Kinta Sakata en Dandadan y la importancia de encontrar tu lugar en el mundo

Dandadan ha concluido su segunda temporada, y lo ha hecho a lo grande: con una batalla entre un kaiju y un mecha. En ella, todos nuestros protagonistas han luchado unidos usando cada uno sus habilidades y poderes para aportar su granito de arena a esta victoria. Entre ellos, quizás el caso más importante sea el de un Kinta Sakata que ha terminado siendo clave pese a que nadie daba un duro por que aportara nada.

Hoy, quería detenerme precisamente en esto último. Y es que el anime nos ha mostrado la importancia de encontrar tu lugar en el mundo, y lo ha hecho mediante el personaje de Kinta Sakata. Por ello, he decidido escribir este artículo, que pone la lupa precisamente en este punto de la historia de Dandadan. No me enrollo más y empiezo a contaros ya mismo.

Kinta Sakata y el lugar en el mundo de cada persona

Como hemos podido ver en el anime, Kinta es un joven muy aficionado a las maquetas, los mangas o la ciencia ficción, entre otros hobbies que le hacen entrar en la categoría de friki. Aunque no sabemos cuándo se aficionó a todas estas cosas exactamente, sí sabemos que al menos los robots le gustan desde siempre, desde que era niño. Y, aunque tampoco se especifica, por lo que dice podemos suponer que estas pasiones le ayudaron a tener una gran infancia.

El problema vino en el instituto: Sakata seguía manteniendo estas aficiones, pero eran consideradas cosas de niños impropias de un adolescente. Esto provocó que sus compañeros le miraran e incluso le hablaran mal, y seguramente esto tuvo mucho peso en que no consiguiera hacer amigos y estuviera siempre solo en clase.

Pero la clave aquí es la reacción del propio Kinta. Porque no son pocos los chavales que, en una situación similar, se adaptan a lo que quieren los demás buscando "sobrevivir" y se olvidan de ellos mismos. Nuestro protagonista no hizo esto. Ojo, que tampoco es que esté mal hacerlo, cada uno debe encontrar la solución que considere más adecuada.

Sakata se mantuvo fiel a sí mismo, sin importarle las etiquetas que le pusieran o que lo trataran mal. A consecuencia de esta decisión, Kinta estaba en el escalafón más bajo dentro de la jerarquía ficticia que se puede establecer en una clase de instituto. Para muchos de sus compañeros, era un "pringao", por decirlo de forma simple y clara.

Sin embargo, al empezar a juntarse con Okarun y sus amigas, la cosa cambió. Sakata pasó a jugar un papel fundamental en la lucha contra el kaiju gigante al pilotar el mecha, y no podría haberlo hecho si no se hubiera mantenido fiel a sus pasiones durante los últimos años. Aquello que le hacía ser un paria en el instituto le había convertido en un héroe a ojos de sus nuevos compañeros (a pesar de que Momo le siga llamando salido y de que Aira no sepa quién es).

Lógicamente, es prácticamente imposible que cualquiera de nosotros viva una experiencia similar a la de Kinta Sakata, pero sí hay algo muy real en esta historia de ficción: aquello por lo que te critican en un sitio puede hacer que te aplaudan en otro. Porque, si tu entorno no te valora, lo que tienes que hacer no es cambiar tú, sino buscar otras compañías.

Y hasta aquí llega este artículo sobre la vida de Kinta Sakata y la moraleja que podemos sacar de ello en Dandadan. Ahora, me gustaría preguntaros... ¿qué opináis vosotros de todo esto? Porque a mi, como ya he comentado, me parece una lección de vida importante. Podéis dejarme vuestras impresiones en el apartado de comentarios. ¡Nos leemos ahí!

Antes de terminar, puede que os interese seguir profundizando en quién es Kinta Sakata en Dandadan. Si es así, creo que os puede resultar interesante el artículo que acabo de dejar enlazado, en el que hablo precisamente sobre él. Sin duda, estamos ante la gran sorpresa de la etapa final de la temporada 2, y espero que podamos verle más en la ya confirmada temporada 3.