Los shooters son una de las representaciones más clásicas del videojuego. Esta variante de acción forma parte de los anales de la industria desde el siglo pasado, y cuenta dentro de su legado con varias de las obras más influyentes en la historia del medio. Es decir, son historia viva de la interactividad y, por lo tanto, es uno de los estilos de mayor protagonismo dentro del mercado, contando con una considerable cantidad de títulos y, por lo tanto, una igual de considerable cantidad de creaciones magistrales, las cuales se han encargado de aunar a millones de personas a lo largo de todo el globo e, incluso, dominar generaciones enteras, tal y como fue el caso de la séptima.
Claro está, la irrupción de los indies, la reducción de las barreras para el desarrollo y el acceso a nuevas tecnologías que estimularon la innovación y la exploración mecánica han causado una reducción progresiva en la apuesta por lo tradicional pero, pese a ello, los juegos de disparos siguen ostentando grandes cotas de participación entre las listas de los lanzamientos más relevantes de cada año. Por ello, por ser uno de los géneros más longevos, entretenidos y atrapantes de todo el sector, compartimos con ustedes los mejores shooters de PC, Xbox One, PlayStation 4 y Nintendo Switch.
Qué mejor manera de iniciar la lista que con DOOM, el epítome de lo que simbolizan los FPS. El reboot de la franquicia de id Software, quienes se erigen como los padres del shooter moderno a través de, precisamente, sagas como la expuesta en esta ocasión a través de su penúltima entrega, es uno de los mejores juegos de su año y, a su vez, de toda la década. Implica acción y diversión en sus estados más puros, con una propuesta a la que el adjetivo ‘frenética’ le queda pequeño y que es capaz de llevar a su máximo nivel todo lo grandioso que el género tiene por ofrecer.
La rivalidad entre Battlefield y Call of Duty por la primacía del género ha sido de las contiendas más interesantes que nos ha dejado la última década. Aunque, evidentemente, cuál es mejor es una pregunta que se supedita a la subjetividad debido a que sus propuestas son estructuralmente opuestas, el estilo realista, táctico y complejo de las creaciones de DICE siempre han supuesto un encanto para los fanáticos de los disparos. En este sentido, Battlefield 1 es una soberbia representación de esas características, gozando de una campaña entretenida pero, especialmente, de un multijugador que no conoce la palabra aburrimiento.
El caso de Titanfall 2 es uno desafortunadamente peculiar. A pesar de que supone un avance global respecto a su predecesor -un videojuego que, de por sí, era excelente-, la entrega de Respawn Entertainment no vio que su calidad fuese correspondida con su repercusión en el mercado. No obstante, ello no nos infunde temor al afirmar que nos hallamos ante una producción que cuenta con una de las campañas más sobresalientes y únicas que ha presenciado no solo el género sino, además, la industria entera. Un juego sublime, cohesionado y distinguible a kilómetros de cualquier símil que, definitivamente, será un deleite para los asiduos al intercambio de balas.
Similar a lo narrado respecto a DOOM, Wolfenstein es otra de las IPs precursoras en lo que hoy conocemos como FPS. Ello, aun así, no debería resultar sorpresivo pues, simultáneamente, encuentra sus raíces en id Software, indiscutibles mandamases del linaje. Lo que sí puede definirse como inesperado es el hecho de que, en realidad, las últimas entregas de la saga han sido obra de MachineGames, un estudio que se posicionó más que bien con The New Order pero que, con su sucesor, Wolfenstein II: The New Colossus, simple y llanamente se superaron a cabalidad, ofreciéndonos una de las mejores y más adictivas experiencias de los años contemporáneos.
Call of Duty era una cita ineludible en esta lista. Aunque la saga se ha visto envuelta en cientos de polémicas debido a que Activision ha estado envuelta en cientos de polémicas, no podemos restar a la calidad que tanto Infinity Ward como Treyarch inyectan en sus respectivas subsagas. En este caso, la última de las mencionadas es una veterana conocedora del shooter como concepto, y Call of Duty: Black Ops 4 es el reflejo de su dominio de todo. Dominio de las mecánicas, dominio de los multijugadores, dominio de los contenidos poslanzamiento… A fin de cuentas, no por nada están involucrados en el artificio intelectual del modelo de consumo de videojuegos por antonomasia de las últimas dos generaciones.
