En el E3 2016 se han anunciado múltiples videojuegos, algunos se habían filtrado anteriormente, otros fueron verdaderas sorpresas, como el juego que hoy nos ocupa, Trials of the Blood Dragon. Este juego trata de fusionar la diversión y sencillez (en apariencia) de la saga Trials, con el exceso de neones y la sobrada continua de Blood Dragon, el spin-off de Far Cry 3.
Todo lo que aparece en Trials of the Blood Dragon pretende tener un sabor añejo, como de los años ochenta. Hay colores rosas y amarillos por doquier. También podemos ver como el juego tiene un acabado con grano de película antigua, como si fuese una cinta de vídeo. Esto también tiene que ver con cómo está contada la historia, porque sí, este juego de Trials tiene historia.
Continuando con el argumento de Blood Dragon, el soldado Rex Colt (protagonista de Far Cry Blood Dragon) tuvo hijos y ahora estos, en su adolescencia, también son soldados. El argumento no es digno de un Oscar, pero peores cosas hemos visto. La historia del mismo se va contando a través de vídeos cortos realizados con dibujos animados que parecen sacados de principio de los años noventa. De hecho, eso es algo que se respira por todo el juego, intenta ser tan ochentero, que en realidad llega a principios de los noventa, con multitud de colores cremas que le dan a todo un aire algo simplón.
Pero más allá de los dibujos animados que intentan recordarnos tiempos mejores (sin conseguirlo), nos encontramos con un juego que no ha mejorado en absoluto los gráficos encontrados en Trials Fusion. Los árboles, rocas, edificios, todo es idéntico. Incluso podríamos decir que todo es algo peor, ya que la sobresaturación de tonos pastel hace que todo el ámbito gráfico se vea desfasado.
Aunque durante el juego hay multitud de explosiones, cambios de escenarios (algunos especialmente psicodélicos), lugares con agua e incluso un monstruo moviéndose mientras nosotros rebasamos los obstáculos, el juego no sorprende en ningún sentido. Esto se debe a dos motivos: el apartado gráfico con nula mejora y que las pantallas no ofrecen el mayor reto (al contrario que otras entregas de la saga).
Las físicas del juego son las conocidas en la saga Trials, así que no hay mucho que decir al respecto, por lo menos cuando vamos sobre la moto. Efectivamente, hay momentos en los que vamos a pie y las físicas son, sin encontrar una palabra mejor, atroces. Aunque de esto ya hablaremos más adelante.
en el ámbito gráfico no se puede decir mucho más, se utiliza algún truco para que las pantallas no parezcan similares (como el cambio de posición de la cámara) pero, por lo demás, se trata del mismo sistema visual que hemos visto en anteriores versiones de Trials.
Si en el ámbito gráfico no hace ninguna mejora y las pocas novedades que trae (los dibujos animados) carecen de personalidad, en la parte sonora ocurre lo mismo. Las voces no están mal interpretadas, pero tampoco son de premio, de hecho, hacen todo lo posible por parecer ligeramente sobreactuadas. Esto no debería ser tomado como un defecto, ya que el estilo Blood Dragon se centra justamente en eso.
Aunque sí que debemos decir que la banda sonora pasa completamente desapercibida. No existe ningún tema especialmente reseñable que nos haya hecho sumergirnos más en la aventura que ofrece el juego.
Ahora bien, hablando de esa aventura, solo podemos decir tres cosas: corta, inconsistente y mala. Es corta porque, para ser un juego de Trials, ofrece muy pocas horas de juego. De hecho, se pueden pasar todas las pantallas en unas tres horas, siempre que hayamos buscado conseguir una mayor puntuación en cada pantalla. Además, aunque el juego tiene pocos niveles (cerca de 30, ninguno más largo de los cinco minutos), podría tener un creador de niveles, como Trials Fusion, pues no.
Es muy curioso como han obviado una de las cosas más divertidas e importantes de Trials, la capacidad de creación de la comunidad. Al tener un juego completamente cerrado, se convierte en un producto mucho menos duradero y disfrutable. No entendemos el motivo por el cual no han incluido las herramientas de creación de pantallas, excepto la necesidad de sacar el juego con prisas. De esta manera, nos encontramos ante un juego que podría haber dado más de si (como Trials Fusion) pero que se queda a medias, sin motivo aparente.
También es un juego inconsistente porque intenta tener una historia, que se nos van contando a través de los “episodios” de dibujos animados noventeros, pero luego las diferentes campañas nos llevan a un Miami que no hace más que copiarse del título Hotline Miami, otra en la que nos meten en una catacumba al más puro estilo Indiana Jones o nos llevan a la cuarta guerra de Vietnam (sí, este distópico mundo ya ha tenido tres guerras de Vietnam). Pero en ningún caso parece haber una continuidad real, de hecho, las campañas se pueden hacer en un orden indiferente, excepto la primera y la última.
