El rodaje de Rust, la última película de Alec Baldwin, no volverá a la vida; la muerte de Halyna Hutchins, su directora de fotografía, y las heridas graves de su director, Joel Souza, han provocado un revuelo mediático de proporciones nunca vistas hasta ahora, y todo por el disparo fortuito de un arma que se supone que era de atrezzo. El actor protagonista cogió la pistola pensando que estaba descargada como le dijeron, y por desgracia, se disparó.
Durante varios días se rumoreaba con que las balas de este arma eran de fogueo, algo habitual en las secuencias filmadas por los especialistas, pero el sheriff del condado de Santa Fe (Nuevo México) ha confirmado que estas eran reales, y no solo eso: había muchas balas más escondidas en el set de rodaje.
No son muchos los datos que están saliendo a la luz sobre la investigación para mantener el caso en secreto, pero el citado sheriff sí ha dado algunos datos:
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