33 meses, 1006 días: el cónclave más largo de la historia cambió a la Iglesia para siempre.

Ya ha comenzado de forma oficial el Cónclave en el que se elegirá al sucesor del Papa Francisco. Y como muchos de vosotros ya habréis intuido, este proceso no es únicamente importante para seleccionar al sustituto del argentino; también para determinar si la Iglesia Católica continuará por la senda reformista de Francisco, o volverán a la moderación del conservador Benedicto XVI.

Como norma general, un Cónclave dura 2 o 3 días, pero hubo un Cónclave que cambió para siempre las normas del Vaticano. Ponte en situación: año 1268. Muere el Papa Clemente IV y la Iglesia Católica entra en una de sus etapas más insólitas. ¿La razón? Los cardenales no se ponían de acuerdo para elegir a su sucesor: lo que debía durar días, o en el peor de los casos, unas cuantas semanas... Se convirtió en una espera de casi 3 años. Sí, has leído bien. El Cónclave más largo de la historia duró 33 meses, y fue tan caótico que terminó cambiando para siempre la forma en la que se elige al Papa.

¿Dónde sucedió todo? Bienvenidos a Viterbo

Viterbo es, a día de hoy, una pequeña ciudad italiana en la que el turismo hace acto de aparición cada jornada. Sin embargo, en el siglo XIII, Viterbo era muy diferente y se convirtió en el escenario de uno de los problemas más graves al que se enfrentó la Iglesia Católica. Entre 1268 y 1271 se encerraron 20 cardenales con el objetivo de elegir al nuevo Papa, pero nadie se imaginaba que tendríamos que esperar casi 1.000 días para obtener una respuesta.

Un Cónclave que se extendió mucho más tiempo del necesario ya que los cardenales debatían, negociaban, se peleaban... Y vuelta a empezar. La fumata blanca no aparecía y claro, todo esto ocurrió en un contexto que lo complicaba todo: las luchas de poder entre familias francesas e italianas, quienes querían imponer a 'su' candidato.

El Cónclave que cansó al pueblo... Hasta tomar medidas extremas

Normalmente, los más fieles suelen tener una 'santa' paciencia, pero este Cónclave lo cambió todo por completo: Viterbo era una ciudad que observaba cómo los cardenales disfrutaban de todo tipo de comodidades, mientras el mundo seguía sin Papa. Es por ello que sus habitantes tomaron una decisión: les quitaron el techo del palacio en el que estaban reunidos, con el objetivo de que la lluvia y el frío acelerara el proceso. Luego, una especie de asedio, reduciendo la comida al mínimo: pan, agua y vino, cuerpo y sangre de Cristo.

Finalmente, en septiembre de 1271 se eligió a Teobaldo Visconti; ni siquiera era cardenal, por lo que la sorpresa fue mayúscula. Es más, se encontraba en Tierra Santa participando en una cruzada, de ahí que al no pertenece a ningún bando (franceses e italianos), todos creyeran que sería una buena figura. Así fue como nació el Papa Gregorio X.

¿Cómo cambió la Iglesia tras el Cónclave más largo del mundo?

Gregorio X, consciente del caótico Cónclave que había tenido lugar y por el cual resultó elegido nuevo Papa, estableció normas estrictas para que no se volviera a repetir esta situación. En 1274, durante el Concilio de Lyon, introdujo el concepto moderno de cónclave, que quiere decir 'con llave': desde que se estableciera este periodo, los cardenales deben reunirse encerrados sin tener contacto con el exterior, con reglas que limitasen el tiempo, la comida y las comodidades. El objetivo, evidentemente, evitar bloqueos como el de Viterbo, influido principalmente por la rivalidad entre familias italianas y francesas.