Por lo tanto, la insípida y previsible historia que nos cuentan, carece de interés, aunque no se podría decir que esto es un error, ya que estamos hablando de un juego de Trials, donde el argumento no suele ser importante, por lo que no debemos otorgarle un peso especial a este tema. Pero claro, si el argumento no es importante, los gráficos tampoco (no hay mejoras, pero cumplen su cometido) y el ámbito sonoro se puede dejar a un lado, entonces se habrán centrado en su jugabilidad, como en anteriores Trials.
La respuesta es no, se trata de un juego malo. no solo decepciona, sino que incluso parece que te está faltando al respeto. Para empezar, tenemos dos protagonistas, cuya jugabilidad es idéntica, así que no hace falta hacer distinciones. Durante las pantallas, controlaremos la moto, como en todos los juegos de la saga y esta parte está bien, aunque sea algo más sencilla que en títulos anteriores. Entonces llega la puñalada, también hay partes en las que no conducimos una moto, sino que vamos a pie.
Todas estas partes son, como poco, horrorosas. El peso del personaje es nulo y lo saltos son imprecisos y descoordinados. Se nos presentan pantallas creadas con una simpleza total en las que cada salto es un golpe a la vista y los disparos (que funcionan moviendo el stick derecho) se presentan excesivamente simples. Tú puedes morir de un disparo y los enemigos también, pero su jugabilidad es tan rematadamente insulsa, que aburre y decepciona a partes iguales. Nos encontramos ante un juego que parece hecho con muchas prisas y sin prestar ningún mimo a su jugabilidad.
Se podría aguantar si estas fases fueran un par, pero resulta que cuanto más avanzamos en la historia, más fases de este estilo hay, rompiendo el ritmo del juego y la diversión. Casi parece que Ubisoft ha querido castigar a los jugadores y eso no es nada bueno.
Aunque debemos decir que no todo es malo, ya que han metido un par de novedades realmente divertidas. Una de ellas tiene que ver con las pantallas de Indiana Jones, ya que se cambia la moto por un vagón de minero. no puede acelerar, dado que va por inercia, aunque sí puede frenar y hay que tener cuidado. Son un par de pantallas divertidas, diferentes y que hacen un gran uso del gancho, uno de los nuevos artilugios del juego. El gancho nos permite asirnos a cierto tipo de estructuras, permitiéndonos balancearnos entre obstáculos. Es un añadido que ofrece nuevas posibilidades, aunque no creemos que esté aprovechado del todo.
La otra novedad interesante tiene que ver con el coche de radiocontrol. Se trata del típico coche con ruedas enormes que nunca se vuelca, ya que las ruedas son más grandes que la carrocería. Por tanto, un gatillo sirve para acelerar con las ruedas delanteras y el otro para acelerar con las ruedas traseras. Así se forman pequeños momentos en los que, según caiga el vehículo, debemos apretar un gatillo u otro. Son fases curiosas e inteligentes, que demuestran que hay más de donde rascar, pero son pocas y el juego prefiere utilizar fases a pie (horrorosas) en vez de recurrir más a este tipo de novedades. Es un error en muchos sentidos, tener buenas novedades y no utilizarlas en pos de un sistema de plataformas a pie que cualquier jugador puede tildar de mediocre (siendo generoso) es un gran fallo por parte de Ubisoft.
Un juego continuista en casi todas sus vertientes , salvándose el aspecto gráfico, que simplemente no ha mejorado. Novedades desaprovechadas y un constante apoyo en unos niveles a pie que son dolorosos como poco. Es increíble que la misma compañía que ha creado los juegos de Rayman o Assassin’s Creed Chronicles, realicen un trabajo de plataformas en dos dimensiones tan tremendamente malo.
el juego salió a la venta el 13 de junio de 2016, justo durante el E3, para PC, Xbox One y PlayStation 4 al precio de 14,99 €. Hay que ser muy fan de la saga Trials para aceptar tragarse una parte importante de este título.
yyyy
No llegará a Juego del Mes XDD
Buau que nota. No me esperaba una muy alta pero si pensaba que sería mejor...
La verdad es que me lo esperaba algo mejor por el hecho de que el Trials me moló y el Blood Dragon también jajaja.
Estamos hablando de un posible GOTY?
Habría estado bien como minijuego en el Far Cry Blood Dragon