A sus 80 años, y con una de las carreras más exitosas de la historia de Hollywood a sus espaladas, Morgan Freeman cae ahora bajo la mirada de la sociedad. Amparadas por los movimientos MeToo, y el caso Harvey Weinstein, ocho mujeres han denunciado a públicamente a través de una investigación de CNN, al famoso actor por comportamientos inapropiados y abusos sexuales. Una joven asistente de producción que trabajó con la estrella el pasado 2015 en "Un golpe con estilo", ha sido la que ha abierto la lata dando inicio a una cascada de declaraciones en contra de Freeman.
Esta joven aseguró que los meses que duró la producción fueron un auténtico calvario de acoso, en los que fue sometida a tocamientos no deseados, y comentarios sobre su figura y ropa a diario. En uno de los incidentes, confiesa la chica, Freeman "comenzó a levantarme la falda al tiempo que me preguntaba si llevaba ropa interior". Nunca consiguió levantársela, asegura, pero "él la tocaría y trataría de lograrlo, fracasaría, y volvería a intentarlo de nuevo". Alan Arkin uno de los actores también presentes en dicha producción haría un comentario para detenerlo. "Morgan se asustó y no supo qué decir".
La autora de la investigación, Clhoe Melas, asegura que inició el proceso cuando se sintió víctima de su comportamiento en la misma película hace más de un año. En ese momento Melas estaba embarazada de seis meses, y Freeman la cogió de las manos fijando su mirada en la barriga. "Desearía estar ahí". Eso fue la mecha de un trabajo periodístico que llevó a declarar a 16 personas, de las cuales 8 son mujeres supuestamene acosadas sexualmente por la estrella. Un historial que viene construyéndose de años atrás.
Otra mujer, miembros del equipo de la película "Ahora me ves", aseguró en 2012 que Freeman la acosó sexualmente a ella y a su asistente en numerosas ocasiones, con comentarios hacia su físicos incluidos. "Comentó sobre nuestros cuerpos", relataba. "Sabíamos que si venía a vernos... [nos diría] que no lleváramos ningún top, que le enseráramos los pechos, que no lleváramos nada cubriendo el culo. Es decir, que nos pusiéramos la ropa que a él le parecía que nos quedaba bien".
CNN intentó ponerse en contacto con la estrella o su representante tras la publicación del artículo, pero no recibieron ninguna respuesta. Horas más tarde el propio Freeman publicaba un comunicado. "Cualquiera que me conozca o haya trabajado conmigo sabe que no soy alguien que intencionalmente ofendería o haría que alguien se sintiera incómodo", explica. "Pido disculpas a cualquiera que se sintiera incómodo o no respetado- esa nunca fue mi intención".
Con estas acusaciones el actor se une a una larga lista que incluye a actores y directores muy prestigiosos de Hollywood. La oleada de casos comenzó a finales del año pasado, pero durante los últimos meses ha invadido incuso el mundo de los medios de comunicación, y la esfera de la administración pública y los partidos políticos. T.J Miller, Kevin Spacey, Luc Besson, e incluso Stan Lee, son solo algunos de los nombres de esta cada vez mayor lista.
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