Google ha presentado Google Bard, su largamente esperada Inteligencia Artificial. Así, la compañía quiere apostar por una calidad mejor que la de ChatGPT después de décadas de desarrollo en este campo. Desde la firma californiana aseguran que va a ser una auténtica bestia. ¿Lo conseguirá? Quién sabe, pero aquí te cuento lo que han prometido y algunas cosillas de su oscuro pasado.
Google Bard es la IA presentada por Google y que plantea una solución más eficiente e inteligente que la de OpenAI. Desde Google aseguran que han ido con mucho más cuidado que otras IA más precoces, lo que significará unos resultados en general mejores. En resumen:
Google lleva mucho tiempo sacando pecho de que su Inteligencia Artificial es la mejor del mercado. Hasta ahora no había presentado ningún tipo de muestra de ello, pero las noticias que llegaban eran de un hype increíblemente elevado. Las noticias se sucedían y la empresa se sentía realmente orgullosa de lo que estaban haciendo.
Frente a esto, dominaba una situación general en la empresa de precaución absoluta. La empresa tenía un miedo salvaje a que su IA sufriera el mismo destino que la de Facebook: volverse una máquina absolutamente racista y tener que desconectarla solo tres días después de su lanzamiento.
Es por este motivo por el que, ahora que le han visto las orejas al lobo, han precipitado el lanzamiento del servicio.
Hace bastante tiempo que desde Google están trabajando en crear una Inteligencia Artificial que funcione realmente bien. Sin embargo, un ingeniero aseguró que esta Inteligencia Artificial estaba aprendiendo a sentir emociones y sentimientos. Esto hizo que saltaran todas las alarmas, ya que es algo que hemos visto recurrentemente en el imaginario popular protagonizando películas en las que la raza humana no termina especialmente bien parada.
No obstante, finalmente la cosa quedó en nada, ya que todo resultó ser mentira. Simplemente la IA respondió en base a lo que había aprendido, pero era un error fácil de corregir y lo cierto es que LaMDA como tal no había demostrado ningún tipo de predisposición a sentir absolutamente nada.
Después de la filtración del propio trabajador fue despedido por haber violado los términos de su contrato de confidencialidad.
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