Vamos ya camino de cumplir ocho años desde que, allá por 2011, RAGE llegara al mercado como la promesa de una nueva IP de id Software, el estudio responsable de dar forma al shooter moderno con títulos como Quake o DOOM. Sin embargo, lejos de sentar las bases de una nueva revolución para el género, RAGE pasaba más bien desapercibido, quedándose a medias con unas propuestas interesantes que caían en saco roto por fallos, principalmente, dentro del mundo abierto que presentaba la obra.
Pero, ahora, en pleno 2019 y con la octava generación de consolas dando sus últimos coletazos, a esta franquicia le llega una segunda oportunidad con RAGE 2, una secuela que busca coger las ideas de la primera parte y cumplir las promesas que esta hacía. Para ello, id Software ha contado con la ayuda de Avalanche Studios, creadores de alocados mundos abiertos como el de Mad Max o la franquicia Just Cause. Pero, ¿consigue la unión de estas dos desarrolladoras dar luz a la obra que los fans esperan finalmente? Acompañadnos en nuestro análisis de RAGE 2 para descubrirlo.
"La seriedad siempre fue amiga de los impostores" - Ugo Foscolo
RAGE 2 es un videojuego que antepone el humor, el dejar de lado la seriedad del videojuego como medio y sus potenciales consecuencias, el primar la diversión del usuario por encima de cualquier otro aspecto. Lejos de lo pretencioso de otros estudios y autores, id Software y Avalanche Studios entregan una obra honesta que, desde el primer minuto, nos deja las cosas claras: no has venido a aprender ni a descubrir nada; has venido a pegar tiros y hacer volar por los aires a cualquier cosa que se mueva. Y eso es perfecto.
Por supuesto que la industria del videojuego ha evolucionado, y es un paso adelante muy importante contar con obras capaces de remover algo por dentro como GRIS o sembrar la semilla de la duda acerca de cómo entendemos el mundo real como The Red Strings Club. Pero, de vez en cuando, no viene nada mal un videojuego descerebrado, que no se tome demasiado en serio a sí mismo y nos permita divertirnos sin mayores pretensiones. Y eso es precisamente lo que RAGE 2 busca; ¡y vaya si lo consigue!
La colaboración llevada a cabo entre id Software y Avalanche Studios es capaz de dar como resultado un título que es totalmente consciente de qué es y qué no es. RAGE 2 cuenta, por la parte que le toca a id Software, con un gunplay excepcional. La sensación de disparo es sobresaliente y, cada vez que apretamos el gatillo, el videojuego es capaz de transmitir una sensación de contundencia que plasma el retroceso, el peso del arma y la potencia del proyectil que enviamos directo a acabar con una vida, sea cual sea el arma que utilizamos para ello.
Pero lo mejor es que este gunplay se combina de forma excepcional con un sistema de habilidades, las cuales vamos desbloqueando a medida que avanza la obra, y que nos permiten realizar algunos movimientos especiales. Como ocurría en The Legend of Zelda: Breath of the Wild, el videojuego parece prever que los usuarios van a querer jugar con todo lo que propone y mezclar los sistemas de formas que, sinceramente, nunca llegué a creer que funcionarían. ¡Pero funcionan! ¿Quieres combinar una habilidad de estas con el efecto de un arma en concreto? Puedes hacerlo y, sorprendentemente, encontrarás una especie de sinergia que ni siquiera sé si estaba planeada o es fruto de una programación sobresaliente.
Así, el videojuego no solo nos reta a pegar tiros a todo lo que se mueve, sino que nos incita a explorar con todas sus posibilidades, a mezclar armas, habilidades y efectos para hacer frente a los peligros que nos echa encima mientras mantenemos un combo. Cada combate se convierte no en un enfrentamiento más que debemos superar para avanzar, sino en un folio en blanco en el que dar rienda suelta a nuestra cruel imaginación mutilando, cosiendo a balazos y haciendo explotar a todos los bichos que tengan la desgracia de cruzarse en nuestro camino.
