El tema de las ventanas de lanzamiento en el mundo de los videojuegos es uno especialmente complicado por una razón muy sencilla: cada plataforma es un mundo y tener todas las versiones a punto para una fecha concreta puede ser una absoluta pesadilla. Es por esto que muchas veces vemos cómo una versión es retrasada mientras que las demás son lanzadas a tiempo. Este fue el caso de Life is Strange: True Colors, cuya versión de Nintendo Switch conocimos hace poco que se retrasaba hasta 2022.
Evidentemente el retraso de un juego puede ser un dolor de cabeza tremendo, pero hay que pensar que siempre es mejor retrasar un título y que llegue como es debido a recibir un port cutre que, en muchas ocasiones, llega incluso a ser injugable. En unos pocos días podremos comprobar si la espera ha merecido la pena.
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