Remnant: From the Ashes es un título que tal vez así, de primeras, no os diga nada o que ni siquiera conozcáis. No voy a mentir, yo mismo no estaba del todo seguro de a qué me enfrentaba cuando accedí a asistir al evento celebrado por los responsables del videojuego. Sabía de la existencia de este shooter cooperativo, pero, siendo sincero, no tenía muy claro qué clase de obra iba a encontrarme.
Ahora, tras haber podido disfrutar tanto solo como en compañía de la propuesta de Remnant: From the Ashes durante unas cuantas horas, no solo me queda más clara la propuesta del videojuego, sino que había cometido un error dejando escapar a mi radar este videojuego. Si queréis saber más y no cometer el mismo error que yo, os invitamos a que nos acompañéis en nuestras impresiones finales de Remannt: From the Ashes.
Remnant: From the Ashes es, esencialmente, un shooter cooperativo en tercera persona basado en las estadísticas, con toques de supervivencia y una dificultad elevada. Los propios responsables del videojuego lo definen como un heredero de la fórmula Souls al que se le han cambiado las armas de fantasía medieval por armas de fuego. Y lo cierto es que, en primera aproximación y lejos de lo que ocurre con muchas comparaciones con la saga Souls, esta definición no es del todo mala. Pero dejemos a las obras de Fromsoftware tranquilas y centrémonos en el videojuego de Gunfire Games, que es a lo que hemos venido.
Remnant propone una serie de cuatro mundos (al menos de lanzamiento) que podemos recorrer de forma libre, sin objetivos claramente definidos más allá de avanzar cuanto podamos sin perecer en el intento; y es que la dificultad elevada es uno de los pilares de esta propuesta. El universo de Remnant está plagado de enemigos que han sido diseñados para constituir todo un reto. Cada enemigo tiene sus propias características, ataques y puntos débiles; pero todos ellos tienen un daño elevado y son capaces de acabar con nosotros si no andamos con cuidado. Sin embargo, el juego es capaz de ser difícil pero no injusto, dándonos siempre la oportunidad de esquivar los ataques con un salto que podemos realizar hacia cualquier dirección.
Este movimiento de esquiva resulta uno de los pilares y debemos aprender a manejarlo, así como administrar la stamina que consume, si queremos superar los retos de mayor dificultad. Otro detalle importante para hacer del videojuego una experiencia desafiante pero justa se encuentra en el diseño de audio, y es que para que los enemigos no nos pillen con la guardia baja, todos ellos emiten algunos ruidos con los que resulta fácil identificar la posición tanto antes de que nos detecten como en el momento en el que lo hacen.
Para hacer frente a todos estos enemigos se pone a nuestro alcance un importante arsenal de armas y armaduras que modifican las estadísticas de nuestro personaje, otorgando daño, resistencia, probabilidad de golpes críticos, etcétera. Es importante remarcar que, pese a no ser un AAA, la sensación de disparo con las diferentes armas que hemos podido probar es realmente buena, ofreciendo un gunplay que poco tiene que envidiar al de los grandes shooters del mercado.
El videojuego transmite esa difícil sensación de peso, de contundencia, cuando disparamos con nuestra escopeta o un fusil pesado; mientras que las armas como pistolas se sienten más ligeras. Destaca también que, para dejar bien claro cuál es el punto débil de cada enemigo, además del diseño visual, el juego indica con cada golpe los puntos de vida que restamos al enemigo; lo hace en color blanco con los impactos normales y cambia el color cuando los golpes son críticos o van al punto débil. Junto a ello, tenemos un arma cuerpo a cuerpo que podemos utilizar en cualquier momento y que cuenta con animaciones propias muy cuidadas, además de resultar increíblemente útil en la demo que hemos podido probar.
En general, desde el punto de vista de un shooter, Remnant propone una experiencia sólida, de calidad y que no necesita abarrotar la pantalla de enemigos para hacernos sufrir. No se trata de DOOM, el juego no quiere que vayamos escopeta en mano corriendo como locos, sino que borda el hecho de hacernos las presas, no los cazadores. Cada enfrentamiento es potencialmente mortal y tendremos que administrar los recursos de los que disponemos (ya sea munición, curas, aguante o cualquier otro) si queremos llegar con vida al final de los mundos que el videojuego contiene.
Pero Remnant: From the Ashes es mucho más que un simple shooter con dificultad elevada. El videojuego de Gunfire es capaz de poner sobre la mesa una propuesta mucho más completa, en donde estas mecánicas de disparos se entremezclan con importantes toques de RPG y un mundo en constante cambio. Desde el primer momento, es posible crear nuestro personaje con un pequeño editor, algo escaso de opciones (destaca lamentablemente un rango de tonalidades de piel que no ofrece nada más allá del típico protagonista blanco), pero que sirve para dar forma a nuestro superviviente.
A medida que avanzamos en el juego vamos consiguiendo materiales, armas y armaduras que no solo mejoran las estadísticas sino también modifican visualmente la apariencia del personaje. Es importante recolectar todo este botín que van soltando los enemigos y se encuentra disperso por el mundo ya que resulta clave para las vitorias en las fases más avanzadas del videojuego.
