Como muchos sabréis, hay algunos títulos independientes en la industria del videojuego que son capaces de transmitir y pasión y llegar al corazón de los jugadores desde su primer teaser, creando una expectación tremenda; y este es el caso de ABZÛ, un juego que se presentaba en el E3 del pasado 2014 y que conseguía emocionar a todos los fans gracias a una estética maravillosa y un precioso olor a juegos emotivos como Journey. Y precisamente con este tiene mucho en común, ya que Giant Squid, el estudio responsable de ABZÛ, está formado en parte por extrabajadores de thatgamecompany. Con estos datos sobre la mesa es difícil no emocionarse pero, ¿hay motivo para ello? Acompañadnos en este análisis para descubrir si estamos ante una obra que cumpla tan altas expectativas.
Desde el momento de su presentación hace un par de años en el E3 surgieron muchas dudas acerca de qué era exactamente ABZÛ, en qué género se enmarcaba esta original obra. Ahora, en el momento de su lanzamiento, pocos de los que no han jugado lo tienen del todo claro aún. ¿Es un juego pasillero? ¿Es un título de exploración? ¿Se centra en el apartado narrativo? La respuesta, por mucho que pueda sorprender, es que tiene un poco de todo esto. A lo largo de esta genial obra iremos avanzando por escenarios más o menos amplios en los que podremos explorar para solucionar los pequeños puzles que nos permitan avanzar, así como para encontrar los coleccionables del juego y descubrir pequeños detalles narrativos. Estos escenarios parecen enormes a primera vista, pero pronto nos daremos cuenta de que son más limitados de lo que aparentan, obligando a nuestro personaje a dar media vuelta al llegar al borde, cosa que, al menos en mi opinión, podría mejorarse.
Por sus mecánicas resulta bastante difícil enmarcarlo dentro de algún género habitual ya que en el apartado jugable es realmente simple. De hecho, en todo el juego solo tendremos que usar los joysticks para mover a nuestro personaje y la cámara, y 4 botones que nos permitan sumergirnos y bucear, aumentar nuestra velocidad levemente, interactuar con el entorno y agarrarnos a la fauna cercana que lo permita. Con este sencillo esquema lo que haremos será, como os comentábamos arriba, avanzar de escenario en escenario, en donde deberemos explorar para poder completar sencillísimos puzles que, más que suponer un reto jugable, están para obligarnos a admirar el entorno que nos rodea; y que a veces pasarán por alcanzar ciertos puntos (incluso fuera del agua), esquivar determinados enemigos o simplemente activar objetos cada cierta distancia, dando cierta variedad a un juego que, de otra manera, podría hacerse repetitivo. Hay que tener en cuenta que, como veremos a continuación, en ABZÛ predomina el apartado narrativo frente al jugable, y por ello, para evitar frustración y mantener siempre el ritmo de la historia a la velocidad que Giant Squid desea, la simplicidad de mecánicas viene acompañada por la imposibilidad (literalmente) de "perder"; ningún enemigo podrá matarnos ni nada hará que retrocedamos lo más mínimo, lo cual puede pesar a algunos jugadores (aunque hay que tener en cuenta que es un sacrificio estrictamente necesario para asegurar una buena experiencia a todo tipo de usuarios). Por supuesto, a todo esto le acompañan pequeños coleccionables en forma de conchas que encontrar y "nidos" de especies acuáticas que rescatar.
Cabe destacar también que ABZÛ es un juego increíblemente pulido. Es prácticamente imposible encontrarle fallos; el control del personaje bajo el agua está realmente trabajado, las paredes tienen un margen de "seguridad" para que nunca podamos chocar con ellas y el movimiento se note más fluido, y hasta el propio juego te marca el ritmo para saber cuándo puedes ir rápido y cuándo debes pararte. A esto le acompañan todo tipo de pequeños detalles visuales y sonoros que consiguen mantenernos muy dentro de la aventura todo el tiempo que esta dure, haciendo que, si cabe, logremos implicarnos más con lo que Giant Squid propone.
En ABZÛ nos ponemos en la piel de un extraño personaje que despierta en medio de un vasto océano. Al igual que él, desde el principio tendremos más preguntas que respuestas, y dudaremos de quiénes son los supuestos enemigos (en caso de haberlos) de este juego. Pero no tardaremos demasiado en darnos cuenta de que el océano, tan real a priori, es más una mágica alegoría a otros lugares; y que nuestros tan temidos enemigos no son más que indefensos seres vivos, más víctimas que culpables.
