nada malo del trabajo de este compositor al que esperamos que se le reconozca en el futuro.
Con una jugabilidad clásica y precisa, a pesar de los picos de dificultad puntual, estamos ante un verdadero juegazo que contentará a todos aquellos nostálgicos. Además, a los más jóvenes también puede introducirles en el mágico mundo de los arcades imposibles. No es el juego más difícil que existe (sobre todo con las continuaciones infinitas) y eso hace que sea asequible, aunque también sea un reto.
También tiene multitud de añadidos respecto a la versión original, como los nuevos niveles y jefes, los nuevos temas de la banda sonora o el bestiario, con descripciones de cada monstruo u objeto que encontremos en nuestra aventura. Haciendo este uno de los mejores “remaster” de la generación, ya que introduce cosas nuevas de verdad, no como muchos otros títulos. Además, su envidiable precio hace que sea un juego imprescindible para los amantes del género. Os recordamos que Maldita Castilla Ex saldrá el 20 de julio para Xbox One y que estará rebajado hasta el día 1 de agosto.
