Dejando fuera a la trilogía de Spider-Man de Sam Raimi (aunque la tercera no fuese lo que esperábamos), nunca he podido tragarme películas de superhéroes de la época como Daredevil, Ghost Rider o Elektra. Huelen mal, a rancio, y con un guión que parece escrito utilizando un molde de galletas (y no de las buenas precisamente). Acabo de salir de ver Morbius, y he tenido justamente esa sensación: bienvenido a las películas de superhéroes de los años 2000.
Película con una fórmula desfasada, así es Morbius
El principal problema de Morbius es que se ha utilizado un guión que ya hemos visto muchas veces: jóvenes que se conocen en un internado y tienen problemas de salud. De mayor, uno de ellos es una mente brillante e intenta encontrar una cura. Esta no funciona como de espera (origen de Morbius), pero su fiel amigo decide utilizarla de todos modos. Unos cuantos puñetazos, persecuciones con CGI de 1990, y una enemistad que deriva en un villano que no nos interesa, y un protagonista que es menos malvado que Spider-Man.
Ahora bien, que quede claro que el problema no es de Jared Leto ni de Matt Smith. Ellos hacen lo que pueden con guiones planos, que abusan de teorías científicas poco ortodoxas, y una progresión tan típica como la vista en cualquier otra película de orígenes de villanos (sin ir más lejos, Venom. Un tipo que parece ser el malo de la cinta, y que de repente es el bueno por enfrentarse a una amenaza mayor que él).
Ahora bien, Sony Pictures tiene claro que va a continuar explorando esta vertiente villana de Spider-Man (atentos a sus dos escenas post créditos y a su conexión con el UCM, porque es de lo mejor de la película). Y de seguir así, la productora lo tiene muy difícil: no sé yo si los espectadores aguantarán más entregas vacías, sin destacar en absolutamente nada, e incluso con problemas para mantener el tipo en algo tan necesario en el cine de superhéroes (y/o villanos) como es el CGI y los efectos especiales.
De Morbius me quedo con su primer tramo, interesante y con un buen Jared Leto en el papel del doctor con más ganas de sangre que conozco; y con un Matt Smith solvente que rescata como puede a su personaje del fango en el que lo metieron los guionistas.
Un dolar: lo que ha costado el CGI de Morbius
Las películas de superhéroes (o villanos, sino que se lo digan a Escuadrón Suicida y su reboot) suelen costar muchísimo dinero por culpa del CGI. Y puede que a nivel narrativo algunas no convenzan, pero visualmente cumplen con nota. No es el caso de Morbius, con unos efectos especiales procedentes del año 2000 (sino antes) y que te sacan de cualquier escena de acción. Incluso el maquillaje de Jared Leto deja mucho que desear: según el plano, parece una persona u otra cuando de convierte en su alter ego, y eso es horrible de verdad. Ya ni hablar del rostro de Nilo (Matt Smith).
Sin entrar en spoilers, en los últimos 20 minutos, repletos de acción, ni la cámara lenta me ha ayudado a saber qué ocurría en pantalla por culpa de ese CGI odioso que intentaba imitar a una especie de control del espacio-tiempo (ralentización, surcar los cielos, oído con una enorme capacidad auditiva...). Yo recomiendo a cualquiera que haga una película del estilo de cara al futuro que no utilice estos efectos si el resultado no es bueno: lo que podría haber sido un tramo final explosivo, ha sido un verdadero dolor de cabeza.
Morbius, la peor película basada en un cómic de superhéroes/villanos de los últimos años
Es tajante y me cuesta hablar así de Morbius porque antes de los tráileres (ojo, que algunas escenas del avance no están en la película), yo esperaba mucho de este spin-off. Pero al igual que con Venom y su secuela, Sony Pictures ha tirado por lo fácil, por lo sencillo, por lo 'sin alma'. Y esto es una auténtica pena, de verdad. Qué oportunidad hemos perdido de tener algo potable de un doctor con tanto potencial