Magical Girl, Quién te cantará y Mantícora son las tres únicas películas dirigidas por Carlos Vermut, cineasta que también es guionista de otros múltiples proyectos cinematográficos. Una promesa del cine español que parece haber ocultado una doble cara que habría salido a la luz ahora, en pleno 2024, después de que tres mujeres vinculadas con la industria hayan concedido una dura entrevista en El País en el que le acusan de haber practicado violencia sexual no consentida.
Adelanto que algunas de las declaraciones vertidas en la entrevista de la que hablaré a continuación son muy duras, por lo que si te consideras una persona sensible, será mejor dejar de leer.
El primer relato es de una mujer que trabajaba hace una década como falsa autónoma en una productora. Conoció a Carlos Vermut en el Picnic, un pub muy conocido del barrio de Malasaña (Madrid). Hubo química y ambos marcharon juntos a casa. Sin embargo, lo que empezó siendo un tonteo y un beso en el portal, se transformó en una pesadilla cuando cruzó el rellano del portal: "se tiró encima de mí, empezó a estrangularme. No lo vi venir. Empecé a darle patadas, estaba y asustada". Además, le habría pedido que se pusiera preservativo, pero él no habría querido.
Una de las pruebas que aporta esta mujer es un mensaje de WhatsApp enviado a una amiga en el que le explica que le pegó "dos tortazos porque no se la quería chupar". Pese a tener heridas en la zona genital, lo habló con una compañera de profesión y decidió no ir al hospital para evitar perder su trabajo de por aquel entonces, y cualquier puesto a futuro. Mientras tanto, seguía quedando con Carlos Vermut, asegurando que en el sexo siempre había situaciones de violencia: "siempre hubo forjeceos (...). Él solo se excitaba así, y yo, de forma estúpida, creí que eso era salvaje".
La segunda mujer que habría sido víctima de Carlos Vermut es una estudiante que en su momento tenía 21 años y su mayor sueño era ser guionista. Carlos habría querido ayudar a la joven a entrar de lleno en la industria cinematográfica, lo que le llevó a invitarle a ir a su casa para analizar Diamond Flash. A ella no le extrañó este movimiento porque ya había ido a casas de otros compañeros de profesión. Pero al terminar la película: "llevaba una camiseta que tiene un cordoncito, la recuerdo porque me ha costado mucho volvérmela a poner y porque llevaba un sujetador palabra de honor para que no se vieran los tirantes. Él me metió la mano entre las tetas y el sujetador, y tiró".
Ella se marchó a casa, mientras dejó a Carlos Vermut en el ordenador portátil quedando con otra chica al no haber podido culminar su objetivo.
Tercer y último relato. Una relación que se extendió de 2019 a 2022 con una chica que por aquel entonces tenía 26 años. Ella también habla de 'violencia', pero cómo trabajó para él, nunca hablaron acerca de los términos aceptados en sus relaciones sexuales: "recuerdo una situación en la que presionó mi cabeza muy fuerte contra él hasta el punto de darme arcadas, todo eso acompañado de expresiones verbales y físicas denigrantes que me hacían sentir en desventaja e inferioridad", asegura la mujer. Además, habla de sexo sin ganas, sin deseo, porque le daba miedo no aceptar. No quería perder su puesto de trabajo ni el proyecto que Carlos Vermut le había prometido.
En el primero de los casos, Carlos Vermut asegura que "he hecho el amor sin preservativo. Algunas veces no lo he usado; otras veces, sí. Me dicen que me lo ponga y lo hago".
En la segunda historia, Carlos Vermut es aún más explícito: "jamás le he arrancado una prenda a nadie para tener relaciones sexuales. Imagínate que he subido con una persona a mi casa y estamos en la cama o en el sofá hablando. Doy por hecho que tiene una intención sexual. A lo mejor me acerco a ella, le puedo tocar los pechos, y si esa persona me dice que me aparte, no hago nada más. Es que depende del contexto".
Finalmente, Carlos Vermut también responde a las acusaciones de la tercera y última historia: "no he tenido nunca necesidad de agredir a nadie ni me excita ese tipo de prácticas, en tanto en cuanto a esa otra persona no le esté excitando". También asegura que nunca ha visto que sus parejas se asustasen de él.
Por ahora, Carlos Vermut es el primer nombre que surgen del ya denominado como Me Too Spanish Version, un movimiento que se puede completar con nuevas declaraciones contra esta u otras figuras cinematográficas.
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