Todos hemos disfrutado de una forma o de otra del juego de estrategia naval Hundir la Flota. Es un juego con unas reglas sencillas y unos barcos de plástico que nos han hecho disfrutar a todos. En los últimos años se lanzó una película de la que no quedan más que recuerdos y un videojuego del que ni siquiera queda eso. Ahora Ubisoft y Hasbro se vuelven a atrever con este triunfo de los juegos de mesa, para llevarlo a la nueva generación de consolas. Hemos podido probarlo y ahora os contamos lo que nos ha parecido.
Para empezar, este juego nada tiene que ver con la película en la que actuó Rihanna, sino que se basa en el juego de tablero que todos hemos jugado. Dicho esto, se basa en él hasta el punto en el que también funciona utilizando barcos de juguete y fichas de color blanco o rojo. Aunque claro, han añadido ciertas cosas para mejorar el juego original, otorgando novedades y una nueva jugabilidad al título.
Los barcos no son todos iguales. En el juego de mesa la única diferencia que existía entre los diferentes buques era su tamaño, pero aquí cambia completamente esa tónica. Lo primero que observamos es que todos los barcos tienen un cuidado trabajo de diseño que les hace tener muy buen aspecto, pero si nos adentramos un poco en el juego, vemos que no solo hay barcos militares. Jugando al juego podemos desbloquear otro tipo de navíos como barcos modernos o incluso barcos piratas. Todos se manejan de la misma manera y tienen las mismas peculiaridades, pero está bien que haya más de un modelo de armada naviera.
Además, los navíos lucen bastante bien, con un toque ligeramente cartoon que los hace bonitos a la vista. Por cierto, cada vez que actuamos con nuestra armada una pequeña animación nos deleita mostrándonos como alguno de nuestros barcos lanza un torpedo. Son animaciones cortas y repetitivas, pero por lo menos amenizan las partidas en el aspecto visual. Y decimos que amenizan porque durante los combates lo único que vemos en pantalla son dos cubos de agua (que está bastante bien hecha) en los que van cayendo los proyectiles de uno u otro bando. Es cierto que podemos cambiar la posición en la que vemos dicho cubo, pero tampoco es nada espectacular o necesario.
Aunque no solo tendremos en pantalla el cubo acuático y los vídeos de los barcos, ya que también contaremos con los barcos que nos queden y las acciones que pueden realizar a los lados de la pantalla. De hecho, estos paneles se van dañando conforme batallamos, lo que le da un efecto interesante, aunque sea meramente temporal.
También contamos con una banda sonora que pasa sin pena ni gloria y unos efectos de sonido para los misiles que se quedan en correctos. En el ámbito estético en general, Hundir la Flota no es malo, pero tampoco es bueno. Es vistoso, aunque se nota que se podrían haber conseguido mejores resultados.
Mientras que en los aspectos técnicos no pasa de la corrección, en el ámbito jugable se nota un poco más de esfuerzo. Las partidas de Hundir la flota no son como las recordamos. En el juego de tablero un jugador dice una coordenada y el contrincante responde si el misil ha caído al agua o si ha tocado uno de sus buques. En cambio en esta nueva versión tendremos 3 puntos para lanzar misiles señalizadores y 3 puntos para lanzar torpedos reales. De esta manera, tenemos seis oportunidades por turno para encontrar alguno de los barcos.
Pero claro, estos puntos se acumulan si no se gastan, permitiéndonos utilizar alguna de las habilidades especiales de los barcos. Y es que cada una de la naves tiene capacidades únicas que se pueden activar con un número determinado de puntos de señalización o de ataque. Por ejemplo, el submarino puede activar el sónar por 6 puntos de señalización permitiéndonos saber lo que hay en una cuadricula de 3x4 en el territorio enemigo, iluminándose en verde las casillas donde se haya detectado un barco. Además, el mismo submarino, por 6 puntos de ataque, puede lanzar dos torpedos que cubrirán una fila y una columna a nuestra elección en el tablero enemigo, cubriendo 3 casillas por turno, deteniéndose solo en el momento en el que impacte con un buque enemigo.
Este es solo un ejemplo de lo que es capaz de hacer uno de los cinco barcos, ya que el destructor también puede lanzar minas o el portaaviones realizar ataques aéreos (que cuestan 7 puntos, pero merecen el gasto). Así se crea una mecánica de juego que nos permite disfrutar de partidas mucho más estratégicas e interesantes que aquellas jugadas con barcos de plástico. Además, estas capacidades especiales también hacen las partidas más rápidas, ya que cubrimos una mayor parte de la cuadrícula en pocos turnos.
Así nos encontramos con unas habilidades novedosas y que mejoran el juego ampliamente. Ahora bien, mientras que las partidas se hacen más cortas, las esperas para encontrar alguien online pueden ser eternas. Esto se debe a que hay pocos jugadores, aunque se puede jugar en la misma consola con un amigo. El problema de jugar contra un amigo es que se deben aleatorizar la posición de los barcos para que el contrincante no sepa donde están nuestros barcos, pero nosotros tampoco lo tendremos claro.
Aunque para aquellos que no puedan jugar online o no tengan con quien jugar en casa pueden disfrutar de un modo campaña. Este sirve para aprender los aspectos básicos del juego y nos presenta 30 misiones que siguen una "historia" en la cual nos vamos convirtiendo en un gran comandante. Este modo "campaña" tiene dos grandes fallos. El primero tiene que ver con algunas condiciones de los combates, ya que nos pueden obligar a darnos mucha prisa y no siempre vamos a tener suerte. Sin ir más lejos, la tercera misión nos dice que debemos terminar la partida en menos de diez turnos. Se puede conseguir, pero hay que tener cierta buena fortuna. Además de estas condiciones, a veces los contrincantes juegan con ventaja y se torna todo bastante complicado.
De hecho, a veces parece incluso injusto, dado que la IA nos vencerá cuando ella quiera. Generalmente no tarda mucho en encontrar nuestros barcos, pero en vez de ir a por ellos, comienza a lanzar misiles a lugares donde no estamos. Por lo menos esto pasa hasta que le hundimos un par de buques, momento en el que la máquina se pone seria y si nos descuidamos nos vencerá en tres o cuatro turnos. Es el mayor fallo que le vemos al modo individual del juego. Sigue siendo entretenido, pero saber que la espada de Damocles pende sobre nuestra cabeza y que caerá cuando la máquina quiera, es algo agobiante.
Hundir la flota no es un mal juego. Introduce novedades jugables divertidas que modernizan el juego clásico. Ahora bien, no destaca en absolutamente nada más, quedándose en un trabajo que está simplemente bien. Ubisoft y Hasbro tienen bastantes más medios que lo que presentan aquí. Aunque claro, es un juego bastante fiel a la saga y a los fans seguro que les encanta. El juego salió a al venta el 2 de agosto de 2016 para Playstation 4 y Xbox One.