Análisis Crash Bandicoot 4: It's About Time
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Análisis Crash Bandicoot 4: It's About Time

El bandicoot más querido de los videojuegos ha despertado de su largo sueño y está dispuesto a ofrecerte una aventura divertida y llena de originalidad en Crash Bandicoot 4

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Parecía que nunca llegaría el momento, pero tras muchos años de rumores y supercherías, Crash Bandicoot ha vuelto con una entrega totalmente nueva titulada Crash Bandicoot 4: It’s About Time. Una de las insignias de Naughty Dog vuelve sin ellos y lo hace de la mano de Toys for Bob y Activision como desarrolladora y distribuidora respectivamente.

Hacerlo bajo este prisma podría sonar dudoso para muchos fans del querido Bandicoot, por lo que ahora nos toca a nosotros comentaros qué nos ha parecido el juego con todo lujo de detalles. Sin más dilación, comencemos.

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Un mundo a base de ritmo y color

El primer nivel del quinto mundo se llama Arrítmico y su ambientación es puramente festiva, con muñecos hinchables, globos, música y diversión hasta las trancas. Este nivel podría definir completamente una praxis que se sigue en todos los Crash Bandicoot pero que, especialmente en esta entrega, se hace más partícipe que nunca: el ritmo.

El título sigue conservando ese constante movimiento frenético, la pura energía de decidir en tiempo récord en algunas ocasiones y en otras simplemente confiar en la suerte y correr, saltar, esquivar y usar los poderes correctamente. Crash Bandicoot 4: It’s About Time es un título marcado por el ritmo.

Se hace importante en todos los niveles saber marcar bien el golpe en las cajas para conseguir las frutas u objetos que contienen, avanzar a una plataforma en el momento indicando, siguiendo el patrón del ritmo al que va un saliente que se va a caer, la pared que te puedes comer cuando te deslizas por una rampa o el momento en que saltar cuando un enemigo—generalmente grande e imponente—te está pisando los talones.

Todo ese frenetismo está perfectamente marcado y es constante en cada momento del juego. Es especialmente visible en los niveles normales, pero existen ciertos jefes con los cuales el ritmo de nuestros saltos, el movimiento coordinado en base a sus ataques y el golpear en el momento preciso, se hacen clave para seguir avanzando.

Aunque Crash Bandicoot 4: It’s About Time se quiera permitir el apelativo de juego de plataformas, su nivel de conexión es de alguna forma entre lo musical y lo plataformista, acabando por convertirlo en un juego que tiene un estilo muy particular como ocurre en toda la saga.

En esta cuarta entrega el ritmo también es vital, y, por ende, el tiempo va de la mano. Ya de por sí nos encontramos con una historia donde el tiempo es vital, con Neo Cortex y N. Tropy queriendo conquistar el multiverso. Debido a este pequeño incidente y queriendo evitar cualquier desgracia, nuestros viajes en el tiempo serán constantes: podemos pasar de estar en un mundo asiático colorido dentro de 1402 a viajar 88 millones de años atrás y huir de los peligros prehistóricos.

Esta variedad de mundos es uno de los principales puntos a favor que tiene Crash Bandicoot 4: It’s About Time. Generalmente los mundos poseen un estilo muy personal, totalmente distinto a lo anteriormente visitado, con momentos muy originales, divertidos y que nos meterán de lleno desde un presente en una ciénaga hasta un barco pirata donde evitar las prohibitivas escabechinas de los bandoleros en el año 1717. Con todo eso, el título denota un cariño y una dedicación enorme en cada detalle, en cada nivel, siempre con la sorpresa debajo de la chistera y dejando tras de sí un respeto y una pasión enorme por lo creado por parte de Naughty Dog.

De esta manera, con el tiempo y el ritmo de su parte, el título ofrece también todos los aspectos que un plataformas desea tener, pero fusionado con elementos de acción donde objetos, balas y demás artilugios volarán por los aires intentando destruir nuestros benevolentes planes. Crash Bandicoot 4: It’s About Time sabe cómo y cuándo se ha de utilizar un nivel donde los saltos calculados sean el mejor protagonista, atina cuando nos ponen en peligro mientras un enemigo nos persigue y tenemos que esquivar y saltar si no queremos ser carne de picadora.

En ese aspecto, las aventuras del Bandicoot más famoso de los videojuegos sabe comportarse como debe. Nos ofrece un arsenal de posibilidades en el movimiento con las diferentes máscaras que vamos consiguiendo, los vehículos que manejamos y los elementos en común que comparten los niveles como son el TNT y las cajas de Nitro. Es digno de admirar cómo se puede sorprender tanto con tan pocas herramientas, saber sacar una sonrisa con ciertos detalles y maniobrar perfectamente a lo largo de todo el juego: Crash Bandicoot 4: It’s About Time es enorme en las posibilidades, pero también lo es en su manera de reinterpretarse.

