El pasado año 2016, el anime de Pokémon nos mostró el primer tráiler de la serie de Pokémon Sol y Luna. Muchos (yo entre ellos) nos llevamos las manos a la cabeza al ver el nuevo aspecto de Ash. Otra gente (entre la que ahora no me incluyo) uso esto para decir que el anime de Pokémo Sol y Luna no sería bueno. Se equivocaron de lleno.
Y es que, ahora que hace tiempo que ya ha terminado, puedo dar mi opinión con pleno conocimiento: la saga de Pokémon Sol y Luna es de las mejores del anime de la franquicia. A mi personalmente me gustó mucho, y la he disfrutado una barbaridad (hablo después de haber visto la saga completa un par de veces).
Por ello, hoy os traigo un artículo del anime de Pokémon Sol y Luna. A continuación, os detallo las 5 veces que la serie me ha hecho llorar. Si os soy sincero, han sido muchas, muchas más, pero he querido recoger las más significativas en este texto. Sin más dilación, voy con ello.
La historia de los Pokémon iniciales de tipo Fuego que captura Ash suele ser trágica. La de Litten me pareció una de las mejores, si no la mejor.
Este Pokémon gato vivía con un Stoutland anciano. A causa de su avanzada edad, no podía moverse demasiado, por lo que Litten se desvivía por llevarle comida y cuidarle, ya que era su único ser querido.
Un día, Stoutland se encontraba realmente mal, así que Ash lo llevó a un Centro Pokémon. Allí, la enfermera Joy le dice a Ash que va a morir porque ya es muy mayor, pero nosotros no podemos oírlo (aunque se deduce fácilmente). A partir de ese momento, a mi ya me invade la tristeza.
Poco después de esto, Litten y Stoutland se escapan del Centro Pokémon, y vuelven al lugar en el que viven. Ambos se van a dormir juntos, pero, cuando Litten despierta, no ve a Stoutland por ninguna parte. Ahí ya nos tememos lo peor: el Pokémon se ha marchado a algún sitio a morir en paz. En ese momento, Litten no entiende dónde puede estar su amigo, y sale a ver si lo encuentra. Dicha búsqueda está llena de emoción.
Durante todo el capítulo, se nos insinúa que Stoutland va a morir mostrándonos un árbol que se va quedando poco a poco sin hojas. En el momento en el que Litten termina su búsqueda y vuelve a casa, la última hoja cae, y comienza a llover intensamente. El pequeño Pokémon ya entiende lo que ha pasado. En ese momento, hay más agua en mis ojos que en el propio capítulo.
Ash, sus Pokémon y el Profesor Kuki se encuentran allí para consolar a Litten. No obstante, el Pokémon pasa unos días acurrucado en el sofá donde dormía con Stoutland, sin comer nada. En este tiempo recibe la visita de Ash, pero también del Meowth del Team Rocket, que empatiza con la vida dura que ha vivido Litten y le tiene mucho respeto.
Es en ese momento cuando nosotros, como espectadores, nos acordamos de aquellas personas que nos apoyaron en las vivencias más difíciles. Otra posibilidad (que es lo que me sucede a mi) es pensar que ojalá tuviéramos a alguien como Ash, que nos apoyara de manera incondicional en nuestros momentos más duros
Tras varias jornadas de luto y lluvia, Litten despierta una mañana y ve un gran arcoíris. También aparece una nube con forma de Stoutland, que parece decirle al pequeño: “adelante, sigue con tu vida”.
Es en ese momento cuando Ash le propone unirse a su equipo, y Litten acepta. Este Pokémon ha encontrado una nueva familia, un nuevo lugar en el mundo donde ser feliz. Todo esto mientras yo mantengo agarrado un pañuelo de papel.
Un buen día, en una excursión de la Escuela Pokémon, el Profesor Kukui lleva a Ash y sus amigos al Observatorio de Hokulani, en la isla de Ula-Ula. Este está dirigido por Lario, primo de Chris. El principal objetivo de este viaje es que Ash, Lylia, Lulú, Kiawe, Nereida y Chris aprendan cosas sobre los Minior, un Pokémon de lo más peculiar.
