"Ultraman", uno de los mayores iconos de la industria del entretenimiento -aunque con más éxito en una zona que otra-, vuelve a la acción en este 2019 mediante una serie original de Netflix. Lo conocido como 'Ultra Series', que engloba todas las sagas relacionadas con el mismo "Ultraman" demuestra así que sigue muy viva, sobre todo tras el estreno en el pasado 2018 del exitoso anime "SSSS. Gridman". Sin embargo, lejos queda la sencillez del show original de hace más de 50 años, en la que un "Ultraman" de dimensiones gigantescas era más que suficiente para hacer vibrar al público durante sus enfrentamientos con los titánicos kaiju. Las producciones, gustos y todo en torno al sector han cambiado, evolucionado en algunos casos, y esa es una realidad que tampoco escapa a esta nueva edición de la franquicia.
Para comenzar, es importante destacar que el "Ultraman" de Netflix no es un remake ni un remaster de la serie original. Esta producción se basa en un manga publicado hace 8 años el cual nos sitúa en una línea temporal alternativa que narra los acontecimientos posteriores a la satisfactoria defensa del mundo por parte de "Ultraman". De este modo, el show se desprende de todo concepto de live-action o anime, así como de batallas entre seres gigantes, para en su lugar ofrecer una propuesta basada en la polémica tecnología de CGI así como en el uso de una narrativa cuya profundidad va en alza a medida que se suceden los episodios. Lo cierto es que con algún que otro dulce amargo por el camino, Netflix nos acaba dejando con una adaptación que convence por múltiples motivos.
Un aspecto bastante curioso de esta propuesta es que, en principio, nos encontramos ante la historia de Shinjiro, heredero de la sangre de "Ultraman" dado que su padre fue el original que ocupara dicho lugar. No obstante, décadas de paz intergaláctica hacen que el padre de Shinjiro no tenga necesidad de poner a este al corriente de sus capacidades sobrehumanas. Como siempre, la paz demuestra no ser eterna, y durante la adolescencia de nuestro protagonista vuelve a surgir la amenaza alienígena que, lógicamente, requiere ser tratada por un salvador con capacidades únicas.
Lo 'curioso' que hemos mencionado al comienzo es que Shinjiro acaba no solo por no ser el único "Ultraman" al que podemos ver en acción, sino que la historia le deja paulatinamente en un segundo plano por tal de situar el énfasis en otros personajes que, ciertamente, llevan mejor que él todo cuanto sea cargar con el peso de la narrativa. Shinjiro, en la mayoría de ocasiones, acaba mostrándose como un personaje inmaduro a todos los niveles que vive básicamente de los impulso de grandeza de un adolescente incapacitado para reconocer la situación en la que se encuentra. Esto podría hacer pensar que el show se hace ciertamente difícil de digerir, aunque en ningún caso llegamos a ello.
La trama, como se ha indicado, va continuamente al alza, y lo que inicialmente se nos presenta como lo que parece ser un mero conflicto de 'héroe contra villano' acaba evolucionando hasta un punto cuyas implicaciones trascienden la superficiliadad de Shinjiro, y nos sitúan en un plano en el que los ideales y los sueños se anteponen a todo. Precisamente, son los otros dos "Ultraman" los que consiguen compensar los defectos del héroe principal, y puede que de una forma totalmente intencionada. Mientras que Moroboshi representa toda la obligación y compromiso que necesita un héroe que lucha por el bien, Hokuto hace lo propio con la premisa de luchar por un objetivo, un 'algo' que irracionalmente mueva al ser y le haga superar todos sus límites en pos de cumplir con lo deseado. A estos, además, acompañan un buen elenco de secundarios, como la 'idol' Rena y su padre, el cual forma un convincente dúo 'cómico' junto a su compañero, además de otros como Jack o Bemular.
En definitiva, la idea para con casi todos los personajes de "Ultraman" es que las apariencias engañan, y ya sea para bien o para mal, presentan unas segundas intenciones que se desarrollan a la perfección a lo largo de sus 13 episodios. Especialmente llamativo es en este caso la situación de Hokuto, que pese a aparecer repentinamente a mediados del anime, consigue consolidar rápidamente su posición como un personaje repleto de complejidades.
"Ultraman", en términos generales, convence sobradamente, aunque como con todo siempre hay puntos que chirrían. El que más desentona de todos estos, tal y como era posible esperar, lo encontramos en el uso del CGI. Sin llegar ni mucho menos al punto del live-action, el uso del CGI en las producciones de anime sigue dejando más puntos negativos que positivos, y en muchas ocasiones "Ultraman" no consigue escapar a esta misma realidad. Pese a lo ridículo que pueda sonar, uno de los motivos que no ayudan a la candidatura de este estilo de animación -por lo menos en el show en cuestión- es la presencia de un elemento tan básico como el humo.
En este tipo de espectáculos, las explosiones, impactos y destrucciones se suceden de forma continua, y ciertamente puede sacar a uno un poco de la acción el ver un efecto de humo que parece pertenecer a dimensión distinta que el resto de elementos. Este hecho se hace especialmente notable durante la primera mitad de la producción, en la cual el humo se muestra de forma constante y parece verse en un plano distinto a todo cuanto rodea. Asimismo, la fluctuación en la solidez de las animaciones hace que inevitablemente transmita una sensación de rendimiento mejorable de manera constante.
Con estos argumentos no queremos dar la impresión de que "Ultraman" luce reiteradamente de forma poco agradable a la vista, pues en ocasiones lo cierto es que el uso de dicha tecnología nos ofrece algún que otro plano de lo más interesante. La idea a plasmar es, principalmente, que resulta imposible no pensar en cómo podría haber lucido la obra de Netflix si se hubieran decantado por utilizar el 'filtro' de anime en lugar de buscar hacer uso de una tecnología que raramente consigue convencer hasta el punto de entusiasmar a los espectadores.
"Ultraman", por ende, no hace ningún milagro con el uso del CGI, y a pesar de que desde luego cumple en líneas generales, sigue demostrando que aún queda mucho recorrido para que el indicado CGI pueda verse como una referencia en este tipo de composiciones. En cualquier caso, "Ultraman" logra posicionarse como una propuesta recomendable incluso para los reacios al CGI, y una segunda temporada sería posiblemente recibida con muy buenos ojos.
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