Por otra parte, RAGE 2 es capaz de nutrirse mucho de la labor realizada por Avalanche Studios con el juego. Lejos de aquel mundo abierto en el producto original que nos dejaba más fríos que otra cosa, esta secuela cuenta con un páramo posapocalíptico que es de todo menos un desierto. El mapa está lleno de cosas que hacer, zonas que explorar para hacernos más fuertes, unos cuantos biomas visualmente distinguibles y, sobre todo, un diseño de niveles cargado de oportunidades para aprovechar los sistemas de juego de la propuesta.
Si cada enfrentamiento en RAGE 2 es un folio en blanco, el entorno que nos rodea son los lápices y rotuladores con los que dar rienda suelta a esta cruel imaginación a la que hacía referencia más arriba. Esta secuela es capaz de hacernos sentir como auténticos niños pequeños con un juguete nuevo. No solo es divertido darle el mismo uso que al resto de juguetes, sino que se encuentra entretenimiento en esa sensación de descubrimiento que tenemos al ir descubriendo cómo funciona este cacharro. Y, para nuestra grata sorpresa, las posibilidades de este juguete nuevo, de RAGE 2, son prácticamente ilimitadas.
"Nadie debería creerse perfecto, ni preocuparse demasiado por no serlo" - Bertrand Russell
Como bien establecía con anterioridad, RAGE 2 es un videojuego que, primero que todo, es consciente de qué es, de dónde están sus puntos fuertes y en dónde sus debilidades. Y, en este sentido, en un ejercicio de honestidad, los responsables de la obra ni siquiera se han preocupado por disimular los errores. El objetivo no es hacer un videojuego perfecto, sino hacer un videojuego divertido.
Como el estudiante que prefiere dejar la pregunta del examen que no se sabe en blanco para centrarse en hacer bien las que sí se sabe, RAGE 2 abandona algunos de sus apartados y los deja completamente de lado, dándoles la mínima importancia posible, en pos de ofrecer una experiencia centrada en lo que la obra hace realmente bien. Esto destaca, sobre todo, en la narrativa.
La historia de RAGE 2 es algo que, pese a contar con algunos personajes carismáticos que no resultan ni buenos ni malos, se ha dejado bastante de lado y apenas tiene importancia. Sirve más como excusa para ponernos a patrullar y justificar la existencia de mutantes y gente a la que debemos detener a base de tiros que otra cosa. Y no es para nada malo ya que, desde el principio, se relega a un segundo plano. No estamos obligados a ver cinemáticas de media hora intentando justificar nada porque, como ya he dicho, RAGE 2 no va de eso; aunque no habría estado de más aprovechar las buenas semillas que se siembran con personajes que bordean la línea que separa el bien del mal.
RAGE 2 va de disparar y volar cosas por los aires y, volviendo a lo que la obra de id Software y Avalanche Studios hace bien, nos encontramos con que han conseguido camuflar de forma excelente el hecho de que todas las misiones tengan un objetivo prácticamente idéntico. Todo en RAGE 2 se basa en ir a un lugar para matar a alguien, recoger algo o destruir algo, mientras que, por el camino tenemos que, como ya imagináis, matar gente, recoger cosas y destruir cosas. Pero, gracias a la variedad a la hora de afrontar las situaciones, al uso de vehículos y, sobre todo, al diseño de algunos jefes, hacer lo mismo una y otra vez no ha llegado a resultarnos repetitivo.
Sin embargo, no todo en la jugabilidad de RAGE 2 es perfecto y, cuando entramos en materia de misiones secundarias, nos damos de bruces con que el videojuego nos vuelve a tratar como los recaderos de turno. Ve aquí, gana esta carrera, destruye este nido y con todo ello consigue la simpatía de algunos líderes locales. La diversidad de misiones secundarias deja que desear y el diseño de estas es, directamente, pobre. Se nota que es contenido de relleno, más para alargar la experiencia y dejarnos decidir cuánto queremos completar que para tener peso por sí mismo.
Y también es destacable que, pese a la importancia que se le da a los vehículos en RAGE 2, apareciendo en diferentes misiones de forma obligatoria y siendo un medio de transporte que utilizamos a frecuencia, la sensación al volante no es para nada perfecta. Los controles de los vehículos, las físicas y la manera en que reacciona son, como mucho, aceptable, lo cual resulta toda una pena.
