Si os soy sincero, no me gusta el paso del tiempo. Aunque considero que me ha dado algunas buenas (como ciertas amistades y este trabajo), son muchas sus desventajas. Principalmente, me ha llenado de deberes y obligaciones que, siendo franco, estoy afrontando sin ninguna ilusión y con mucho miedo. Atrás quedan los tiempos en los que podía jugar a Pokémon sin demasiadas responsabilidades.
Lo poco que me gusta el paso del tiempo sale a relucir también en las vacaciones. Suelo aprovechar estos días para desplazarme de mi lugar de residencia a la ciudad en la que vive la mayoría de mi familia. Cuando era pequeño, disfrutaba un montón en estos viajes de la compañía de mis abuelos y primos.
Actualmente me encuentro en medio de uno de estos viajes, y la situación es muy diferente a la de hace años. La mitad de mis abuelos ya han fallecido, y los otros dos no gozan de buena salud debido a su avanzada edad. Además, veo mucho menos a mis primos, que, como es lógico por el paso de los años, están más ocupados con sus vidas.
“¿Pero esto no era un artículo sobre Pokémon?”, os estaréis preguntando algunos. Ahora voy con ello. Y es que, estos días, pensando tanto en lo mucho que cambian las cosas con el paso del tiempo, algo me ha llamado la atención.
Durante todos estos años, ha habido algo que nunca ha cambiado: Pokémon. La franquicia de los monstruos de bolsillo me hacía feliz cuando era pequeño, y lo sigue haciendo ahora, incluso con mayor intensidad.
Todo esto ha estado y sigue estando conmigo, acompañándome todos estos años. Convertía mi vida en increíble cuando todo iba bien. Me mantenía a flote cuando me consideraba un fracaso con patas. Pokémon está ahí cuando las personas me fallan, e incluso cuando yo me fallo a mi mismo.
Es evidente que no podemos vivir en el pasado (algo que nos mostró hace poco “Digimon Adventure: Last Evolution Kizuna”). Lo que yo creo es que, aunque no nos guste, no debemos huir del futuro. Debemos afrontarlo dados de la mano de aquellas personas o cosas que hacen que nuestra vida sea mejor. Solo así llegaremos a un futuro en el que vivir a gusto.
Mi intención es que este artículo sirva de homenaje a esas personas o cosas que me han acompañado, no solo a mi, también a vosotros. Todo aquello que ha hecho que nuestra existencia sea mejor durante todos estos años. ¿Qué juega este papel en vuestras vidas? Si os apetece, os invito a compartirlo en los comentarios.
Pokémon no es lo único que ha jugado este papel en mi vida, pero hoy he querido rendir un pequeño homenaje a los monstruos de bolsillo. Por ello, he decido poner en orden los pensamientos que me están rondando estos días la cabeza para escribir este artículo. Porque Pokémon es mi lugar donde siempre ser feliz.
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