Hay actores que nacen para ciertos papeles, este es el caso de Anthony James, que durante toda su carrera representó a hombres rudos y deleznables. Pese a su gran talento, siempre figuró como un secundario, pero sin el cual Hollywood no sería lo mismo. Aunque fue el "rey" de los villanos y secuaces, era un hombre con múltiples intereses y desarrolló su creatividad de diversas maneras. Tristemente, hemos conocido que el actor falleció el pasado 26 de mayo en Massachusetts acompañado de su seres queridos.
El actor de 77 años padecía cáncer y ha faltado por las complicaciones derivadas de esta enfermedad, así lo ha confirmado su familia a Variety. El actor hijo de immigrantes griegos, nació en Carolina del Sur en 1942 y desde muy joven quiso dedicarse al arte y el espectáculo. De hecho, cuando cumplió 18 años, él y su madre se trasladaron a Los Ángeles, donde ambos trabajaron en el servicio doméstico para que James pudiera costearse las clases de interpretación. No fue hasta 1967, que obtuvo su primer papel en el que pudo interpretar a un vendedor racista, en el clásico "En el calor de la noche", siendo uno de los lugareños que le hacía la vida imposible al detective Sidney Poiter.
La cinta de Norman Jewison ganó cinco premios Oscar en 1968, entre ellos el de mejor película. Sin duda, no es muy común que en la primera película en la que participes suceda esto. Posteriormente, James ganó fama por interpretar papeles de hombres moralmente cuestionables, su físico y capacidad interpretativa lo hacían perfecto para estos personajes. Fue también, un constante en trabajos de Clint Eastwood como "Punto límite cero" e "Infierno de cobardes", de sus primeros grandes éxitos en calidad de director. Entre su filmografía destacan películas como "La Profesora" o "Ravangers".
Entre los 70 y los 80, también fue una cara reconocible en la televisión, donde siguió siendo un "actor de caracter" en títulos como "La ley del revólver", "Los ángeles de Charlie", "Las calles de San Francisco", "Los hombres de Harrelson", entre otros. En 1992 realizó su último trabajo, de nuevo como Clint Eastwood en, "Sin perdón", donde interpretó a un proxeneta sin escrúpulos. Esta película supuso un éxito absoluto en Los Oscars, algo curioso, teniendo en cuenta que empezó su carrera del mismo modo.
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