Si pasaste tu adolescencia instalando juegos desde múltiples disquetes o CDs mientras olías ese aroma único de manual recién impreso, prepárate para el shock financiero. Esas enormes cajas de cartón que tus padres te obligaron a tirar para "liberar espacio en el armario" podrían valer hoy más que muchos electrodomésticos de gama alta. La era dorada del PC gaming nos dejó unas gigantescas "Big Box" que se han convertido en auténticos activos inmobiliarios para coleccionistas con visión de futuro.
Entre los centenares de títulos lanzados en formato físico para ordenador, existe un selecto grupo que ha alcanzado valores astronómicos en el mercado español debido a su escasa distribución, ediciones limitadas o características únicas. Aquí te presentamos tres cajas grandes que podrían financiar la reforma completa de tu baño o cocina si tienes la suerte de encontrarlas en el trastero de tus padres, o la desgracia de recordar cómo las vendiste por 5 euros en un Wallapop hace años.
El primer capítulo de la saga que revolucionaría el mundo de los videojuegos representa la cúspide del coleccionismo en formato Big Box. Lanzado originalmente en 1997 por DMA Design (ahora Rockstar North), este juego de vista cenital donde causabas el caos en Liberty City sentó las bases de lo que se convertiría en una de las franquicias más rentables de la historia del entretenimiento. Lo que comenzó como un modesto título independiente se ha transformado en una de las piezas más codiciadas del mercado.
Lo que convierte a GTA 1 en una reliquia financiera es la extrema rareza de encontrar ejemplares nuevos y precintados de la edición original en caja grande. Según las últimas subastas, una copia sellada del Grand Theft Auto original ha alcanzado la asombrosa cifra de 1.417 euros tras una feroz batalla de pujas. La edición japonesa en Big Box también ha llegado a venderse por 715 euros en perfectas condiciones. Si tienes este tesoro guardado en algún rincón de tu casa, podrías financiar tranquilamente una reforma integral de tu baño o incluso un viaje de lujo. Ironía suprema que un juego sobre robos pueda valer ahora más que muchos de los coches que robabas en el propio título.
Esta joya de Blizzard lanzada en 2002 representa no solo uno de los mejores juegos de estrategia de todos los tiempos, sino también una de las piezas más valoradas del coleccionismo PC. La Edición Especial de Coleccionista en su formato Big Box, con su inconfundible caja verde y dorada, incluía el juego, un libro de arte, la banda sonora y figuras exclusivas que hoy son objetos de culto entre los fans.
Lo que hace de esta edición un tesoro en formato cartón es su perfecto estado de conservación, especialmente cuando se mantiene precintada. Un ejemplar sellado de esta edición especial ha alcanzado recientemente los 1.490 euros en el mercado europeo. Considerando que el juego originalmente costaba menos de 100 euros en su lanzamiento, estamos hablando de una revalorización superior al 1.400% en apenas dos décadas. Si conservas esta caja intacta en algún armario, podrías financiar sin problemas una cocina nueva completa, incluyendo electrodomésticos de primera línea. La batalla por Azeroth nunca fue tan rentable como en las casas de subastas del mundo real.
El regreso de la legendaria saga de id Software en 2001 no solo revitalizó la franquicia que había iniciado el género de los FPS, sino que también se ha convertido en uno de los objetos más codiciados por coleccionistas de todo el mundo. Desarrollado por Gray Matter Interactive y publicado por Activision, este shooter en primera persona ambientado en la Segunda Guerra Mundial combinaba acción trepidante con elementos sobrenaturales.
Lo que ha catapultado a Return to Castle Wolfenstein al olimpo del coleccionismo es la extrema dificultad de encontrar copias precintadas en su formato Big Box original. Un ejemplar verificado profesionalmente y con calificación VGA 85 (casi perfecto) ha alcanzado la impresionante cifra de 1.415 euros tras una intensa subasta con 16 pujas. Es particularmente irónico que un juego sobre desenterrar secretos nazis tenga ahora el valor de una pequeña fortuna enterrada en tu propia casa. Si por casualidad conservas este título precintado, podrías financiar una completa renovación de tu salón o incluso pagar varios meses de hipoteca.
¿Tienes la suerte de poseer alguno de estos tesoros en formato Big Box? ¿O quizás recuerdas con dolor cómo te deshiciste de ellos en alguna limpieza de primavera? Comparte tu historia de gloria o trauma coleccionista en los comentarios, y recuerda que esas "simples cajas" que ocupaban espacio podrían ser hoy tu ticket para una jubilación anticipada o, al menos, para esa reforma del hogar que llevas años posponiendo.
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