De nueva fuerza del mal, heredera del sometimiento del Imperio galáctico, a grupo de chalados con gandes naves. La representación que hizo Rian Johnson de la Primera Orden no convenció a todos los fans. El humor presente en toda la cinta, convertía al Genral Hux y sus compañeros en poco más que unos lunáticos con aspiraciones de grandeza. Sin embargo, lo que no cambió el director respecto al Episodio VII fue la presentación de una nueva gran arma. La destrucción de la base Starkiller fue continuada con la destrucción de la Supremacy a manos de Amilyn Holdo, en un esquema que parece indisivisible al bando antagonista de la saga. Y es que "Star Wars: Episodio IX" podría repetir fórmula el próximo 2019.
Hace tan solo unos días salió a la venta la novela de "Star Wars: Los Últimos Jedi", y desde entonces se ha podido ir completando el puzle inacabado que dejó la película las pasadas Navidades. Una de las partes del libro más interesantes (vía Screenrunt), es aquella en la que se revela la Contingencia, el plan de Palpatine para reconstruir el Imperio tras su muerte. Este proyecto pasaba por explorar las bastas Regiones Desconocidas para construir allí el futuro nuevo ejército tras la Batalla de Jakku. Fue entonces cuando apareció Snoke y se hizo con el control de la recién formada Primera Orden.
La Resistencia no tenía ningún conocimiento de todos estos eventos, y así se pudo comprobar en la reacción de sorpresa al ver el poderío militar de sus enemigos. No obstante, algunas personas sí eran conscientes de esto y de todo lo que todavía está por llegar. "Finn se dio cuenta de que se sentía culpable", narra. "Sabría que la Resistencia no, que la Supremacy estaba ahí fuera en alguna parte, escondida en las Regiones Desconocidas de la galaxia. Al igual que habría sabido muchas otras cosas que había visto en sus años de servicio con la Primera Orden". Sin embargo, tras la destrucción de la base Starkiller, quedaría sumergido en un tanque de Bacta hasta tiempo después.
A este hecho también aporta sus pareceres el propio General Hux, quien tras observar la destrucción de la heredera de la Estrella de la Muerte, haría un comentario de tranquilidad atendiendo a otro arsenal todavía no mostrado. "Y mientras tanto, la Primera Orden no tenía escasez de otras armas - cosa que con la que nunca hubieran soñado comandantes imperiales como Peavy".
Es evidente que la pérdida de la base Starkiller fue un gran varapalo para la Primera Orden, y que ese fue el motivo de la ira de Snoke y los suyos durante el Episodio VIII. Las posibilidades de que el Líder Supremo esté aprovechando su conocimiento de la galaxia para preparar la venganza definitiva con nuevas armas es muy alta. Si "Star Wars: Episodio IX" termina finalmente aconteciendo años después de la Batalla de Crait, ya podemos esperar sentados a que presenten su nuevo jueguete.
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