Uno de los mayores logros de ABZÛ se encuentra, sin duda alguna, en este apartado narrativo, que es precisamente uno de los puntos en donde más se nota la clara influencia de Journey. Los chicos de Giant Squid han sido capaces de contar toda una historia emotiva que apele a nuestros sentimientos directamente; y todo ello sin necesidad de usar ni una sola palabra, ni una escena que nos explique lo que ocurre, tan solo haciendo uso de fijar la cámara en momentos concretos para fijar nuestra atención en ciertos detalles. Si en Journey nos encontrábamos con un viaje que nos llevaba a través de nuestros sentimientos más humanos, en este juego eso sí ha cambiado un poco, y es que los protagonistas no son nuestros sentimientos, sino la consecuencia de nuestras acciones como raza. De esta forma, ABZÛ acaba embarcándonos sin que nos demos cuenta en un emocionante viaje que acaba por resultar una espléndida y emotiva oda a la naturaleza en su mayor expresión, una en la que las palabras sobran y los sentimientos son los verdaderos protagonistas.
Tal vez os parezca una descripción demasiado vaga de la "historia" del juego, pero no me gustaría entrar en detalle por miedo a hacer spoilers, o simplemente condicionaros a ver las cosas como yo las he visto; porque si hay algo que me gustaría destacar de esta forma de contarnos las cosas es el hecho de que, al igual que ocurre con un buen libro, nosotros somos quienes tenemos que crear la historia. Nada se nos contará de forma explícita, por lo tanto tendremos que hacer el pequeño esfuerzo mental de pensar, darle vueltas y crear nuestras propias teorías, conformando así una experiencia totalmente personal y haciendo que sea realmente difícil que dos personas jueguen al mismo juego, incluso cuando ambas pasen por los mismos lugares y tengan las mismas mecánicas.
¿Cómo se consigue meter tanto sentimiento en una obra así? Pues lo cierto es que no resulta nada fácil, pero los chicos de Giant Squid no son nuevos en esto, por lo que tienen perfectamente claro que, además de ese trasfondo emocionante y una manera de contar las cosas totalmente personal, se necesita un apartado artístico que nos haga sentir. Y si habéis estado interesados en ABZÛ, sabréis que el título cuenta con el director artístico de Journey para lograrlo, por lo que el éxito está prácticamente asegurado. Como se puede apreciar desde el primer tráiler hasta la última captura, todo el apartado artístico es magistral. Poco hay que decir cuando las imágenes hablan tan claramente por sí solas y demuestran que no hacen falta gráficos fotorrealistas para rozar la perfección en un apartado visual.
Y el broche de oro a este apartado visual lo pone la banda sonora, la cual corre a cargo de Austin Wintory, compositor de Journey; otro sello de calidad que no defrauda. Wintory nos vuelve a brindar una banda sonora compuesta por temas magistrales que logran sumergirnos de lleno en la historia de ABZÛ, metiéndonos los sentimientos por los oídos a golpe de violín.
Al igual que ya ocurre con las obras de thatgamecompany, ABZÛ es un juego atípico que tiene una duración atípica. Las escasas dos horas (que se pueden alargar algo más si nos detenemos a explorar todos los escenarios y recoger todos los coleccionables) pueden echar para atrás a gente que vea esto como una inversión en la que el ratio precio/duración cuenta. Pero juzgarlo así sería cometer un error terrible; ABZÛ es una experiencia más que un videojuego, algo que requiere el 100% de la atención del jugador, no porque sea difícil, que no lo es y de hecho es imposible perder como tal, sino porque necesitamos poner los 5 sentidos para captar el sentimiento que transmite, para lograr sumergirnos en el océano con nuestro personaje y experimentar junto a él el bonito viaje que se propone.
En definitiva, para resumir, podemos decir que ABZÛ es una de esas obras que consigue emocionar con muy poco, que consigue sumergirnos en un universo increíble y, sobre todo enseñarnos algo. La industria del videojuego está madurando y estos títulos son la prueba viviente de ello. Belleza a nivel visual, sonoro y narrativo, ¿qué más se puede pedir? Los chicos de Giant Squid saben lo que se hacen y, bajo el mando de algunos de los creadores del genial Journey, han vuelto a lograr una obra que, sin tener la perfección de la de thatgamecompany, es indispensable en cualquier biblioteca. Sin duda, uno de los juegos "obligatorios" de este 2016.