No me equivocaba. Cuando probé por primera vez Final Fantasy XVI en un evento de preview, salí extasiado del evento. No me podía creer como Square Enix había podido crear un producto tan redondo, arriesgar tanto y darle una vuelta a la saga al mismo tiempo que todo eso salía bien. Estaba emocionado por volver a encontrarme con un Final Fantasy a la altura a la vez que me entró algo de miedo de que todo esa sensación que tuve inicialmente, pudiera diluirse en el juego final. Final Fantasy XVI es un golpe de realidad para todos los que dudan de él. FFXVI es un juego excelente, potente, épico y que llega para hacer frente a los mejores juegos de la franquicia. Final Fantasy ha vuelto, por si alguna vez se había ido.
Ya lo intuí tras la primera vez probando Final Fantasy XVI, pero es que finalmente ha sido así. Este juego es una de las obras más épicas de la historia de los videojuegos. Tiene defectos y luego hablaremos de ellos, pero sin duda tiene una de las narrativas más potentes y más épicas de la historia. Pocos juegos recuerdo donde he estado 35-40 horas pegado a la pantalla con constantes sorpresas, giros y momentos de lo más memorables. Se ha hablado mucho de la influencia de Juego de Tronos en Final Fantasy XVI, pero lo que más ha tomado de esta obra es la capacidad para sorprender, llamar la atención y romperte la cabeza constantemente. Final Fantasy XVI es un foco de sensaciones y pocos juegos me han gustado más que este en los últimos 10-15 años.
Una de las historias más épicas y profundas que jamás has visto
Ya he dicho que Final Fantasy XVI es tremendamente épico y lo diré mil veces más en este análisis. Este juego me parece todo un regalo para todos aquellos que disfrutamos de los videojuegos más como un elemento narrativo que como uno jugable. Me explico. No juego a ningún juego multijugador desde hace años, me aburren, soy de los que disfrutan con las buenas historias, los personajes bien construidos y una narrativa que sepa explotarme la cabeza. Todo esto es donde Final Fantasy XVI es un diez, un auténtico regalo para todos los que disfrutamos de esto. Un regalo para todos aquellos que buscamos vibrar con un juego, engancharnos a una historia y nos cuesta dejar el mando cuando queremos saber el desenlace de algo.
Parece que escribo este análisis extasiado, pero creedme que ya tengo la cosa bastante reposada. Si hubiera escrito este análisis hace unos días lo hubiera hecho gritando. Personalmente estoy en un momento de mi vida donde disfruto de los videojuegos menos que nunca y este Final Fantasy XVI me ha permitido desconectar, disfrutar, reconectar con ese niño de 12 años que descubría esta franquicia por primera vez y en definitiva, volver a sentirme feliz jugando a videojuegos, algo que llevaba mucho tiempo si hacer.
Para contar esta historia el equipo de Yoshida ha dado un enfoque totalmente nuevo a lo que supone Final Fantasy. El juego prioriza la historia frente a todo y teniendo muy claro ese pilar, se desarrolla todo lo demás. A veces nos presenta un juego más lineal, otras veces nos regala grandes zonas abiertas, todo pensando en función a qué nos quiere contar el juego en cada momento. Se ha prescindido también el combate por turnos por un sistema más cercano a un hack & slash para favorecer la acción, ser más dinámico y no cortar la historia de forma constante con largos combates. El juego pone toda su confianza en esa historia fraternal, oscura, potente, ambiciosa y todo lo demás como si fueran las ramas de un árbol, nace a partir de ello.
Daros cuenta si la historia es potente, que este juego podría ya ganar cualquier premio a juego del año solo por la ambición de su narrativa. No hemos visto cosas de este nivel, pues solo algunos exclusivos de primer nivel como God of War Ragnarök u obras maestras de la historia como Bioshock podrían hacerle frente. Estamos delante ante una de las mejores historias. ¿La mejor historia de un Final Fantasy? Quizás no están filosófica como la del IX o tan cercana como la del X, pero sin duda va a estar considerada como una de las mejores, si no ya lo sentiréis en vuestras propias carnes cuando podáis jugarlo.
También gran parte de la culpa de que FF XVI funcione tan bien en su narrativa es culpa de Clive, protagonista de esta entrega. Quizás es cierto que yo a nivel personal siento más cariño por otros protagonistas de otros títulos de la saga, pero estoy convencido que en ese sentimiento también entra la nostalgia. No obstante, Clive es un personaje con una constante evolución, que tiene una personalidad que incluso nos hará reflexionar a nosotros mismos a lo largo de la historia y funciona como detonante perfecto para llevar bien la historia. Clive tiene gran "culpa" de que la narrativa de Final Fantasy XVI sea tan potente y aunque estoy seguro que de inicio no va a ser tan querido, con el paso de los años será un personaje que irá haciéndose más y más grande.
