A pesar de que ha pasado los últimos 10 años casi en el anonimato, pero, a principios de los 2000, Brendan Fraser era una estrella emergente. De hecho, hubo un momento en el que era bastante complicado ir al cine y no ver la cara del talentoso actor en alguno de los pósters. Desde películas de acción, como La momia hasta comedias del estilo de George de la Jungla, estaba en todas partes. Dicho esto, hoy vengo a hablaros de uno de sus mejores papeles dentro de las películas de risa:
A raíz de su depresión y desesperación, Elliot termina cayendo en la trampa y decide aceptar el trato. Poco después, se desatan una serie de eventos cada vez más extraordinarios y alocados que recuerdan a Todopoderoso. Si bien se parecen, en este caso, quien concede los poderes es el diablo y las consecuencias son desastrosas.
Además de lo anterior, toda la cinta, desde los diálogos hasta la puesta en escena e incluso los efectos especiales, te transportan directamente a principios de los 2000. En ocasiones la película resulta tan exagerada que llega a ser ridícula, pero nunca deja de ser entretenido ver este toque tan excesivo que caracterizaba a estas producciones. Así que si estás buscando una película con la que pasarlo bien, divertirte y que te dé una buena dosis de nostalgia, esta es la opción perfecta.
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