He tardado 4 años en descargar e instalar Valorant, y esta ha sido mi perdición

Riot Games es una de esas empresas a las que les tengo mucha estima por el gran talento que hay detrás pero cuyos juegos me he negado a probar siempre. A día de hoy, en pleno 2024, League of Legends sigue siendo un juego al que no he jugado nunca, ni tan siquiera probarlo 5 minutos. Mi sesgo me juega una mala pasada y lo relaciono automáticamente con toxicidad y niños ratas, cuando ni tiene por qué ser así. Exactamente eso me pasaba con Valorant.

Counter-Strike, juego del que Valorant bebe en casi todo, sí que es un título que he jugado algunas horas y que me gusta mucho tanto jugarlo como verlo a través de redes. Pero aun así, me negaba a probar la obra de Riot por los mismos motivos que no quería probar League of Legends. Pero finalmente, hablando con un amigo con el que suelo jugar videojuegos online y quien sí que probó Valorant en el pasado, dijimos de darle un tiento juntos algún día. Así que primero lo instalé y lo probé en solitario.

¿Por qué tuve que probar Valorant?

Antes de nada, quiero dejar claro que este artículo no es ningún tipo de análisis de Valorant, ni tampoco unas primeras impresiones ni nada parecido. Es más bien un artículo totalmente personal y opinativo, contando mi experiencia y cómo me siento ante cierto juego como otros tantos artículos que he hecho en el pasado.

Tras leer el titular, os estaréis preguntando si lo de "perdición" es porque he odio a Valorant o su comunidad, o es que me he acabado viciando demasiado. Pues la respuesta es simple: la segunda.

A pesar de que Counter-Strike y Valorant se parecen, el primero de ellos no me enganchó tanto. Sin embargo, el shooter de Riot sí que me tiene MUY viciado y actualmente es que ni tan siquiera juego a otra cosa. Y por eso es mi perdición: porque soy un jugador que me gusta ir pasándome juegos, que por ello tiene muchos títulos pendientes y ahora, por culpa de Valorant, no estoy jugando a nada más y eso sólo hace que se me acumulen cada vez más juegos pendientes.

Valorant, eso sí, no es un juego demasiado sencillo, pero tiene buenos modos para ir aprendiendo junto con otros jugadores novatos y la estrategia que tiene, el uso de las habilidades de cada personaje y el progreso para ir desbloqueando poco a poco más agentes lo hace muy adictivo. La sensación de ir aprendiendo, sabiéndote los mapas, conociéndote las habilidades de los rivales y saber aprovechar las de tu agente... todo ello sumado a que tú mismo vas viendo que cada vez te defiendes mejor y saber pelear, es muy satisfactorio.

En solitario es divertido, ¡pero juégalo con amigos!

El hecho de que sea un juego totalmente gratis facilita el hecho de poder jugarlo con más gente. Si tienes amigos jugadores, diles que se lo instalen y echad partidas juntos, porque en equipo es donde se rasca el verdadero potencial de Valorant. Sin embargo, si juegas en solitario, no te cortes y activa el micrófono para hablar en equipo. Sí, a menudo te encontrarás con algún que otro "personaje" que tendrás que silenciar, pero en mi experiencia la inmensa mayoría de jugadores con los que me he cruzado y con los que he mediado palabra han sido muy majos, amables e incluso me han ayudado durante mis primeras horas de juego, mostrándose también muy comprensivos de mi baja habilidad. Y ya he podido conocer a muy buenas gentes, ¡así que dadle una oportunidad a la comunidad!

En definitiva, Valorant es un juego muy cuidado, pero eso es algo que no me ha pillado por sorpresa ya que, como dije al principio, tengo a Riot Games en muy alta estima. Pero aun así sí me ha sorprendido el haberme enganchado tanto al juego de primeras y, como mencioné antes, el haber conocido a una comunidad no tan tóxica como me imaginaba, sino que he logrado conocer personas muy amables con las que juego de vez en cuando y nos divertimos en compañía. Si tú estabas en el mismo sitio que yo pensando que este juego no iba a merecer mucho la pena, dale una oportunidad, y si juegas con amigos, aún mejor.