"El apocalipsis no fue más que el prólogo de otro capítulo sangriento en la historia de la humanidad"
Las premisas de RAGE 2 nos sitúan en un universo posapocalíptico diferente al de otras obras. El Yermo ya no es un yermo y, debido a la repentina aparición en la superficie por error de las cápsulas que guardan la vida, todo el mundo ha vuelto a avivarse con flora y fauna nunca antes vista. Así, la entrega cuenta con diferentes biomas que, si bien en algunos casos se asemejan a un desierto posapocalíptico, en muchos otros nos maravillarán con pantanos repletos de plantas y bosques abarrotados de exuberante flora.
Con todo ello, RAGE 2 se consolida como una obra visualmente muy espectacular. Los entornos, las habilidades y los efectos como explosiones e iluminación son capaces de hacer del videojuego un espectáculo visual. Y todo ello sin tener en cuenta el espectacular diseño que tienen todos los enemigos, adecuándose a propósitos jugables y estéticos. RAGE 2 es un producto que tiene muy claro lo que quiere hacer y lo consigue, desde lo jugable hasta lo visual, resultando una locura de diversión y frenesí en todos los aspectos.
El rendimiento es, por desgracia, un punto aparte que no da tan buenos resultados. La versión que hemos disfrutado es la de PC y, pese a contar con un ordenador que cumple los requisitos, la estabilidad de la obra no ha sido demasiado alta en nuestro caso. Algunos 'crashes' que obligan a cerrar y reiniciar el videojuego, caídas en la tasa de imágenes por segundo en ciertas zonas abiertas con explosiones y problemas con la IA son los principales fallos que nosotros hemos encontrado en este punto.
RAGE 2: Acción descerebrada sin mayores pretensiones
RAGE 2 no engaña a nadie y ni siquiera se esfuerza en intentarlo. Lo nuevo de Avalanche Studios con la ayuda de id Software es el equivalente en videojuegos a esa superproducción cinematográfica de acción en la que sabes que no vas a encontrar sorpresas ni una obra de arte, pero que aún así es capaz de resultar divertida de principio a fin. Y es que RAGE 2 prima la diversión ante cualquier otra cosa, y no tiene reparo en dejar de lado algunos aspectos con tal de asegurarse de que cualquier usuario pasa un buen rato pegando tiros y haciendo volar por los aires a cualquier cosa que se mueva en el juego.
Un gunplay de sobresaliente, sistemas que interaccionan y se combinan a la perfección y el reto de causar el mayor caos posible en un mundo lleno de cosas que hacer son los principales pilares de una obra que es exactamente lo que esperábamos de ella, desbordando calidad. Es cierto que se echa de menos una narrativa que aproveche más a los carismáticos personajes que se nos presentan con interesantes diálogos; pero no siempre más es mejor y, pese a algunos fallos, RAGE 2 cumple con creces su propósito. Una aventura descerebrada y alocada que tira de fuerza bruta para colarse entre lo más divertido de los últimos años. Un éxito en mayúsculas de Bethesda, id Software y Avalanche Studios.
RAGE 2 no engaña a nadie y ni siquiera se esfuerza en intentarlo. Lo nuevo de Avalanche Studios con la ayuda de id Software es el equivalente en videojuegos a esa superproducción cinematográfica de acción en la que sabes que no vas a encontrar sorpresas ni una obra de arte, pero que aún así es capaz de resultar divertida de principio a fin. Y es que RAGE 2 prima la diversión ante cualquier otra cosa, y no tiene reparo en dejar de lado algunos aspectos con tal de asegurarse de que cualquier usuario pasa un buen rato pegando tiros y haciendo volar por los aires a cualquier cosa que se mueva en el juego.
Videojuerguista, lector y cinéfilo desde que tengo uso de razón. Hablo de videojuegos, cine, series o lo que me dejen. Incondicional del RPG clásico, lo indie y el wéstern. Me gustan los números y puedes encontrarme con una raqueta en la mano.
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