Hace ya algo más de dos años que se estrenaba originalmente Overcooked, un videojuego de cocina que llegaba para conquistar a miles de jugadores con una jugabilidad basada en los llamados juegos festivos. A pesar de tratarse del primer videojuego lanzado por el estudio independiente británico Ghost Town Games y llegar al mercado sin hacer demasiado ruido, el juego fue cobrando popularidad gracias, en parte, a su éxito en las plataformas de vídeo, en donde Overcooked mostraba su mejor faceta como videojuego social.
Ahora, en 2018, el mismo estudio responsable de esta grata sorpresa une fuerzas con la misma editora, Team17, para traer al mercado una secuela, Overcooked 2, cuyo lanzamiento ya no ha pasado desapercibido para nadie. El desarrollo ha sido seguido por miles de fans de la apuesta culinaria del equipo británico y las expectativas no son precisamente bajas. Pero, ¿logra Overcooked 2 estar a la altura de lo que se espera?
Lo primero que cabe la pena remarcar de Overcooked 2 es que, como era de esperar, no se desvía demasiado del camino marcado por su exitosa precuela. De nuevo, a través de esta obra, nos ponemos en la piel de un grupo de chefs que deben hacer frente a todo tipo de obstáculos dentro de su cocina para poder cumplir con su deber y entregar las comandas que les llegan de parte de los comensales.
Como ya ocurría en la primera entrega, la cara más amable del juego se muestra cuando se unen a la partida varios jugadores, tomando cada uno de ellos el control de uno de los cocineros. Al fin y al cabo, es un juego festivo, y es en la interacción entre los jugadores en donde reside su auténtica esencia. Tratar de cooperar con nuestros amigos en medio de una cocina trepidante a la que no paran de llegar comandas y en donde ocurren cosas tan insólitas como que aparezcan y desaparezcan escaleras es un placer, un auténtico manjar que ya degustamos con Overcooked en 2016 y que no pierde un ápice de su sabor con el paso del tiempo.
La misma fórmula jugable que conquistaba a miles de personas en 2016, está de vuelta. Sin embargo, no llega sin cambios, y es que Overcooked 2 coge aquello en lo que se cimentaba su precuela y busca expandirlo, darle más profundidad. Overcooked 2 cuenta con más chefs, más recetas y, lo más importante, más mecánicas dentro de la cocina. Los escenarios tienen un papel aún más importante y son los protagonistas de los dos cambios más importantes. Por un lado, se han añadido más utensilios de cocina que permiten complicar la situación más allá de lo visto en el Overcooked original. Pero, por otro lado, los cambios que se van produciendo en los escenarios resultan más sustanciales a nivel jugable. Será indispensable la cooperación, no solo para llevar a cabo las tareas de la cocina, sino también para que los cambios en los escenarios no nos pillen desprevenidos y, por ejemplo, nos dejen 30 segundos sin acceso a un cierto alimento.
Además de la campaña y el modo versus, ya presentes en el juego original, se han incluido nuevos modos que nos permiten disfrutar de la fiesta que es Overcooked 2 tanto online como en nuestro mismo televisor de forma arcade o con unos objetivos concretos. Es cierto que estos modos siguen sin ser el centro de atención y que lo más divertido, como ocurría en el juego de 2016, es la campaña en cooperativo. Pero, igualmente, son un buen añadido que le sigue sumando horas a una de las apuestas más divertidas que llegan al mercado en todo 2018.
En general, Overcooked 2 es conservador dentro de su jugabilidad, dejando fijo aquello que funcionaba y enamoraba en 2016, pero expandiendo su apuesta con más mecánicas, más complicaciones, más escenarios y más modos de juego. De esta forma, Ghost Town Games aplica la frase de "si no está roto, no lo arregles", y lanza al mercado una apuesta segura para aquellos que disfrutaron de la precuela.
Como bien explicaba en el apartado anterior, Overcooked 2 se siente más como una expansión de la apuesta inicial que como una secuela como tal. Esta nueva entrega mejora, en casi todos los aspectos, a su predecesora. Tiene una interfaz más limpia, resulta más agradable visualmente y ofrece muchas más opciones jugables. Pero, como en cualquier expansión, no se ha tocado la raíz del juego, el diseño básico de la apuesta sigue inamovible y eso conlleva que algunos de los problemas de Overcooked se trasladen también a esta segunda parte.