Al finalizar el cuarto mundo, se nos desbloquea un modo que nos permite jugar a cualquier nivel que nos hayamos pasado de forma inversa, como ya incluían otros títulos tales como Ratchet & Clank: A Crack in Time. Sin embargo, con el poco aliciente que transmite a veces este tipo de herramientas, Crash Bandicoot 4: It’s About Time las transforma en un mundo completamente distinto dado que, aunque juguemos el nivel al revés, su estilo artístico también varía.

Este ejercicio de originalidad y maestría lo lleva a convertirse en uno de los mejores aciertos del título. Aquello que nos pasamos con los colores vivos que presenta el juego, también lo podemos acabar a la inversa y con un estilo acuarela en uno de los mundos, dibujado a lápiz de color en otro de ellos o en un estilo donde vamos pintando el mapa a medida que damos golpes a enemigos, cajas, o simplemente hacemos nuestro ataque giratorio.

Resulta apasionante comprobar lo que puede hacer un simple gesto, un cambio gráfico en un nivel de Crash Bandicoot 4: It’s About Time: con el estilo gráfico que presenta de por sí te encandila, pero en la versión alternativa, te acaba enamorando la mayoría de las ocasiones. Y tenemos que decir que la mayoría, dado que en alguna que otra ocasión se ha podido comprobar que el aspecto gráfico no casa demasiado. De igual manera y pese a esas taras, han sido mínimos los fallos que hemos podido comprobar en estos casos y prácticamente siempre nos han acabado convenciendo sobremanera.

Viajar por cada nivel de los mundos que vamos descubriendo resulta enriquecedor, pero si ya de por sí el título posee muchas variaciones que lo hacen interesante, poder jugar con varios extras lo hace mucho mejor.

Extra de diversión: coleccionables y misiones secundarias

Crash Bandicoot 4: It’s About Time ofrece la posibilidad de pasarnos los niveles con Crash o con Coco. Este acierto de elegir entre chica o chico nos hace además partícipes de las distintas formas que supone jugar con Crash o con Coco, con sus leves particularidades tal y como les ha ocurrido a otros combos de la historia de los videojuegos.

Si ya de por sí se revela con esto una posibilidad de completar el juego de ambas maneras, a esto se le añaden también misiones secundarias. Una de ellas es la de completar unas fases a las cuales accederemos gracias a cintas de vídeo que nos encontraremos durante los niveles que conforman la historia.

Las Cintas de Salto al Pasado están compuestas por un ejercicio de salto, precisión e inteligencia donde deberemos desglosar nuestra habilidad para ejecutar estas tres habilidades sin caernos al vacío. Unas pruebas realmente complicadas que nos harán pensar qué cajas debemos destruir primero antes de saltar a la siguiente o cómo podremos esquivar la caja de TNT que está a nuestro paso. Divertido y estresante a la par, como buen añadido de Crash Bandicoot.

Ya de por sí resulta una tortura acabarse los niveles; no atinas con el timming para saltar a una plataforma, no aciertas a esquivar un arma mortal, etcétera. El verdadero problema está en cuando deseas acabar un nivel al 100%. Destruir todas las cajas, coleccionar el 80% de la fruta de un nivel, morir máximo 3 veces o encontrar las gemas secretas son algunas de las cosas que deberemos conseguir para acabarlo completamente. Si completamos al menos el 90% de estos objetivos, conseguiremos un nuevo aspecto jugable para Crash o para Coco, dependiendo del caso. Conseguir todos los aspectos y los niveles al 100% se hace una tarea ardua que seguro gustará a aquellos cazadores de trofeos.

Algo que hace muy bien Crash Bandicoot 4: It’s About Time es precisamente la magia que existe en golpear una determinada caja o conseguir determinados objetivos. En muchas ocasiones, cuando ya el 100% estaba fuera de nuestro alcance, hemos sentido como ciertas cajas poseen la habilidad de instar al jugador a destruirlas por complicadas que sean y alto sea el riesgo de fracasar. Las cajas poseen un alto grado de atracción a destruirlas ya sea a favor de nuestro beneficio para conseguir vidas—las conseguimos al consumir 100 frutas—o por conseguir protección y si nos dan un golpe, evitar el deceso.

Aunque con todo lo que os hemos contado ya se podría quedar un título de lo más completo, Crash Bandicoot 4: It’s About Time ofrece un sistema de misiones secundarias, con sus respectivos personajes que viven su aventura paralelamente a la de Crash y Coco. De esta forma, personajes como Tawna nos harán disfrutar de la vitalidad, desparpajo y fuerza que posee, alejándose de ser la dama en apuros que era en un pasado.

