A estas alturas, pocos son los juegos me sorprenden genuinamente. Quizás sea por la idea de que a lo largo de mis 30 años de vida (y 27 con un mando de consola entre las manos) he visto de todo: juegos con mastodónticas campañas de marketing a sus espaldas que acaban rozando la línea de lo anodino cuando salen a la luz, títulos que se lanzan como un experimento para testear la tensión tácita que existe entre consumidores y grandes multinacionales y auténticos diamantes en bruto que brillan con luz propia sin necesidad de agentes externos y acaban convirtiéndose en auténticos bombazos inesperados.
Esos últimos son aquellos por lo que me juego la confianza de cualquier amigo que me pregunta por los títulos que están en el horizonte. Ahí es donde hay que posar la mirada y desplegar con fuerza toda la energía de nuestros músculos atencionales. Eso es lo que quiero hacer, precisamente, con Jump Ship; un juego del que pude ver un extenso gameplay en el último programa ID@Xbox al que fui invitado.
La descripción que ofrecen los propios responsables del juego aborda las típicas etiquetas que se ofrecen al cruel Dios del algoritmo con las que conseguir llegar a su público objetivo: first person shooter, cooperativo, 4 jugadores, espacio, ciencia ficción, futurista... Con estas palabras se puede entender a la perfección la premisa básica del juego. Pero mentiría si no dijera que es una de esas obras que, cuando la tienes delante, hace que te preguntes: ¿cómo es que nadie había hecho esto todavía?
Jump Ship es uno de esos juegos cuyo bucle jugable se yergue a partir de un par de procesos concretos que se intercalan a menudo en los títulos como servicio de corte cooperativo: eliges una misión a afrontar con tus amigos, la completas para obtener mejor equipamiento y recursos, mejoras a tu personaje y abordas objetivos cada vez más complicados.
En este sentido, el atractivo que ofrece Jump Ship y el motivo principal por el que podría convertirse en un bombazo es que combina a la perfección los momentos de ir a pie y aquellos en los que tienes que conducir tu enorme nave espacial. Esto es algo que se hace sin pantallas de carga ni transiciones, dado que esta última es una entidad que forma parte de la misión en si misma, al igual que ocurre con los barcos en Sea of Thieves.
Esto último implica que puedes subirte en cualquier momento a la nave y, mientras otro la pilota, deambular por sus pasillos y estaciones de carga para hacer reparaciones, acceder a su armamento o, simplemente, deleitarte con las increíbles vistas que ofrece desde sus cubiertas exteriores.
Jump Ship, en este mismo sentido, parece estar construido para que, una vez que entres a la misión, no haya cortes entre las diferentes partes de la misma, las cuales también pueden ocurrir en mitad del espacio; haciendo que el sistema solar en el que transcurre el juego no se sienta como una especie de laberinto compuesto de compartimentos separados entre sí por pantallas de carga, lo cual fue uno de los principales peros de Starfield.
No hay que olvidar, por otro lado, que el juego está hecho para ser disfrutado en compañía de hasta tres amigos más, provocando que se cumpla la fantasía de ser un escuadrón espacial se sienta más real que si estuvieras yendo por tu cuenta. Además, la acción es muy directa: entras a unas ruinas, acabas a tiros con todo lo que haya, looteas y te vas echando leches de allí como en Helldivers 2.
Si he querido recomendaros que tengáis un ojo puesto sobre Jump Ship es porque el juego me transmitió sensaciones lo bastante buenas con su gameplay como para que yo mismo vaya a seguir su trayectoria. Es cierto que soy ese tipo de persona que suelen fijarse en proyectos más alternativos que no siempre suelen salir bien, pero hay ocasiones en las que mi intuición no me falla. No me pasó con Helldivers 2 y no creo que me ocurra con Jump Ship. ¿Qué os ha parecido el juego?
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