No soy una persona muy patriótica, pero también sé apreciar lo mucho que me gusta el clima, la gente, la gastronomía y algunos de los paisajes de este país. Desde hace años he mantenido una lucha interna conmigo mismo sobre si irme o no al extranjero a buscar fortuna más allá de estas fronteras, pero siempre hay algo que me acaba reteniendo aquí. Algo que no se antoja como una tarea fácil: la economía actual no está muy allá que digamos y no es extraño ver cómo la gente se va fuera a buscar una vida mejor, lo cual me genera algo de tristeza.
Es por ello que siempre me ilusiona tanto que se anuncien nuevos proyectos cuya única misión es principalmente la de retener el talento nacional y crear oportunidades inéditas de desarrollo profesional sin tener que pasar por el cristo que supone irte a vivir fuera del que ha sido tu hogar durante toda la vida. Y, precisamente, ahí es donde entra la escuela Voxel School, el centro de estudios universitarios especializado en ofrecer formación dentro del ámbito del arte digital, los videojuegos y el VFX.
La cosa es que pude visitarla hace unos días en una jornada de puertas abiertas donde se organizó una mesa redonda sobre todo esto con el objetivo de esclarecer un poco en qué situación nos encontramos actualmente en torno al desarrollo profesional en la industria del videojuego en España. Y, la verdad, salí bastante esperanzado de allí.
En la charla en cuestión se mencionó a la Universidad de Deusto como la principal colaboradora de este nuevo proyecto académico, lo cual da un grado de empaque mayor a todo lo que ofrece. Pero ahí no queda la cosa, dado que la propia PlayStation también estuvo presente en la mesa redonda y en ella se compartieron algunos puntos de vista cruciales para entender cuál es la situación actual.
En la mesa en cuestión fue especialmente alentador ver cómo las tres partes que conforman este puzle (la universidad, el gobierno y la industria del videojuego) estaban mirando en una misma dirección: fomentar el crecimiento del sector en España para evitar la fuga de cerebros.
Si nos paramos a pensar durante un momento, existen muchos juegos que han visto la luz últimamente que cuentan con un fuerte reconocimiento a nivel internacional y que han sido creados en España. Desde Blasphemous hasta GRIS, pasando por Metroid Dread o el exitazo reciente en Kickstarter de Mika and the Witch's Mountain (el cual consiguió aunar más de 1.300.000 euros para su desarrollo). Estos son solo algunos de los ejemplos que me vienen a la cabeza de forma rápida y directa y que demuestran que una industria del videojuego sostenible en España es posible.
¿Estáis pensando en dedicaros a trabajar en videojuegos en el futuro? ¿Pensáis en hacerlo aquí o queréis salir fuera? Os leo en los comentarios.
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