El pasado miércoles 19 tuve la oportunidad de asistir a un evento de presentación del nuevo título de Rune Factory: Guardians of Azuma. Una experiencia bastante especial pues nunca antes había tenido contacto con esta saga de videojuegos, que existe desde 2006, ni con otros títulos de la desarrolladora Marvelous. Un viaje que emprendí totalmente a ciegas y dispuesto a ser sorprendido.
Por supuesto, antes de asistir al evento investigue un poco acerca de la franquicia para conocer las bases del mundo en el que me adentraba. Lo que encontré fue una serie de lanzamientos clasificados dentro del género RPG de acción con simulación social, y conociendo como operan este tipo de juegos con decenas de horas a sus espaldas, me pregunté cómo iba a lograr Guardians of Azuma atraparme en su desconocida atmósfera con el limitado tiempo del que disponía para jugarlo.
Para ser un título con gran potencial para tragar horas de juego, no me costo nada sumergirme en su historia. Tras una serie de eventos iniciales sobre los que no pretendo hacer spoilers, nuestro personaje aparecerá en una aldea sin una misión aparente y con más dudas que respuestas. Por suerte, el entorno no solo destaca a nivel visual gracias a su sencillez y sus vivos colores, también es sorprendentemente interactivo desde un primer momento con muchos de sus elementos, incluso mediante pequeños detalles como limpiar la entrada del templo con una escoba para conseguir materiales.
Un reto al que se enfrentan muchos títulos que buscan atraer a nuevos jugadores es el de emplear un tutorial efectivo que no entorpezca nuestra experiencia inicial. Esta es una promesa que varios juegos del género RPG japonés no llegan a cumplir y acaban sobrecogiendo a los primerizos con pantallas y pantallas de texto que muchas veces acabaran ignorando. Rune Factory: Guardians of Azuma no comete el mismo error de estropear nuestra inmersión, y sus controles y mecánicas intuitivas se esfuerzan por mantener la conexión entre historia, gameplay y aprendizaje.
Guardians of Azuma no quiere ser un título complejo de gran curva de dificultad y que únicamente resulta atractivo para aquellos que disfruten de su nicho. Tiene ese punto de interés que se mantiene desde el mismo momento en el que tomamos el mando y sabe empujarnos a querer descubrir más y más, independientemente de que tipo de jugadores se adentren en el juego.
La historia de Rune Factory: Guardians of Azuma es un apartado del que se me va a complicar hablar sin recurrir a spoilers, por lo que me voy a limitar a transmitir mis sensaciones tras apenas 1 hora y media de juego. Como ya he comentado anteriormente, el vínculo entre historia, gameplay y aprendizaje está muy bien forjado, pero no porque sean elementos fuertes de forma independiente, más bien porque se coordinan para cubrir sus debilidades y que los jugadores disfruten de una experiencia realmente fluida sin que nada en específico chirríe.
Guardians of Azuma no nos presenta una narrativa de héroe muy distinta a la que ya estamos acostumbrados en otros videojuegos. Nos enfrentamos a una trama muy sencilla y que no requiere conocimiento alguno de anteriores títulos de la saga, ideal para nuevos jugadores. Además de no complicarse demasiado en los detalles, crea una atmósfera única con un sentimiento de urgencia prácticamente nulo. Disfruta de todo lo que te rodea sin prisa alguna, hay tiempo para todo.
El punto fuerte de la narrativa de Guardians of Azuma es su énfasis en los personajes, una característica que yo personalmente disfruto muchísimo. Al ser parte simulador social, el dialogo con el resto de NPC y su desarrollo personal gana bastante peso y el diseño de cada uno de estos es lo suficientemente eficaz para que te resulte memorable durante tu viaje. Construir una historia en base al carisma de tus personajes puede resultar mucho más complicado de lo que parece, y Guardians of Azuma no desaprovecha su oportunidad para atraparte con su presencia.
Rune Factory fue, en un principio, un spin-off de Harvest Moon/Story of Seasons, lo que lo convierte en heredero de mecánicas como el cultivo y la simulación relaciones sociales que están presentes en dichos títulos, pero también contiene un componente de acción gracias a su sistema de combate contra enemigos normales y jefes. Incluso puedes disfrutar de este apartado al máximo gracias a la posibilidad de ajustar la dificultad (los enemigos de las zonas iniciales son capaces de acabar contigo de dos ataques en dificultad alta).
El combate de Guardians of Azuma es dinámico y con posibilidad de explorar combos mediante nuestras distintas herramientas, armas y habilidades que desbloqueamos en el árbol de habilidades de cada uno de nuestros artefactos.
La parte positiva de este apartado es que no se trata de un elemento extra que ignoraremos lo más rápido posible para explorar el resto del juego. Han creado un sistema de combate con bastante cariño y esfuerzo sin limitarse a ser un machaca botones. Es necesario atacar con cabeza, saber el momento preciso para buscar el daño máximo en jefes, esquivar y mejorar nuestros combos.
Podemos combatir cuerpo a cuerpo y a distancia, buscando sinergia con las diferentes herramientas, y perfeccionando nuestra "party" con hasta otros 3 personajes que hemos conocido durante la historia.
Otro elemento clave de este juego es la construcción. Dentro de las diferentes aldeas que vamos desbloqueando a medida que avanza la historia disponemos de un terreno en el que podemos cultivar, levantar construcciones y contratar trabajadores.
Se trata de un sistema de sorprendente profundidad que nos puede atrapar durante horas a poco que nos descuidemos. Con la suficiente dedicación podemos ser dueños de una pequeña sociedad capaz de producir de todo tipo de materiales para nuestra aventura. Esta parte del juego está tan bien cuidada que podría constituir un lanzamiento en sí mismo y es uno de los puntos más fuertes de todo el título.
El último bloque que compone Guardians of Azuma son las relaciones sociales con ese toque de simulador de citas tan presente en los RPG japoneses. Hasta 14 personajes estarán disponibles para entablar relación con el/la protagonista de nuestra historia, y como ya he mencionado anteriormente, se caracterizan por un diseño memorable y derrochan carisma.
Por desgracia, durante el evento no puede explorar en profundidad esta parte del juego más allá de comunicarme con algunos de los personajes que aparecen al inicio de la historia, una espina que se me va a quedar clavada hasta el lanzamiento oficial. Aún así, durante la presentación nos prometieron gran variedad de opciones románticas y escenas muy trabajadas para cada personaje.
No tenía ni la más remota idea de lo que iba a encontrar en Rune Factory: Guardians of Azuma, pero he de decir que ha sido una experiencia más que agradable y sorprendentemente relajante. Se presenta como un juego de acción con cierto nivel de profundidad gracias a todos los bloques que lo componen, pero logra al mismo tiempo crear una atmosfera atractiva para nuevos jugadores de la franquicia y del género sin descuidar ninguno de sus puntos fuertes.
Quizás peco de optimismo, pero considero que Rune Factory: Guardians of Azuma trae consigo un potencial que explota al máximo ese estado de relax y diversión perseguido por tantos jugadores. Solo espero que el lanzamiento completo sea capaz de mantener esa sensación tan positiva que ha sabido transmitir durante la presentación.
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