Análisis Killing Floor 2
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ANÁLISIS

Análisis Killing Floor 2

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Hoy, en Arejugones, os traemos el análisis del que posiblemente sea el título más alocado y sangriento al que hemos juego en años. Se trata de Killing Floor 2, la segunda entrega del juego original que llega a PC y PlayStation 4 hoy viernes.

Previamente, Killing Floor 2 ha estado disponible para los jugadores de Steam desde el pasado años a través de un Early Acces. El buen feedback que nos ha llegado a lo largo de este tiempo, nos han hecho enfrentarnos a este análisis con bastante ilusión, aunque con un poco de desconcierto debido al poco contenido de este acceso anticipado. Finalmente, y una vez hemos probado el juego final, Killing Floor 2 nos ha convencido bastante, pero como siempre, con algún que otro matiz.

Sangre, bichos y velocidad

Las premisas de Killing Floor 2 son claras: matar, matar, reabastecerse, seguir matando y cuanto más rápido mejor. En eso se basa el juego, y no se esconde detrás de modos de campaña insulsos y de relleno para sacar unos pocos euros más a los futuros compradores. El juego es el que es y además apuesta fuertemente y directamente por ello, sin tapujos.

Sea como fuere, la obra de Tripwire Interactive se desarrolla a través de oleadas de monstruos que van apareciendo en masa y por distintos lugares del escenario. Siempre buscando al jugador y atacando. Una vez superada la oleada, comenzará una nueva con muchos más enemigos y cada vez más fuertes, estas oscilarán entre una configuración de 4, 7 y 10 que podremos elegir a la hora de buscar partida en el multijugador, o en el modo off-line, convirtiendo esto en un modo de “dificultad en diferido”, es decir que cuentas más oleadas superemos, más difícil se vuelve la partida.

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La citada “dificultad en diferido”, así como los modos de juego estándar - fácil, normal, etc-  nos lleva a tener que investigar todos los escenarios - muy variados y muy bien diseñados-, y también tener muy presente que clase de personaje llevamos y qué equipo tenemos. Durante el desarrollo de la partida, tendremos la posibilidad de  hacernos con mejores armas, o más munición para llegar en óptimas condiciones a enfrentarnos al jefe final, que es “fuerte, grande y poco formal”. Parece un juego muy sencillo y directo, pero detrás de esa fachada frenética y desaliñada se esconde un juego muy bien planificado y equilibrado en donde la configuración de nuestro equipo es fundamental. No todas las armas son igual de eficaces con todos los enemigos, así como no todas las estrategias son igual de eficaces en los distintos mapas.

El arsenal en sí es bastante variado y grande, algunas de las armas que encontraremos serán específicas para la clase que hayamos elegido -aunque de igual manera podemos equiparlas con todas -, con sus característica propias, daños y elementos, es decir, que tendremos mucha variedad con las que sembrar el caos y pintar las paredes de rojo.

En la sencillez está el gusto

La fórmula aplicada en su primera entrega en las que veremos en este segunda. Podemos decir que se trataría más bien de una gran actualización del juego pero sería faltar a la verdad, con un motor gráfico nuevo -aunque también viejo, ya que hablamos de Unreal Engine 3- que rinde muy bien, por lo menos en la versión de PlayStation 4 y seguramente en la de PC también.

Dicho esto, para los seguidores de la primera entrega está dicho todo, es hora de centrarnos en que nos ofrece el juego realmente para que sea tan adictivo y frenético. Desde luego, lo que más nos ha gustado es que todo está muy equilibrado en el sentido jugable, pero también en el sentido de contenido. No tiene demasiado, pero lo que tiene es de suficiente calidad en la mayoría de los casos como para invertir bastantes horas en él.

Por un lado os hablaremos de los mapas. Ya hemos dejado una pequeñas pinceladas en el apartado anterior, pero creemos que es una de las cosa dignas de mención. Repetimos que no tanto por su cantidad, aunque 12 escenarios no son pocos, sino por su calidad. Estamos ante un juego, que -consideramos desde nuestro humilde punto de vista- con unos escenarios muy bien diseñados y variados.  

Tendremos desde lugares muy abiertos como el escenario de “La Casa Rural”, hasta algunos laberínticos como las Catacumbas y otros más frenéticos como “París Arde”. En ellos, encontraremos elementos interactivos interesantes como las puertas, las cuales se puede cerrar o sellar para usarlas a nuestros antojo dependiendo de la estratégica que podamos o queramos llevar.