Una noche, nuestros amigos son testigos del “espectáculo” de los Minior. Estos caen desde el espacio envueltos en sus caparazones. Al golpear el suelo, este caparazón se rompe, y, debido a su poco peso restante, los Minior vuelven a subir al espacio. Nuestros héroes quedan impactados al ser testigos de este fenómeno.
Durante la caída de aquella noche, ha pasado algo poco habitual. Uno de los Minior sigue dentro de su caparazón, pues este no se ha roto. Por ello, Ash y sus amigos deciden llevárselo, y esperar a que salga y vuelva al espacio.
A la mañana siguiente, el Minior sale de su caparazón, y se pasa todo el día jugando con todos nuestros amigos. Ese día nace una amistad especialmente fuerte entre el Minior y el Poipole de Ash, pues se divierten mucho juntos.
Chris, al ser primo de Lario, ya ha estado en el Observatorio antes, y conoce a los Minior de cuando era pequeño. Él vivió una experiencia similar cuando era pequeño, pero no se acuerda de cómo acabó. Poco después, le viene a la mente una profunda tristeza. Es aquí cuando nos tememos que algo no va del todo bien.
Esa misma noche, Lulú y sus amigos son testigos de otra "lluvia de Minior”. Cuando estos empiezan a ascender, el Minior amigo de Poipole lo hace también. Es ahí cuando Chris lo recuerda todo, y se lo cuenta al resto del grupo: tras perder su caparazón, los Minior ascienden y se desvanecen, no vuelven a espacio. Es ahí cuando somos testigos de la enorme tristeza de Poipole tras perder a su amigo, que enseguida se convierte también en la mia.
Esto entristece mucho a nuestros héroes, que ven el resto del ascenso y desvanecimiento con mucha tristeza. Esta pena se me contagia a mi también, que no puedo evitar emocionarme en este momento.
Finalmente, Rayquaza viene a despedirse de los Minior, y Lylia sus amigos acaban la jornada algo más animados, conscientes de que la vida es así y de que esto será una experienca que no olvidarán jamás. Así concluye uno de los capítulos más brillantes que recuerdo del anime de Pokémon.
Si el anterior episodio me pareció de un altísimo nivel, este se encuentra incluso por encima. Y es que cuenta con una trama de lo más profunda.
Ash, Lulú, Nereida, Kiawe, Lylia y Chris se encuentran en la Isla de Poni en otra excursión de la Escuela Pokémon. En esta ocasión, su misión es completar cada uno un proyecto de investigación distinto.
Un día, Hela, que vive en la isla, les habla a Kiawe y sus amigos de la niebla de Tapu Fini, que tiene el poder de hacer que la gente se reencuentre con sus seres queridos fallecidos. En este momento, Lulú no puede evitar acordarse de su madre, que murió cuando ella era pequeña. Ante esta tristeza, Lulú se separa un del grupo un rato y sale del Centro Pokémon en el que se encuentran.
Nereida va a hablar con ella, pues conoce la historia de lo que le sucedió a su madre. Entre lágrimas (las mismas que tengo yo en ese momento), Lulú le cuenta que su madre estuvo ingresada en el hospital un par de veces.
Durante su última estancia en el hospital, la madre no paraba de pedir perdón a su hija por encontrarse en esa situación. Un día, enfadada, Lulú le dijo “¡no paras de decir que lo sientes mamá, te odio!”.
Lo que Lulú no sabía es que esas serían las últimas palabras que le dedicaría a su madre, que falleció poco después. Nuestra heroína todavía se siente culpable por ello. Nereida se queda un rato consolando a su amiga, mientras nosotros descubrimos que Tapu Fini ha escuchado toda la conversación.
Tras este momento de tristeza, Lulú vuelve con sus amigos y les pide perdón por haberles preocupado. El día continúa con normalidad, y todos van a casa de Hela a pasar la tarde. Mientras se divierten, la niebla de Tapu Fini envuelve el lugar, lo que hace entrar a varios de los protagonistas en una especie de realidad paralela.
