Lo siento, pero Boruto: Naruto Next Generations es un anime increíble

Lo he dicho anteriormente, y lo recalco por si no es de conocimiento del lector: no soy seguidor recurrente del anime. Obviando los que habré visto en mi juventud, puesto que mis memorias sobre ellos son más bien reducidas, tan solo he observado algunos referentes modernos como "Jujutsu Kaisen" y "Kimetsu no Yaiba", y tampoco tengo interés en el mundo del manga. Soy, realmente, un tercero desconocido con gran ignorancia sobre este cosmos, y me presento en esta sección más como una situación extraordinaria que como una regularidad futurible. Aunque puede que por ello considere que "Boruto: Naruto Next Generations" es un anime increíble.

A título personal, "Naruto" es mi anime predilecto, por lo que las expectativas por su sucesor no eran precisamente bajas. Sin embargo, el contrapeso que supuso los cientos de miles de críticas y valoraciones negativas de "Boruto" representó mi cable a tierra, así que llegué a verlo con la mente abierta. Ahora, luego de disfrutar de sus más de 200 capítulos a lo largo de los últimos siete meses y de convertirse en el único anime por el que estoy dispuesto a esperar a cada semana para ver un nuevo episodio, lo afirmo sin titubear: es la obra más infravalorada de su generación.

Entre coherencias narrativas y comparaciones innecesarias

La principal crítica que sufre "Boruto" es la inevitable comparación con las aventuras de su padre, un personaje que es icono de toda una generación. En realidad, el motor que conduce la no aceptación del anime nace de la nostalgia: Boruto no es Naruto, no busca serlo -ni como personaje ni como serie- ni necesita serlo. En realidad, asemejarse más a su predecesor se traduciría en una completa incoherencia narrativa; repetir enfrentamientos entre aldeas o pretender los mismos niveles de poder restarían valor a lo alcanzado al final de "Naruto Shippuden".

A razón de la paz conseguida, "Boruto: Naruto Next Generations" es más cercano y familiar, con un mayor énfasis en las relaciones y en el desarrollo de los personajes que en la capacidad de pelea de estos, pero porque es lo lógico: no hay guerras, no hay misiones de vida o muerte, así que lo bélico pasa a un segundo plano ante lo humano. Así, la serie se torna considerablemente madura en el trato de tópicos como la relación padre e hijo -Boruto y Sarada-, el sentido de la vida -Mitsuki-, el peso de la familia -Shikadai-, la imposición de voluntades -Sumire- y más elementos que, sin ser beligerantes, aún siguen siendo sumamente interesantes y valiosos para añadir valor a su universo.

Combates más que destacables

Sin embargo, el anime vive una paulatina transición que lo lleva, también con coherencia argumental, a parecerse con mayor grado de visibilidad a "Naruto", mas no lo hace ipso facto para mantener una línea coherente, incluso a expensas del deseo de los seguidores. A pesar de que no existe una regularidad combativa tan palpable, del mismo modo que la sensación de que cualquier personaje puede morir se ve difuminada, "Boruto: Naruto Next Generations" cuenta con secuencias de pelea increíbles y, ocasionalmente, mejor animadas que las de "Naruto".

Ello, además, también toma en consideración a los episodios de relleno, los cuales superan en cualquier ámbito evaluable a los fillers de "Naruto". Cada arco, incluyendo los no canónicos, poseen tanto valor añadido para el universo de "Boruto" como enfrentamientos excelentemente desarrollados y, salvo contadas eventualidades, sin los infames power-ups súbitos y criticados con severidad de la generación pasada. Las menciones específicas a qué luchas se ganan tan positiva descripción me las resguardo para otro artículo, pero sépanlo: "Boruto" no tiene nada que envidiar a "Naruto" en lo que a espectacularidad se refiere.

El valor de la nostalgia

Aunque la comparación entre ambos animes, insisto, es infundamentada, la nostalgia puede jugar un rol principal a favor de la calidad de "Boruto". Cuando dejas de pretender que nos encontramos ante una continuación invariable de "Naruto", logramos apreciar lo valioso que es poder ver cómo han crecido los personajes, qué están haciendo tras la Cuarta Guerra Mundial Ninja, cuáles fueron las consecuencias de esta y más detalles que, por el salto temporal, no hemos podido ver directamente.

Así, cuando Rock Lee se enfrenta a su hijo, cuando Guy y Kakashi continúan haciendo apuestas, cuando se repite la prueba de los cascabeles para ascender a Genin, cuando se habla de las enseñanzas de Jiraiya... En esos momentos es en los que la nostalgia, positivamente, cobra protagonismo en "Boruto". No para recalcar evidentes realidades como el menor número de amenazas o el mayor número de personas desinteresadas por el mundo ninja, sino para recordar todo lo que se pasó en aras de que, precisamente, la gente tuviese el derecho de decidir alejarse de ese contexto.

Boruto: Naruto Next Generations es un anime increíble

Al final del día, estas palabras están siendo redactadas por un ignaro del medio; no sé de manga, y difícilmente habré visto una decena de animes en mi vida de los cuales no recuerdo ni la mitad. Probablemente no me vuelvan a ver por aquí en mucho tiempo -o nunca, quién sabe-, sin embargo, sí me gustaría llevar la contraria a la cotidianidad y reivindicar a "Boruto: Naruto Next Generations" como lo que creo que es: una obra increíble.

Por lo tanto, me alegra genuinamente que, después de sus últimos episodios, los cuales se han viralizado debido a los magníficos combates que en ellos se desarrollan, la gente esté apreciando más a "Boruto" por lo que es, las aventuras de la nueva generación, y no por lo que no es, una continuación sin sentido del anime favorito de todos. Confío plenamente en que el tiempo lo seguirá colocando en su lugar y, con ese deseo, me despido, aunque no sin antes compartir el recordatorio diario de que 'Itachi stomps Obito'.