Aunque el transcurso de la vida nos ha llevado por caminos distintos, el género de conducción siempre ha sido uno de mis favoritos. De pequeño, incluso, era mi estilo de juego predilecto junto a los MMORPG, ofreciéndome inconmensurables horas de diversión a través de AAA, joyas ocultas y hasta obras flash. Hoy en día, sin embargo, su evolución ha llegado hasta límites insospechados, con entregas de la índole de Forza Horizon 5 acechando el título de mejor videojuego de conducción de la historia.
Esa, aclaro, es la proyección de mi compañero Alfonso Cánovas, quien concibe la posibilidad de que Forza Horizon 5 se convierta en el máximo representante del género. Empero, el hito es sumamente difícil de conseguir pues, a pesar de que el estudio alberga el talento suficiente para lograrlo, existe un notable número de producciones que dificultarán su camino hasta la cima, las cuales he decidido aunar en este artículo sobre las obras que Forza Horizon 5 ha de superar para convertirse en el mejor juego de conducción de la historia.
Pese a no ser una competición directa de Forza Horizon 5, teniendo en cuenta que se desenvuelven en subgéneros distintos, mi opinión última recae en que solo podrá ser el mejor juego de la historia de la conducción si supera a Need for Speed: Most Wanted, su rey actual. Más allá de la nostalgia, más allá de los increíbles recuerdos, esta producción es la epítome de su estirpe, sobresaliendo en jugabilidad, gráficos, estética, historia, densidad, diversión, tecnología, epicidad y todo lo demás que esté, o no, en los análisis tradicionales de videojuegos.
Entrando en materia de comparación directa, Gran Turismo es a Forza Horizon lo que el Barcelona es al Real Madrid: su principal némesis. Sin embargo, como si de la época de los Galácticos se tratase, Gran Turismo 3: A-Spec sigue siendo -a ojos de este servidor- la más impresionante demostración de simulación de toda la saga de Polyphony, y el referente primordial a derrocar dentro del subgénero realista junto a otro ejemplar más que, como verán a continuación, es aún más cercano a Forza Horizon 5.
A diferencia de Forza Horizon 5 y los antecesores de esta lista, Burnout 3: Takedown no tiene una gran profundidad de contenido, ni absurdas cuotas de personalización, ni aspiración por lograr el realismo. En cambio, lo que la creación de Criterion Games ofrece es el entretenimiento más puro y desenfrenado que un videojuego de conducción puede otorgar, siendo una completa revolución en materia visual y mecánica con la capacidad de engancharte durante centenas de horas con facilidad plena. Una obra legendaria.
Si Gran Turismo 3: A-Spec es el Real Madrid de los Galácticos, Forza Horizon 4 es el Barcelona de Pep Guardiola: la memoria de la iteración más legendaria de toda su historia. Como consecuencia, este es el verdadero competidor directo de Forza Horizon 5, el cual promete superar no solo al resto de franquicias sino, más aún, a su propio predecesor, ante quien nadie se sentiría extrañado si fuese descrito como el mejor videojuego de todo el género pues dejó el listón a una altura que difícilmente puede ser igualada.
De cierta forma, Nintendo siempre ha jugado en una liga independiente. En general, lo que hace la Gran N no suele tener comparación; sin ser mejor ni peor, su identidad es un sello característico que acumula años y años de construcción. Por lo tanto, Mario Kart 8 se encuentra en esta lista por ser un representante único del género de conducción, por ser la más distinguible de todas las obras aquí presentes y por ser el más disfrutable en compañía de amigos, o sea, por ser una clara demostración de una de los objetivos últimos de los videojuegos: unir y divertir.
Más allá de que, hoy en día, soy capaz de apreciar la maestría tras complejos simuladores como Forza Horizon 5, en otrora solo me decantaba hacia los arcades. No obstante, toda regla tiene su excepción y, en mi caso particular, Test Drive Le Mans era el único título capaz de sacarme de mi zona de confort para llevarme a la más pura y exacta simulación de conducción de la época. Así, y aunque desconozco si mi afinidad por él es compartida por la comunidad, siempre lo he sentido como una leyenda del género, y una a la que siempre volveré por su refrescante nostalgia.
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