Si estaba DOOM, debía estar DOOM Eternal. No vamos a negar que el primero de los subrayados ocupa un lugar especial en nuestros corazones porque es un producto magistral e impoluto, mas no por ello vamos a obnubilar nuestro juicio: DOOM Eternal es una secuela digna, sobresaliente y completamente recomendable. Quizá, y solo quizá, se le puede atribuir una condición de continuista y, por ello, pueda verse en desventaja respecto a su predecesor, mas ser continuista sobre una filosofía de diseño perfecta no es, en ningún caso, un error; al contrario, sobresale por ello, por ser la extensión de un shooter al que no le faltaba nada ni le sobraba nada, pero con más contenido para el regocijo incomparable de los jugadores.
Mientras Call of Duty y Battlefield se encargaron de moldear la forma que adoptarían muchos de los FPS que los sucederían, Gears of War realizó la misma tarea respecto a los TPS. El baluarte de Xbox no podía estar exento de mención en estas consideraciones, y es mediante Gears 5, su última iteración, que procedemos a honrar el nombre de la saga; no solo por lo que significa, y sigue significando, para el género sino, también, porque la entrega como ente individual es extraordinariamente sólida, y de las mejores de la IP desde el asentamiento de esta en el anterior ciclo de consolas.
Anteriormente, hablábamos tanto de los iconos del shooter como de los baluartes de Xbox. Halo es, precisamente, la combinación de ambas consideraciones, pues pocos símbolos son tan mundialmente reconocidos como los viajes del Jefe Maestro, y pocas sagas han podido mantenerse en la excelencia con tanta regularidad a lo largo del tiempo. Por su parte, Halo 5: Guardians es el juego que, actualmente, detenta el título de última entrega de la franquicia, y este es un peso con el que ha podido cargar tranquilamente -y lo seguirá haciendo hasta Halo Infinite- ya que, sin ser la cúspide de la misma, es un honroso representante y un magnífico videojuego.
De todos los títulos aquí nombrados, Metro Exoduses el más… propio. Mientras los anteriormente establecidos, dentro de su innegable excelencia y maestría, siguen filosofías con visibles similitudes, 4A Games creó una saga que se desmarca completamente de los cánones regulares, enamorando a millones de usuarios en el camino. Así, Metro Exodus es una idílica continuación de las absorbentes desventuras de Artyom, ofreciendo una ambientación terriblemente hermosa y atmosférica y una jugabilidad consonante e inmersiva, haciéndonos sentir parte de la imponente Rusia posapocalíptica más icónica que hemos tenido el placer de experimentar.
Si estaba Black Ops, está Modern Warfare. No obstante, esta no es una afirmación que nace de un principio de equitatividad sino, más bien, de un reconocimiento simultáneo de los buenos desempeños de Treyarch e Infinity Ward con sus últimos trabajos. En el caso de IW, Call of Duty: Modern Warfare es un sólido FPS que evoca las mejores sensaciones que la saga se permite, convidándonos a una campaña espectacular y vistosa y, especialmente, a un multijugador exitoso, de la mano de un Warzone que, en definitiva, no deben dejar pasar si son fanáticos de los shooters.
Similar a lo descrito sobre Metro Exodus, aunque por razones diferentes, la íntima relación de Borderlands III con su componente rolero lo dotan de características únicas dentro de las valoraciones de esta lista debido a que, al mismo tiempo, recibe un carácter de adictivo al que pocos pueden hacerle frente. El humor, el carisma, la visceralidad y la particularidad de la última entrega de Gearbox Software hacen que obviarlo pueda ser considerado sacrilegio, en especial porque, cuando le sumamos la participación de amigos en la ecuación, es capaz de proveer a sus jugadores de las horas de diversión más genuinas y distendidas de toda la industria.
Daremos culmen a esta lista con Far Cry 4, miembro de otra de las series más relevantes dentro del ámbito shooter. Si bien su puesto podría ser ocupado por Far Cry 5 o New Dawn, lo cierto es que la cuarta entrega enumerada de la saga de Ubisoft es el último volumen en el que la reincidencia de diseños y estructuras aún no causaban mella en los mismos. En adición, se trata de un juego completo, denso, con cientos de actividades en las que invertir nuestro tiempo, un gunplay exquisito y atractivo y una de las mejores interpretaciones del desplazamiento y del goce de la exploración, dignas de las mejores producciones del afamado estudio galo y de un puesto en este artículo.
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