No es que Overcooked tuviera muchos problemas, pero si hay algo con lo que el juego no supiera lidiar era precisamente con los jugadores solitarios. Mientras que la apuesta en cooperativo es absurdamente divertida, cuando el componente multijugador desaparece, el resultado es un plato bonito pero tremendamente soso, como esos que te ponen en el hospital cuando te operas. El hecho de no tocar para nada la raíz de la apuesta hacer que en Overcooked 2 nos encontremos con el mismo problema. Manejar a dos cocineros a lo largo de la campaña puede resultar divertido durante unos cuantos minutos, pero a la larga acaba siendo una experiencia estresante, frustrante y de la que queremos escapar cuanto antes.
Es cierto que el enfoque del videojuego es totalmente multijugador, pero dado que se nos da la posibilidad de disfrutar completamente solos, se habría agradecido mucho alguna mejora en este aspecto que hiciera a Overcooked 2 un juego atractivo para todo tipo de público. Algo que adaptara la estupenda propuesta y la hiciera más atractiva para el juego en solitario.
Otro de los problemas que se deriva de los escasos cambios introducidos es el público objetivo de la obra; ¿a quién le merece la pena comprar Overcooked 2?. Si ya habéis jugado al juego original y os ha gustado, desde luego que esta secuela es una apuesta segura. Sin embargo, si no caéis dentro de ese grupo, la nueva obra tiene bastante poco que ofreceros. Si Overcooked no os convención, no lo hará esta secuela; y si no lo habéis jugado, las diferencias no justifican pagar de más, así que sale más rentable empezar por el primero. Y no digo esto con rabia, sino más bien con cierta tristeza por todo el potencial desaprovechado, porque, tal vez, con uno o dos años más de desarrollo, se podría haber dado alguna vuelta de tuerca importante que me hiciera ver a este videojuego de otra manera.
Saliéndonos del apartado jugable de Overcooked 2 y de sus luces y sombras, nos encontramos con poco más que comentar, ya que entramos en aspectos que apenas se han tocado ni falta que les hace. A nivel narrativo la obra sigue la estela de la primera parte y pone una excusa completamente absurda, en este caso un apocalipsis zombi con panes que resucitan de entre los muertos, para dar pie al humor y a las aventuras del videojuego.
Por su lado, en cuanto al apartado visual, nos encontramos con que Overcooked 2 también sigue la estela de su predecesor y nos ofrece unos gráficos minimalistas, coloridos y con una estética desenfadada que casa a la total perfección con lo que se nos propone en el videojuego. Es importante remarcar el trabajo realizado a nivel de interfaz por Ghost Town, ya que el resultado final para esta segunda entrega es mucho más limpio, claro y agradable a la vista.
Los controles del videojuego vuelven a ser los de la primera entrega, destacando especialmente la posibilidad, ya presente en el juego original, de que dos personas jueguen con un mismo mando. Esto hace que, incluso si solo tenemos un mando, tengamos acceso a la parte más amable y divertida del videojuego. Además, incluso este tipo de control resulta cómodo y preciso, por lo que no hay problema alguno para disfrutar con amigos del videojuego.
En cuanto a cantidad de contenido, nos encontramos con una obra más grande que el juego original. La campaña tiene más extensión, los niveles secretos más jugo y gracias a los desbloqueables y la adición de nuevos modos de juego, tanto online como offline, Overcooked 2 ofrecerá decenas de horas de diversión sin duda alguna. Es importante remarcar que no hemos podido comprobar el buen funcionamiento del online debido a que, al jugar días antes de su lanzamiento oficial, encontrar partida era tarea casi imposible.
Overcooked 2 es, ante nada, un juego muy bueno y divertido. Dicho esto, debemos entender que, en el contexto actual, después del Overcooked de 2016, nos esperábamos algo más. Esta secuela se limita a ser más una expansión que otra cosa. Es cierto que añade mucho contenido y pule algunas asperezas de la obra original, pero los fallos importantes, debidos al diseño del juego, siguen estando presentes. La receta no se ha visto alterada más que en el condimento y eso implica que, al igual que con la obra original, si lo que queréis es jugar solos, este videojuego no es para vosotros.
La mejor metáfora con la que definir Overcooked 2 es, de forma muy adecuada, salir a cenar a un buen restaurante. La comida y el lugar son buenos, pero si no vas bien acompañado es posible que no lo disfrutes ni la mitad. Eso sí, si hay alguien con quien disfrutar de las apuestas cooperativas de la obra, Overcooked 2 es uno de los mejores juegos festivos, uno al que solo Super Mario Party puede intentar hacer sombra.
En resumen, la propuesta de Overcooked 2 es tremendamente conservadora. Si os gustó el primer videojuego, esta secuela se convierte en una apuesta segura; pero por el contrario, si el primero no os convenció del todo, no hay nada en la nueva obra que pueda engancharos. Sea como fuere, por encima de sus luces y sombras, lo que realmente destaca es que cuando Overcooked 2 muestra su cara más amable es de lo más divertido del 2017