La filmografía de Wes Anderson ha ido creciendo poco a poco hasta llegar a las 10 películas que la componen actualmente. Dentro de muy poco podremos ver Asteroid City en cines y el número subirá a los 11 títulos en total. Con motivo de este estreno, que se acerca cada vez más, he decidido volver a ver todas las demás cintas de Anderson y crear esta lista en la que las ordeno de peor a mejor. Dicho esto, antes de continuar he de aclarar que, en algunos casos, es muy difícil poner una de estas películas por encima de otra, debido a que todas suelen ser de muy alta calidad:
Esta es la primera película de Wes Anderson y se nota. El presupuesto es mucho menor y los movimientos de cámara y los planos son menos calculados y simétricos. Las bases del estilo personal del director están presentes, pero queda claro que aún ha de desarrollarlo más para llegar a esa “perfección” actual. Dicho esto, la química que hay entre los hermanos Wilson y los geniales diálogos que mantienen la convierten en un proyecto interesante para los fans de Anderson que quieran ver sus inicios.
A pesar de reunir todos los elementos característicos de una película de Wes Anderson, esta cinta no logra capturar la misma magia que caracteriza a sus otros proyectos. Dicho esto, es una buena película que merece la pena ver a pesar de estar en un puesto tan bajo de la lista. En ese sentido, Wes Anderson se parece a Tarantino o Miyazaki, cuyos proyectos tienen una calidad tan consistente que resulta difícil no recomendarlos todos.
Asteroid City es el proyecto más arriesgado de Wes Anderson hasta la fecha. A pesar de que mantiene los elementos característicos del cine de este director, como los planos meticulosos, colores pastel y una puesta en escena muy cuidada, su narrativa no lineal es muy arriesgada y no siempre funciona. Dicho esto, el mensaje subyacente de la película es muy interesante y, en mi opinión, oculta un mensaje sobre el trauma y las formas de lidiar con la pérdida de un ser querido.
Life Aquatic es, en mi opinión, una de las propuestas más interesantes y difíciles de Anderson. Con esto me refiero a que la estructura de la trama y los personajes que la componen son, a veces geniales y a veces no tienen pies ni cabeza. Dicho esto, Bill Murray logra, con su fantástica interpretación, crear un protagonista lleno de luces y sombras que hace reflexionar sobre la soledad, el egoísmo y la búsqueda de un propósito.
A pesar de ello, hay momentos en los que la narrativa pierde el ritmo y se vuelve demasiado lenta para mi gusto. Estos instantes contrastan mucho con algunos grandes giros y momentos de acción, creando una desconexión que rompe el hechizo de simetría y fantasía de Anderson. Por último, quiero destacar el trabajo de Seu Jorge, quien hace de marinero en la película y toca con su guitarra un par de covers de Ziggy Stardust en portugués. Estos momentos y su música capturan a la perfección la esencia de una película de Wes Anderson y os recomiendo que escuchéis el álbum completo.
Esta es una de las cintas más recientes y ambiciosas de Anderson, en la cual nos transporta a través de diferentes épocas y sucesos de la mano de diferentes reporteros. Cada trama tiene un estilo único y característico, que no se parece a las anteriores, haciendo que se asemeje mucho a una antología. Esta estructura es, a la vez, lo que la vuelve interesante pero también su mayor defecto. Así, a pesar de que cada vez que hay un cambio de personajes resulta refrescante, también puede ser algo pesado.
A partir de este punto en la lista me ha resultado difícil encontrar el orden adecuado para ordenar los proyectos de Wes Anderson. Rushmore ocupa este lugar porque, a pesar de tener personajes sólidos y una genial y soñadora puesta en escena, no llegó a emocionarme de la misma forma que las cintas que están por encima de ella.
Esta es la segunda entrega de Wes Anderson que forma parte del mundo de la animación y cuenta una trama de lo más interesante. En una realidad distópica, todos los perros de Japón son exiliados debido a una peligrosa enfermedad que amenaza con infectar a la humanidad. Lo que resulta interesante en esta película, es que los encuadres y la puesta en escena pierden algo de protagonismo en favor del desarrollo de los personajes que la pueblan. Aun así, el proyecto derrocha estilo y es de gran calidad, además de ser la opción perfecta para los amantes de los perros.
A pesar de que se estrenó hace mucho, esta fue la película de Wes Anderson que vi más recientemente. Su trama sigue a dos niños introvertidos que deciden escaparse juntos para emprender un viaje en el que comparten sus problemas y durante el cual la cinta logra capturar la inocencia y belleza del primer amor. Moonrise Kingom es Wes Anderson en estado puro, con una mezcla de momentos entrañables y duras realidades que sacuden al espectador.
Los Tenenbaums brilla por su elenco y los personajes a los que dan vida estos actores tan talentosos. La cinta tiene una estructura muy bien calculada, que hace que la trama se mueva rápidamente y, a la vez, desarrolla unos personajes complejos e interesantes, llenos de melancolía. Además, Anderson logra consolidar su estilo en los detalles más pequeños de este proyecto, mostrando escenas que expresan sentimientos profundos a través del color y la puesta en escena.
La primera película de animación de Wes Anderson supuso una revolución para muchos fans del stop-motion. El director consigue transferir su estilo a este nuevo tipo de producciones de manera magistral, creando planos diseñados a la perfección, que parecen sacados de un cuadro. Los colores, las voces y la trama son de mis geniales y lo mejor de todo es que, a pesar de tener matices oscuros, esta me parece una opción genial para ver en familia.
En El Gran Hotel Budapest, Wes Anderson logró llevar su cine y estilo al público general, creando una obra de arte que es considerada un clásico contemporáneo. Los personajes de esta cinta están escritos de manera experta y solo son superados por la atención al detalle de cada uno de los planos, movimientos de cámara y encuadres de la cinta.
La trama es increíble, y se mueve a un ritmo que encaja a la perfección gracias a una cámara que nos guía hacia cada momento importante como si nos moviéramos al lado de los personajes. Sin duda, esta es la obra maestra del director que deja claro lo bien que funciona su estilo particular.
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