En este momento se nos hace creer que Ash podría reencontrarse con su padre, pero esto no llega a suceder (por lo que suponemos que no está muerto). En realidad, el reencuentro se produce entre Stoutland y Litten, que ya es un Torracat. Este momento me hace volver a llorar.
No obstante, el reencuentro que es todavía más emotivo es el de Lulú con su madre. Nuestra amiga se echa a llorar, y le pide perdón por decirle que le odiaba. Su madre también se disculpa por decir tanto lo siento en aquella época, y le dice a su hija:
“En lugar de decir lo siento debí decirte otra cosa, debí decir gracias. Y ahora te doy las gracias por venir a este mundo y ser mi dulce niña. Y gracias por traernos tanto amor y felicidad a mi, a tu padre y también a tu hermano. Y gracias por criar a Bounsweet tan maravillosamente. Y gracias por llenar de amor nuestro restaurante familiar. Gracias cariño por crecer siendo tan buena y compasiva y con un corazón tan grande”
En ese momento, Lulú se da cuenta de que ella también tiene muchas cosas que agradecerle a su madre, y comienza a hacerlo de la misma forma que ella:
“Gracias mamá. Muchas gracias por ser siempre una madre tan alegre y tan buena. Y gracias por hacer unas comidas tan ricas todos los días. Gracias por aquellos maravillosos paseos que dábamos juntas y que tanto me gustaban. Y gracias por atrapar a Bounsweet por mi, y, así, no sentirme sola nunca. Y una cosa más: gracias por traerme a este mundo”.
Tras un tiempo, Tapu Fini retiró la niebla, por lo que la madre de Lulú tuvo que despedirse de su hija:
“Siempre estaré a tu lado. Aunque no puedas verme, piensa que mi corazón siempre estará con el tuyo, y con el de tu padre, y el de tu hermano”. De esta forma, la madre de Lulú se marcha, y la joven vuelve a su realidad.
Me ha parecido que la mejor manera de recoger la fuerza y la profundidad de estas palabras era transcribirlas directamente, más que contar lo que se decían. No sé vosotros, pero yo mientras lo escribía he soltado alguna lágrima. No puedo evitarlo, este capítulo me fascina.
Mientas Lulú y su madre hablaban, florecieron un montón de Gracídeas. Esta flor se regala en el Mundo Pokémon para mostrar gratitud. Cuando Lulú volvió a su mundo, había una Gracídea, y, junto a ella, un Shaymin. Este se quedó junto a Lulú hasta el final del anime de Pokémon Sol y Luna.
Finalmente, Lulú se reencuentra con sus compañeros, y le cuenta a Nereida y al resto de sus amigos que ha visto a su madre. Así termina uno de los mejores y más lacrimógenos capítulos de todo el anime de Pokémon.
Seguramente, muchos de los que estáis leyendo este artículo llevéis viendo Pokémon desde que tenéis uso de razón. Esto mismo me pasa a mi. He visto a Ash viajar por Kanto, Johto, Hoenn, Sinnoh, Teselia y Kalos, antes de llegar a Alola. Si queréis recordar todo esto, aquí os dejo mi resumen completo del anime de Pokémon.
En todos estos viajes, el objetivo de nuestro héroe siempre ha sido ganar la Liga Pokémon de cada región, pero no pudo conseguirlo. Fue eliminado por Ritchie, Harrison, Tyson, Tobías, Cameron y Alain. Aunque consiguió vencer en la Liga Naranja y el Frente de Batalla de Kanto, todavía le faltaba una Liga Pokémon.
Es por ello que no pude evitar derramar lágrimas de emoción cuando Ash ganó la Liga Pokémon de Alola. Ese Contraataque con el que su Lycanroc consiguió vencer al Lycanroc de Gladio fue mágico. Por fin pude ver algo que llevaba toda la vida esperando: A Ash levantando el trofeo de Campeón de una Liga Pokémon.
