Bruce Willis es uno de los actores más reconocidos del género de acción. Si preguntamos a cualquier boomer cuál era su héroe de la infancia, es muy probable que mencionen al conocido intérprete. A pesar de que yo me crie en una era algo posterior, con lo que me encanta el cine lo he acabado viendo bastantes veces, y he de reconocer que, dentro de los actores de acción, es uno de los mejores.
A pesar de ello, tras tener una carrera meteórica, en las últimas décadas hay más de un par de papeles que han manchado su legado. Y es que, antes de su retiro, Willis participó en algunas de las peores películas que he visto. Lo ocurrido me recuerda al fenómeno del mundo del fútbol donde los grandes jugadores, al llegar a una edad avanzada, optan por ir a equipos muy por debajo de su nivel para ganar dinero fácil.
Por eso, me he propuesto hacer un repaso a la filmografía del actor que dio vida al emblemático John McClane y otros grandes personajes, para ver dónde se torció todo. Así que, si eres un fan de Bruce Willis, de la acción en general, o quieres enterarte de la triste verdad que se esconde tras sus malas decisiones, sigue leyendo.
Bruce Willis comenzó su carrera en el teatro, con pequeñas producciones que le llevarían a salir en su primera serie, Moonlighting. Tras ello, llegó su billete dorado al estrellato, con la conocida Jungla de Cristal. La cinta se considera no solo un clásico de las películas de acción, sino también un extraño clásico de las películas navideñas por su ambientación.
De forma similar a muchos otros actores de Hollywood, la razón por la que Willis obtuvo el papel es que fue rechazado por Harrison Ford y Sylvester Stalone. Esta genial interpretación en una muy buena película catapultó al joven actor al estrellato. Debido a ello, durante los 80 y 90 tuvo papeles protagonistas en muchas de las cintas más reconocidas de la época.
Algunos títulos que destacar son: Pulp Fiction, 12 monos, Sin City, El Sexto Sentido e incluso tres secuelas de La Jungla de Cristal. Además, logró llevarse un Emmy por su breve aparición en Friends, la sitcom del momento, como actor invitado en 3 capítulos. Todo parecía indicar que Bruce Willis seguiría triunfando y que sería recordado como uno de los grandes.
Tras su anterior “era dorada”, algo comenzó a fallar en la carrera del norteamericano. A partir de mediados de los 2000 continuaba apareciendo en grandes producciones y blockbusters, pero no era lo mismo. Con esto quiero decir que las películas no eran del todo malas, pero tampoco demasiado buenas.
El intérprete seguía generando grandes ingresos, pero las opiniones de la crítica cada vez eran peores. Por ejemplo, la cuarta entrega de la Jungla de Cristal, que con una puntuación de 7 en IMDb no está nada mal, pero queda lejos de ser sobresaliente. Durante este periodo, Willis comenzó también a rechazar papeles que consideraba que no le pagaban suficiente.
Uno de los casos más conocidos fue Mercenarios 3, por la que exigió 4 millones de dólares a cambio de 4 días de rodaje. Esto hizo que Sylvester Stallone lo atacara en Twitter, llamándolo vago y codicioso y diciendo que su carrera estaba destinada al fracaso. A pesar de ello, no todo es malo, en este punto aún encontramos buenas películas en su filmografía como Looper o Moonrise Kingdom.
Es aquí donde parece que algo se rompe, Bruce Willis intenta volver a sus raíces, y se centra de nuevo en las cintas de acción. Pero, si buscamos entre sus películas a partir del 2015, es difícil encontrar una sola con una puntuación superior a 5 en IMDb. El único papel notable es su aparición en Glass, pero no me parece justo contarla debido a lo corta que es su intervención.
Fuera de la cinta de M. Night Shyamalan, sus proyectos dan bastante pena. Desde producciones con muy malos efectos especiales, que parecen sacados de un videojuego antiguo, hasta sets de corcho y películas directas a televisión. En principio, parece que el actor tomó unas horrendas decisiones, y que fue escogiendo cada vez peores papeles hasta caer en este agujero.
Pero si miramos más detenidamente, una cosa que llama mucho la atención es que, con este drástico descenso en la calidad, también llega un enorme ascenso en el número de papeles. Así, parece que hay algo más que un mal criterio detrás de la destrucción del legado de Willis.
El 30 de marzo, en un post de Instagram, Rumer Willis, la hija mayor del actor, confirmó que se retiraba de la interpretación debido a un reciente diagnóstico de afasia. La afasia es una alteración neurológica que afecta sobre todo al lenguaje.
Las personas que la sufren, como Bruce Willis, van perdiendo la habilidad de usar y entender el lenguaje. Es decir, mantienen su inteligencia y su capacidad de razonar, pero se les dificulta expresarse y comprender el habla, así como escribir y leer. Y sus efectos se comenzaron a ver hace tiempo en entrevistas, y también en los recortes a los papeles del actor, quien prefería no hablar mucho en las cintas.
Con esta información, las decisiones de Willis se ven de un forma muy distinta, y parece que lo que el actor buscaba era conseguir dinero para mantener a sus seres queridos tras su retiro. Y es que, en el momento que le diagnosticaron este problema, supo que sus días estaban contados, debido al enorme peso del lenguaje en las actuaciones. Así, parece que Bruce Willis se marcó un Walter White, sacrificando su integridad como actor por el bienestar de su familia.
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