Al igual que ocurre con los mapas alternativos que os contábamos anteriormente, el manejo de estos personajes secundarios varia totalmente nuestra forma de jugar dado que todos entre sí son bastante diferentes. En el caso de algunos utilizarán armas a distancia para golpear a los enemigos, pero en otros casos nos podremos elevar por el aire gracias a un instrumento que maneja el personaje en cuestión. Como siempre, en la variedad está el gusto y aunque eso posee muchas cualidades, también aumenta el ratio de que ciertos jugadores no se sientan a gusto con determinados elementos.

Crash Bandicoot para el fan y el que quiere empezar a serlo

Crash Bandicoot 4: It’s About Time posee un modo moderno y un modo retro. Estos dos modos de juego ofrecen estilos distintos; mientras el modo moderno permite que siempre que mueras aparezcas en un punto de control, el modo retro ofrece un número limitado de vidas y cuando se acaben deberemos empezar el nivel desde cero.

Partiendo desde esta premisa y teniendo en cuenta que la saga Crash Bandicoot se posiciona elevada por encima de una dificultad normal, esta entrega de la saga hace que Toys for Bob haya apostado por seguir contentando al fan de toda la vida y, a su vez, atraer jugadores que quieran una apuesta más sencilla en su primera toma de contacto. Pero el título no se detiene ahí a la hora del ofrecimiento y de mantener la esencia, más allá de eso existen guiños, momentos de nostalgia y pequeños detalles que harán que el fan de toda la vida tenga la dosis que se esperaba tras unos años de vacío.

Es un título que a pesar de ejecutar nuevos elementos y de que pudiese parecer todo muy novedoso, guarda con mimo el placer de la nostalgia y lo teje con unos parámetros que hacen que la esencia no se pierda. Crash sigue siendo igual de característico que siempre, con sus caras, sus gestos y su simpatía a pesar de no decir ni una palabra. Coco sigue siendo el mismo personaje inteligente que siempre y Cortex sigue siendo el villano gruñón, cascarrabias y malévolo que todo héroe necesita.

No vamos a engañarnos pensando que sin Naughty Dog el juego podía perecer en este aspecto, cada fan de la saga tendría sus miedos y sospechas, pero lo único que es cierto una vez completado el título, es que Toys for Bob han hecho no solo una de las mejores entregas de Crash Bandicoot, sino un título muy serio para candidato de juego del año.

Tal vez la dificultad sea ligeramente inferior a otros títulos, pero más allá de eso el título es una mezcla entre puro fan service y descubrimiento de la saga; ofrece elementos como el mítico pasa y juega, regala momentos para el recuerdo y, como al principio de la historia de esta entrega, despierta a Crash Bandicoot de una larga siesta de la cual parecía no levantarse.

El comienzo de una bonita amistad

Pese a que el título posee errores como que no se pueda jugar entre dos personas de forma online, Crash Bandicoot 4: It’s About Time es una auténtica maravilla que rezuma pasión, nostalgia y un título con infinidad de cosas positivas en su haber.

Formas distintas de acabar un mismo mapa, varios personajes jugables, jefes finales muy originales, un ritmo frenético y la concepción de que esto, como en aquella película de 1942, es el comienzo de una bonita amistad entre Crash Bandicoot y Toys for Bob. Solo queda levantarse y aplaudir por rescatar una saga de una forma tan bien llevada, ofreciendo de más y dejando una sonrisa de oreja a oreja cuando acabas completando el juego. Una auténtica maravilla.


Crash Bandicoot 4: It's About Time

Analizado en PlayStation 4

VideoGame
9
Puntuación Areajugones:
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Crash Bandicoot regresa con una aventura que rezuma nostalgia, originalidad, diversión y multitud de contenido extra para hacer las delicias de fans y extraños de la saga. Crash Bandicoot 4: It's About Time es el juego que el mundo llevaba esperando muchos años, pero más allá de eso, mejora toda expectativa.

Contenido

Gráficos

Diversión

Innovación

  • La vuelta de Crash Bandicoot por todo lo alto, con la esencia que lo caracteriza
  • El contenido extra añade mucha vida al juego
  • La imaginativa para crear los distintos mundos
  • Sigue teniendo muy bien medida la dificultad, resultando costoso por momentos pero teniendo una buena curva
  • Funciona perfectamente como juego inmersivo
  • La utilización de los niveles inversos y su cambio gráfico en los mismos
  • Que no posea un modo de juego online
  • Ciertos diseños, aunque mínimos, no terminan de estar a la altura
Duración: 12 horas (Aprox.)
Jugadores: 1-4 jugadores
Idiomas: Castellano

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Redactado por:

Amante de la música en todos sus formatos, un enfermo de esos que dicen en la televisión de los videojuegos y devorador de cacahuetes.