No obstante, Ash no se conformó con esto. También venció al Profesor Kukui (o Royale el Enmascarado, como prefiráis) en el combate de exhibición. Aunque esto pueda parecer algo menor, no lo es en absoluto. Por un lado, porque el Profesor Kukui es realmente fuerte. Por otro, por los dos grandes logros que consiguió nuestro héroe dentro del combate.
Uno de ellos fue que Torracat logró derrotar por fin a Incineroar, tras varios intentos en los que el Pokémon estrella de Royale parecía invencible. Este duelo estuvo lleno de pasión y espíritu de lucha.
El otro gran logro fue que Ash consiguió vencer al mismísimo Espíritu Guardian de Melemele: Tapu Koko. El asalto final de Pikachu contra este Pokémon Legendario lo tengo grabado en mi memoria. Sobre todo el espectacular enfrentamiento final de Movimientos Z.
Tras vencer, Ash se tiró al suelo, en una imagen que me recuerda a cuando Rafa Nadal ganó su primer Roland Garros. Ahí, le dijo una frase a su amigo Pikachu que sigue retumbando en mi cabeza (y, también, en mi corazón): “Pikachu, lo hemos ganado todo”.
Una de las mejores cosas del anime de Pokémon Sol y Luna es el gran grupo de amigos que forma Ash. De hecho, yo he llegado a pensar que ojalá fuera parte de él. Lulú, Lylia, Kiawe, Nereida y Chris me parecen unos personajes espectaculares, ninguno de ellos me sobra ni me parece aburrido.
Es por ello que el hecho de tener que decirles adiós me resultó especialmente emotivo. Sinceramente, les echaré mucho de menos. Todos iniciaron la carrera para perseguir su sueño, y espero poder verles muy a menudo en el futuro del anime de Pokémon.
Mención aparte merecen el Profesor Kuki y la Profesora Pimpinela. Ash ha vivido con ambos durante su estancia en Alola, y se han convertido en su familia. Personalmente, me han dejado más huella en ese sentido que la propia Delia (madre de Ash), posiblemente porque hemos tenido la oportunidad de verles más convivir y compartir buenos y malos momentos.
Este vínculo tan fuerte que se ha creado entre los tres me hizo vivir de manera especialmente lacrimógena su despedida. Ese adiós en el aeropuerto, con abrazo entre los tres incluido, me emocionó mucho. Me dio mucha pena tener que decir adiós a personajes tan buenos.
Antes que Ash se marchó Lylia, que le dedicó unas palabras muy bonitas a nuestro héroe: "¡Eh Ash! Que sepas que estoy muy contenta de haberte conocido. Me has ayudado un montón. Después de conocerte, por fin fui capaz de tratar con los Pokémon. ¡Gracias!".
Especialmente emotiva fue la despedida final, cuando Ash y Pikachu ya estaban en el avión de vuelta a Kanto. Por la ventana pudo ver como todos sus amigos y Pokémon le despedían desde el aire, haciendo uso de las Pokémonturas de los Ultraguardianes. Al verlo, a Ash se le escapan varias lágrimas de emoción, al igual que me pasa a mi presenciando la escena.
Y hasta aquí llega el artículo con los 5 momentos del anime de Pokémon Sol y Luna que me hicieron llorar. A continuación, os dejo una pequeña encuesta, para que me digáis cuál de ellos os pareció más emotivo a vosotros.
Si tenéis algún otro episodio del anime de Pokémon Sol y Luna (o de la serie en general) que creéis que merece estar en la lista, os invito a que lo dejéis en los comentarios, así podremos hablar sobre ello. A modo de cierre, ya solo me queda decir una cosa: ¡gracias por regalarnos unas historias tan bonitas, Alola!
Por último, os invito a leer mi artículo “Pokémon, ese lugar donde siempre ser feliz”. En él, hago un homenaje a corazón abierto de la franquicia. Además, puede que os interese consultar el listado de juegos de Pokémon de la saga principal más vendidos.
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