Así es Blackwood, la nueva expansión de The Elder Scrolls Online

Os mentiría si dijera que no intento aprovechar cada oportunidad que se me presenta por delante para gritar a los cuatro vientos la enorme influencia que tuvo The Elder Scrolls IV: Oblivion en mi vida como jugador. No es para menos: la cuarta entrega de la saga de Bethesda fue aquella que me señaló con su dedo índice hacia una dirección que mostraba que los videojuegos pueden ser más que una forma de entretenimiento. Imaginad ahora el cosquilleo que me recorrió todo el cuerpo cuando los responsables de The Elder Scrolls Online anunciaron en su momento que elegirían partes de aquel título para construir la nueva gran expansión de su MMO.

Y, precisamente, Zenimax Online nos ofreció la oportunidad de deambular durante un rato por las ciudades y las localizaciones que acogen este nuevo DLC. Así y a golpetazos de una nostalgia que por momentos consiguió que se me parara el corazón y me transportara a una adolescencia en la que invertí más de un millar de horas en patearme todos y cada uno de los parajes de TES IV, pude echar un vistazo a aquellas novedades que Blackwood traerá consigo muy pronto a The Elder Scrolls Online. Y qué mejor momento que el presente para explicaros como el futuro cercano del MMO volverá a entrelazarse con el brillante pasado de la franquicia.

¿En qué consiste The Elder Scrolls Online: Blackwood?

Podría decir, tras haber presenciado algunas partes de este DLC de The Elder Scrolls Online, que Blacwood se conforma como una nueva obra de ingeniería por parte de Zenimax Online a la hora de darle a los recuerdos que tenemos del pasado un giro alternativo con el objetivo de que, cuando acudamos a nuestra memoria, aquellas imágenes de Oblivion sean algo distintas de lo que aquí podremos encontrar, eso sí, sin perder un ápice de la esencia que caracterizaba aquella obra.

Hablamos de que, mientras me quedaba absolutamente petrificado al vislumbrar como la ciudad de Leyawin de esta expansión es exactamente idéntica a la de TES IV rincón por rincón, los responsables del MMO han aprovechado para contar nuevas historias dentro de los límites de la región al recurrir a un elemento tan rotundo como evidente: el paso del tiempo.

La cosa es que no debemos olvidar que los sucesos que tienen lugar aquí ocurrieron miles de años antes que los de Oblivion, por lo que Zenimax ha tenido que ingeniárselas a la hora de modificar partes de la región para que estos cambios sirvan de precuela a todo lo que ocurría en la cuarta entrega de la saga. Por ejemplo, cerca de Leyawin podíamos ver una cueva completamente inundada en TES IV que en The Elder Scrolls Online podremos recorrer de cabo a rabo al no encontrarse inundada todavía, lo cual nos deja con un espacio para añadir lore y contexto al universo de la franquicia sin precedentes.

Tanto es así que muchas de las partes de la ciénaga negra que no podíamos explorar en Oblivion al encontrarse más allá de los límites invisibles de su mapa si cuentan con una gran presencia en esta expansión; logrando así que esta no se conforme solo como un viaje al pasado, sino como una travesía a un pasado que sabíamos que estuvo ahí, pero que no habíamos podido recorrer hasta este momento.

Pero no todo es ambientación en relación a los añadidos de Blackwood a The Elder Scrolls Online, ya que Zenimax Online no ha querido desaprovechar la ocasión de valerse de algunos de los elementos más icónicos de Oblivion con el objetivo de introducir nuevos sistemas jugables en el MMO como, por ejemplo, los portales a las fauces del reino de los daedra.

Con esto último nos referimos a que el estudio dará la oportunidad a los jugadores de entrar por uno de los portales a Oblivion para disfrutar allí de un breve paseo rodeados de demonios que matar y botín que saquear. Todo ello encorsetado en una especie de mazmorras en miniatura que, además, aparecerán de manera completamente aleatoria por la región de Blackwood.

Según nos comentaron desde Zenimax, la intención que posee el estudio tras esta decisión de randomizar la aparición de los portales tiene que ver con ofrecer nuevos contenidos que sean accesibles para todos y que no requieran de una enorme preparación de equipo para afrontar un gran reto: los portales son una manera de hacer algo diferente de forma puntual mientras exploramos la región y, de paso, poder hacernos con piezas de equipamiento concretas.

Esto último no quita, por otro lado, que Blackwood no introduzca grandes retos en forma de nuevos jefes finales para aquellos jugadores más experimentados, al igual que el típico conglomerado de nuevos sets de equipamiento con el que personalizar aún más a nuestro avatar y, por supuesto, mejoras inéditas en el rendimiento del juego en todas sus plataformas para poder disfrutar de su experiencia tanto en las plataformas de la pasada generación como de la recién estrenada.

¿Merece la pena esta expansión de The Elder Scrolls Online?

Llevo un rato devanándome los sesos intentando buscar una serie de sombras que sirvan como contraargumentos a lanzar un rotundo ''sí'' a esta misma pregunta. Pero con cada esquina que doblaba por Leyawin, con cada oportunidad de conocer más del mundo que Oblivion no mostraba y con cada portal al reino de Dagon que aparecía por el escenario se desvanecían cada vez más esos intentos nada fructíferos de establecer una discusión interna que diera pie a una conclusión distinta.

The Elder Scrolls Online: Blackwood es más para aquellos que necesitan más del MMO, pero también lo es para aquellos que no se han envalentonado lo suficiente aún como para darle una oportunidad y siguen inmersos en una ensoñación provocada por el juego de 2006. Este gran DLC es un puente para unir ambas comunidades y, sobre todo, para que aquel sueño en el que Uriel Septim aseguraba contemplar nuestro destino en las estrellas vayan más allá de los desvaríos de un viejo monarca demente y su legado vuelva a posarse sobre los cielos de la ciénaga negra.