La comedia es uno de los géneros que mejor funciona en Año Nuevo y en Reyes al aglutinar frente a la pantalla a toda la familia. Por esta razón sigue triunfando en cines Ocho apellidos marroquís o La Navidad en sus manos, mismo motivo por el que dos películas españolas de humor han desbancado a Rebel Moon - Parte 1: La niña del fuego, la última cinta de Zack Snyder para Netflix.
Si nos paramos a analizar el ranking de las 10 películas más populares en España en Netflix, encontramos que Solo química y Al final del camino están por encima de la primera entrega de Rebel Moon. Ahora bien, ¿se merecen este puesto? ¿O son comedias que dan vergüenza ajena?
Alfonso Albacete fue uno de los directores responsables de perpetrar el mayor crimen contra la industria cinematográfica española: Mentiras y gordas. Aprovechando el éxito de prácticamente todas las estrellas juveniles de España en los 2000, él y David Menkes profundizaron en el lado más oscuro (e irreal) de la adolescencia.
Solo química es bastante mejor que Mentiras y gorda, pero mucho peor que la comedia media española. Protagonizada por Rodrigo Guirao Díaz, Ana Fernández, Alejo Sauras, María Esteve y José Coronado, esta comedia romántica se centra en Olivia Romero, una joven de 22 años que trabaja en una perfumería y no sabe exactamente qué hacer con su vida. Sólo sabe que está enamorada del popular actor argentino Eric Soto, un joven que lleva toda su vida entre cámaras, sets de rodaje y estrenos. Eric está acostumbrado a una vida de lujo donde las apariencias son lo más importante. Pero algo le llama la atención cuando se cruza con Oli, que posee una espontaneidad a la que no está acostumbrado. Cursi y genérica, sin gracia ni romanticismo.
Al final del camino es mejor comedia que Sólo química, o al menos no tira de lo cursi de aquella y apuesta por la 'química' más que evidente que existe entre Fernando Tejero y Malena Alterio a raíz del éxito de Aquí no hay quien viva. Roberto Santiago dirige y escribe esta road movie ambientada en el Camino de Santiago protagonizada por parejas en crisis que sucumben ante la posibilidad de que un auténtico gurú les ayude a salvar sus relaciones.
No se puede decir que los chistes estén logrados porque el humor es el mismo que llevamos viendo durante las últimas 2 o 3 décadas, pero al menos tiene gracia y es tan simpática como intranscendente. Lo mejor que se puede decir de Al final del camino es que funciona y que como comedia, es mejor que la inmensa mayoría de propuestas que han ido estrenándose en 2023. Sobre todo, mejor que Ocho apellidos marroquís, aún en cines.
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