Parece que fue ayer cuando la segunda temporada de "The Mandalorian" arrancaba en aquella pequeña odisea por Tatooine. Sin embargo, han pasado ya 7 semanas en las que Mando y Grogu (Baby Yoda) han tenido que lidiar con un sinfín de aventuras y desventuras, conociendo a personajes de lo más variopintos.
En el punto en el que nos encontramos, Baby Yoda ha sido secuestrado por el malvado Moff Gideon. Los planes del Imperio para con el pequeño se desconocen exactamente, aunque se han dado varias pistas de que pretenden utilizarlo como fuente de midiclorianos para sus experimentos. Mando, acompañado de Boba Fett, Fennec Shand y Cara Dune, está reclutando una patrulla para rescatarlo. Y en esas nos encontramos en el episodio 2x07, titulado "El Creyente".
Espías espaciales
El capítulo es probablemente el que más se aleja del tono y la atmósfera característicos de la serie. Si normalmente los episodios de "The Mandalorian" son pequeñas aventuras western o de cine de samurais, en esta ocasión se asemeja mucho más a una película de James Bond. La trama nos hace rencontrarnos con Migs Mayfeld, antiguo soldado imperial que fue capturado por Mando en la primera temporada. Mayfeld tendrá que ayudar a Mando a infiltrarse en una base del Imperio para conseguir las coordenadas de Moff Gideon.
Así, tras un inicio que sí recuerda a películas más western como "Mad Max", el héroe se introduce en la boca del lobo como un auténtico espía del servicio secreto, haciéndose pasar por soldado del Imperio. Entre otras cosas tendrá que luchar contra forajidos que pretenden hacer lo mismo que él, mermar a lo que queda del régimen dictatorial. El director Rick Famuyiwa lleva tan al extremo los valores del protagonista que incluso se verá obligado a quitarse el casco por segunda vez en toda la serie, y por primera vez en público.
En realidad es algo que se deja caer desde el principio del episodio una y otra vez de forma muy descarada, por lo que el efecto sorpresa del momento acaba estando muy diluido. Aun así, ver a Pedro Pascal actuando a cara descubierta siempre es un punto muy positivo por el carácter que le imprime al personaje. Una recompensa para el espectador que sirve para compensar el hecho de que Baby Yoda no aparece ni un solo segundo del capítulo.
Bajón de nivel perdonable
En general, el episodio se mantiene un punto por debajo de sus predecesores. Esto es algo lógico, ya que lo que ocurre realmente es que "The Mandalorian" ha malacostumbrado a sus fans concapítulos sobresalientes semana tras semana. Que un episodio más "mundano" sea la excepción, al igual que ocurrió con el segundo de esta temporada, no deja de resultar llamativo.
Tampoco ayuda la falta de avance en la trama, ya que sirve casi exclusivamente como redención del personaje de Mayfeld. Aun así, "El Creyente" no es ni mucho menos un mal episodio. La narrativa es muy ágil y, pese a la reiteración en sus diálogos y lo previsible de los acontecimientos, la estructura global que ofrece el conjunto permanece sólida. Además, todos los personajes tienen su pequeño momento a lo largo del metraje, consiguiendo mantener presente la idea de que esto es una misión en equipo.
Conclusión
El séptimo episodio de la segunda temporada de "The Mandalorian" ofrece un entretenimiento de menor nivel que el resto de la serie. Aun así, su resolución es de principio a fin muy consistente y evita naufragar. El tono se aleja por completo de lo visto hasta ahora. Pero, por encima de todo, sirve para hacer hambre de cara a un episodio final que promete ser inolvidable.
El séptimo episodio de la segunda temporada de "The Mandalorian" ofrece un entretenimiento de menor nivel que el resto de la serie. Aun así, su resolución es de principio a fin muy consistente y evita naufragar. El tono se aleja por completo de lo visto hasta ahora. Pero, por encima de todo, sirve para hacer hambre de cara a un episodio final que promete ser inolvidable.
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