Estos toques de RPG son capaces de resultar relevantes, de no estar de relleno sino de ser una parte vital en nuestro camino hacia la victoria. Sobre todo si asaltamos Remnant: From the Ashes en modo cooperativo, que es para lo que e videojuego está enfocado. Pese a que es posible disfrutar del 100 % de la obra en solitario, Remnant deja relucir su mejor aspecto cuando disfrutamos de la obra con amigos (es posible hacerlo con hasta dos más, en grupos de tres). Con cada personaje que sumamos al escuadrón la dificultad aumenta aún más y es necesario, no solo dominar las mecánicas del juego, sino colaborar y trabajar realmente como un grupo.
Lejos de otros shooters cooperativos, Remnant no exige que cada jugador del escuadrón adopte un rol diferente; no hay médicos, tanques o personajes enfocados a hacer daño, sino que todos debemos poder esquivar, disparar y mantenernos con vida sin ayuda. Pero lo que sí se exige es que actuemos como si realmente fuéramos un grupo de supervivientes. Avanzar solo cuando jugamos en cooperativo es todo un suicidio y la comunicación con el resto del grupo es vital para informar de la posición de los enemigos y coordinar a todos los jugadores de forma que unos cubran la espalda de otros y viceversa. Un descuido, con la dificultad de la que goza la obra, y toda la partida podría irse al traste; ya que si un jugador muere y no es reanimado en el tiempo ofrecido para ello, se quedará fuera hasta que el equipo llegue a un punto de guardado o muera al completo.
Junto a todo ello destaca la inclusión de lo que Gunfire Games denomina "un mundo con generación dinámica". Los propios responsables del juego han hablado con nosotros y han explicado a qué se refieren exactamente con este término, aclarando que se trata de una generación a medio camino entre lo procedural y lo hecho a mano. Cada mundo se divide en diversas partes que están ordenadas de forma aleatoria.
Por ejemplo, las ciudades de la Tierra tienen varias calles y distritos que han sido diseñados a mano. Sin embargo, la forma en la que estas calles se ordenan sí es aleatoria. Así, al doblar la esquina con la que un distrito acaba y empieza el siguiente, nunca sabemos a ciencia cierta qué nos vamos a encontrar. Tanto esta generación semialeatoria como la dificultad elevada y la exigencia de avanzar con cuidado son elementos importantes, no solo a nivel jugable, sino también en lo ambiental.
Remnant: From the Ashes es un videojuego que apuesta fuerte por crear una atmósfera de tensión. Somos la presa, todo en este desolado mundo abarrotado de oscuras bestias está en nuestra contra y un fallo se puede pagar con la muerte. Y lo cierto es que toda esta sensación está perfectamente lograda gracias al apartado jugable, que nos pide ir con cuidado, pero también a lo visual y sonoro. Los juegos de luces y la banda minimalista banda sonora ayudan a hacer de Remnant una experiencia que, a ratos, casi se antoja de terror.
Remnant: From the Ashes no es una obra AAA, y como tal no esperamos que esté a la altura de técnica de los shooters de desarrolladoras como Bungie, id Software o The Coalition. Sin embargo, la sorpresa en este aspecto al ponernos a los mandos ha sido grande, y es que en la demo que hemos disfrutado, el videojuego parece que fuera completamente un AAA. Tanto el nivel de cuidado de la gran mayoría de animaciones como las texturas y los modelados rebosan calidad y, si me dijeran que es el nuevo proyecto de un estudio de renombre con cientos de empleados, me lo creería sin lugar a dudas.
A nivel visual, Remnant es todo un portento, tanto por lo técnico que ya he comentado como por lo artístico, ofreciendo mundos que difieren mucho entre sí y criaturas con un diseño muy inspirado y capaces de ser creíbles como los cazadores que buscan a la presa que suponemos los jugadores. En cuanto a la cantidad de contenido con la que cuenta la obra, todo parece apuntar a que tendremos un gran puñado de horas por delante y, de acuerdo a sus propios responsables, con una "rejugabilidad garantizada". Sin embargo, en nuestra experiencia con el videojuego solo hemos disfrutado de los dos primeros mundos de Remnant y no hemos avanzado tanto como para entrar a juzgar esto, así que habrá que esperar al lanzamiento final para poder saber más al respecto.
Remnant: From the Ashes es un videojuego que ha pasado mucho más desapercibido de lo que debería, tanto por la calidad de su propuesta como por los valores de producción con los que cuenta. Gunfire Games tiene entre manos un videojuego que, en nuestra experiencia, ha demostrado ser realmente divertido y adictivo. La mezcla de un shooter exigente (sobre todo en cooperativo, sonde también entra en juego un toque táctico) con el RPG y una atmósfera de terror da como resultado un videojuego que, a expensas de disfrutarlo en su versión final, resulta realmente prometedor.
Por supuesto, son muchas las incógnitas que aún quedan, sobre todo de cara a la recta más final de Remnant. Cómo escala la dificultad, si el progreso es suficientemente profundo, cuánta cantidad de contenido y opciones posee son las principales preguntas que esta demo no ha podido resolver. Pero, siendo totalmente sincero, la demo me ha dado muchas ganas de coger la versión final de Remnant: From the Ashes y responder por mí mismo a estas cuestiones. Porque sí, me veo viciándome bastante fuerte a Remnant: From the Ashes; y por ahora eso es una victoria muy importante de Gunfire Games. Veremos si el videojuego cumple con todas estas expectativas cuando llegue a PC, PlayStation 4 y Xbox One el próximo 20 de agosto.
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