Hace algo más de tres meses, desde Areajugones nos hicimos eco de un caso por el cual se destapaba que Rockstar había estado, supuestamente, hasta 10 años sin pagar un solo impuesto en Reino Unido. No solo eso, sino que además la empresa había hecho uso de lo conocido como 'Video Game Tax Relief' para ahorrarse más de 40 millones de libras en costes de producción. Ahora, se descubre que otras grandes marcas como Sega y Sony habrían estado sacando provecho de esa misma política.
Hay que destacar, pese a las circunstancias de la ocasión, que la acción empleada por dichas marcas en cuanto a la Video Game Tax Relief no supone una infracción de ningún tipo, pues se encuentran en su pleno derecho. El único problema es que el dinero devuelto a dichas compañías, y otras sin especificar -a excepción de WarnerMedia-, se ha realizado al respecto de proyectos que poco o nada tenían que ver con Reino Unido, siendo la preservación e impulso cultural de dicho territorio el principal baluarte de tal política. Esto, lógicamente, ha generado una polémica recogida por el medio The Guardian.
Acorde a dicha publicación, Sony se habría ahorrado hasta 30 millones de libras en desarrollo, mientras que Sega y WarnerMedia habrían hecho lo propio con 20 millones y 60 millones de libras respectivamente -siendo, pues, los poseedores de LEGO, Batman: Arkham y demás los que más partido han sacado de ello-. Esta política, vale la pena resaltar, permite a las compañías recibir el 20% del coste total de producción de un videojuego, motivo por el que desde su introducción hace 5 años se ha convertido en un bote salvavidas para muchos emprendedores británicos del sector.
Rockstar, siendo esta una de las mayores compañías que existen en la industria de los videojuegos, posee una gran variedad de sedes repartidas por todo el mundo. Una de las principales para con el desarrollo de títulos de la...
A pesar de que, como se indica, esta política es crucial para los proyectos más pequeños, son en realidad aquellos de mayores dimensiones los que más beneficio sacan de la misma. Prueba de ello se encuentra en que las reclamaciones realizadas por un valor inferior al de 50 mil libras acabaron suponiendo solamente 10 millones de los 324 disponibles para el proyecto -estando el resto lógicamente destinado a grandes nombres-. De esta forma, sumado esto al anteriormente mencionado caso de Rockstar, comienzan a surgir dudas en torno al formato por el cual se aprobó la ayuda a videojuegos.
En este punto, la Video Game Tax Relief se ha convertido en un apartado de discusión entre aquellos que ven innecesaria la ayuda económica a marcas como Sony o Sega y los otros que la creen indispensable para seguir haciendo de UK un lugar referencia en la industria de los videojuegos. Veremos, pues, cómo evoluciona el presente caso, pero parece poco probable que dicha política vaya a permanecer en el mismo estado que presenta actualmente.
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