El sistema de combate funciona mejor de lo que había incluso pensado
Personalmente el sistema de combate de Final Fantasy XV no me terminó de convencer. Luego más tarde me adapté mucho mejor cuando se lanzó Final Fantasy VII Remake, pero ahora han cogido toda esa experiencia para dar con el coctel perfecto en Final Fantasy XVI. Obviamente también ha tenido mucho que ver que para esta entrega han contado con el creativo que diseño el sistema de combate en Devil May Cry.
El sistema de combate de Final Fantasy XVI se asemeja mucho más a un hack & slash como el citado DmC. Deja por lo tanto atrás los clásicos turnos de la franquicia y ofrece una acción mucho más directa, que como os dije antes, también resulta perfecta para encuadrar en la historia de forma sublime.
Lo que más me ha sorprendido es que el sistema de combate es tremendamente profundo y evoluciona de forma constante a lo largo de toda la historia del juego. Para nada es aburrido ni se acaba haciendo monótono, pues constantemente estamos aprendiendo ataques u obteniendo poderes que nos hacen cambiar por completo nuestra forma de jugar. Igual que muchas veces combatir ha sido un trámite en la franquicia, ahora es todo un reto y genera bastante diversión.
Es cierto que los combates no son excesivamente difíciles y el juego en lo general es un título fácil hasta llegar al modo Nueva Partida+, donde se desbloquea una nueva dificultad y las cosas en Valisthea cambian para que suframos. Que el juego no sea especialmente difícil en nuestra primera pasada tampoco es un capricho aleatorio, Yoshida quería que centrásemos nuestra atención en la historia y no que nos quedásemos horas o días atascados en un boss que nos hiciera perder el hilo conductor de la trama. Ya habrá tiempo para asumir retos y desafíos una vez completemos el juego por primera vez.
Una de las cosas más épicas de todo Final Fantasy XVI son las batallas de Eikons. Muchos de los momentos del juego ocurren en este preciso instante, cuando nos empezamos a pegar con estas gigantes criaturas mitológicas. Los efectos en pantalla, el poder que transmiten y el derroche de potencia hacen que se conviertan en momentos realmente espectaculares. Como bien estudiamos en su momento, la inspiración para estos combates se extrajo de la cultura del anime, se nota como Evangelion y Shingeki estuvieron presentes en la mente de los creativos a la hora de dar forma a los combates y su presentación.
El apartado técnico y la representación de Valisthea es sublime
Estos días he escuchado críticas al aspecto técnico de la demo de Final Fantasy XVI, pero lo cierto es que no las entiendo. Final Fantasy XVI es un portento tanto en lo gráfico como en lo técnico, siendo uno de los juegos más bonitos del catálogo de PS5. Empezando por lo técnico yo he jugado toda la obra en modo rendimiento, donde se priorizan los fotogramas, y no me he encontrado problemas en todo el transcurso del juego, he jugado de forma fluida y sin caídas, sin que prácticamente haya notado nada, siendo un aspecto que he olvidado completamente mientras jugaba, algo que habla muy bien del juego.
A nivel gráfico tanto Valisthea como los escenarios que el juego nos propone son preciosos, por no hablar de los efectos de luz, combates y todo lo que los rodea. La espectacularidad salta en pantalla durante todo el juego y me ha parecido que adapta muy bien los gráficos a todo lo épico que es cada momento que se muestra. En ese aspecto creo que a veces hay mucho hate injustificado en redes sociales y no habría que hacerle mucho caso, Final Fantasy XVI es un portento en lo gráfico y en lo técnico.
Soken no decepciona con la banda sonora
Y por supuesto no puedo olvidarme de la banda sonora, uno de los elementos más importantes de un videojuego. La entrega anterior contó con la participación de la gran Yoko Shimomura, y en Final Fantasy XVI estará Masayoshi Soken, el mismo músico que trabajó junto a Yoshida en FF XIV.
Es probable que no lo conozcáis de antemano. Incluso yo no sabía quién era, sin embargo las canciones que compuso para los tráileres del juego me emocionaron a unos niveles que son difíciles de expresar, lo que ya me puso en alerta sobre esto en un primer momento. Luego nada mejor que tener el juego en las manos para uno darse cuenta que a nivel musical, volvemos a contar con piezas increíbles para el recuerdo.
Conclusiones
Hacía mucho tiempo que no vibraba así con un videojuego. Puede que con Final Fantasy XVI haya vivido una de las historias narrativas más épicas que recuerdo. El único título reciente de la franquicia que ha traído a mi mente las sensaciones de cuando era niño y descubría la saga Final Fantasy por primera vez. Es verdad que tiene muchos cambios respecto a otras entregas, pero Yoshida y su equipo han sido valientes, valientes para arriesgar y ganar. Porque este Final Fantasy XVI no es solamente que sea bueno, muy bueno, si no que sienta las bases claras de por dónde se tiene que mover esta franquicia en el futuro. Es la primera piedra de una nueva edad dorada de la saga.
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