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Echamos en falta, en este sentido, que los escenarios tengan muchos más elementos de esta índole, es decir que echamos mucho en falta que en un juego con un apartado gráfico tan justo, no se hayan introducido en los escenarios muchos más elementos con los que jugar como ventanas por las que saltar, bidones explosivos o algo tan simple como que los coches que encontramos en los escenarios al aire libre exploten. Como decíamos más arriba en la introducción, el juego nos ha gustado mucho, pero con matices, este es uno de ellos.

Ahora ponemos el foco de atención, después de hablar de uno de los elementos más importantes del juego, en las “clases” -aquí llamadas especializaciones- que podremos elegir en la partida. Tendremos un total de 9 especializaciones diferentes, todas lo suficientemente diferenciadas entre sí como para que cada una de ellas se antoje necesarias para el transcurso de una partida. Sobre todo en los modos de dificultad alto.

Estas especializaciones son “desarrollables”, es decir que tendremos que ir jugando para desbloquear nuevas habilidades y bonificaciones de cada una de ellas. Si recordáis. hace unas cuantas líneas, os hablábamos de la cantidad de armas que encontramos en el juego, y que muchas de ellas pertenecían a las distintas “clases” de personaje aunque todas podrían ser equipadas por cualquiera especialización. Pues bien, es hora de comentar, que tipo de armas tendremos.

Por un lado tendremos armas muy clásicas como repetidoras, pistolas, dobles pistolas, y escopetas, y otras mucho más extravagantes - a la par de espectaculares- como katanas o también mucho más útiles como pistolas de “cura”. Si, como os comentábamos arriba, todas estas armas podrán usarse con todas las clases, sin embargo hay que tener en cuenta que el hecho que hayan especializaciones y que están tengan su “equipo”, ciertas armas funcionarán con bonificaciones con la clase adecuada. A pesar de tener una variedad bastante interesante de armas, muchas veces acabaremos usando las mismas, ya sea por fetiche, por que nos gustan más unas que otras, o por su alta o baja utilidad.

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En un juego de estas características, una aspecto que se nos antoja importante es la variedad en la personalización de nuestro “avatar”, es decir que en definitiva, una de las cosas que más nos solemos fijar los jugadores de este tipo de títulos es cuantos elementos personalizables vamos a encontrar en el juego. Algo que nos ha decepcionado un tanto.

Nos faltan muchos elementos personalizables. Tendremos un total de 14 personajes a elegir, sin embargo, este número que podría estar bien en un principio, se antojan bastantes cortos en tanto en cuanto son bastante genéricos y bastante parecidos entre sí. Una vez hecha la elección, podremos personalizar con distinto equipamiento en la cabeza, en el cuerpo y con accesorios que podremos ir desbloqueando y fabricando nuevos. No obstante son de principio y a fin bastante pocos, y muy poco inspirados, aunque creemos que es un punto que se puede modificar mediante actualizaciones de contenido.

Una vez terminado con el contenido que vamos a encontrar, tenemos que echar la vista atrás para volver a retomar el apartado de elección especializaciones. Los dos modos de juego que vamos a encontrar en un modo off-line, que funciona con las mismas mecánicas, y un modo en línea, el principal del juego. Es aquí donde la elección de la especialización es de suma importancia, ya que, un equipo equilibrado, sobre todo en los modos de juego más altos, será de suma importancia.  

Lo que venimos a decir es que, estamos ante un juego con un componente cooperativo bastante fuerte, por lo será de suma importancia que los demás jugadores de nuestro equipo cooperen y lleguemos a un acuerdo en las especializaciones para poder ir superando las oleadas de enemigos. Enemigos por cierto, que podría ser mucho más variados.

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Valoración final

Killing Floor 2 es un título que sigue la estela del éxito dejado por su primera entrega. De nuevo, tenemos muchas cosas buenas y algunas cosas mejorables, aunque desde luego, el título Tripwire Interactive sabe compensar todas sus carencias con todas sus virtudes.

Por un lado, es cierto que es un juego sencillo con unas mecánicas jugables tan directa como entretenidas: moverte y disparar a todo lo que se mueva. Pero también tenemos un inteligente toque en la parte cooperativa del mismo, siendo quizás lo más fuerte e interesante que ofrece junto con el diseño de los mapas.

Por otro lado, tenemos los apartados técnicos que es lo más flojo del juego. Las animaciones, la iluminación y su consistencia es quizás lo más destacable pero se nota que se queda corto en modelados y en detalles como la poca variedad de enemigos y en los elementos interactivos de los mapas. Es quizá el equilibrio entre lo que falta y lo que tiene,  lo que hace que funcione tan bien cuando jugamos en línea.

En definitiva, estamos ante un juego que es divertido jugarlo sólo -aunque en menos medida- pero muy, muy divertido jugarlo con gente, no digamos con nuestros amigos y conocidos, consiguiendo así, lo que creemos que busca Killing Floor 2.

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