A menudo las esperanzas que los espectadores ponemos en algunos de los estrenos más esperados del año son tristemente infundadas. Ya sea por una trama insostenible, unos personajes demasiado predecibles o por un guión pésimo no sería la primera vez que algunos de los proyectos más prometedores acaban resultando ser películas tirando a flojas. Sin embargo, es importante tener claro que existen películas que, aún no llegando a la altura de la calidad esperada, consiguen ser un completo éxito de taquilla, que es precisamente lo que ocurre con "San Andrés".
"San Andrés" nos presenta una película de magnitudes apocalípticas en la que la inestable falla de San Andrés comienza a rugir por todo el ancho y largo de la Costa Oeste de los Estados Unidos, situación que conseguirá crear el pánico entre los habitantes de todas las ciudades y pueblos afectados, así como provocar tremendos daños en algunas de las infraestructuras más importantes y básicas de dicha zona.
Con esa presentación de trama, ya bastante explotada en el mundo del séptimo arte, se nos presentan unos personajes, cuanto menos llamativos que tendrán que hacer todo lo posible por sobrevivir a los fenómenos sísmicos que se experimentan en torno a toda la zona afectada.
El encargado de encabezar este reparto, con algunos nombres bien conocidos en la industria del cine norteamericana, es el actor de moda del momento Dwayne "La Roca" Johnson, actor conocido por sus papeles en "La momia", "El Rey Escorpión" o recientemente sus apariciones en la saga "A todo gas". Junto a La Roca un par de veteranos del séptimo arte como Paul Giamatti ("Templario" o "El ilusionista"), que tendrá un papel poco mayor al de un cameo, y Carla Gugino ("Watchmen" o "Sucker Punch") unen sus nombres a los de los protagonistas más jóvenes de la película, la atractiva Alexandra Daddario ("Percy Jackson" o "True Detective"), Hugo Johnstone-Burt y Art Parkinson (conocido por dar vida a Rickon Stark en la serie "Juego de Tronos").
La película nos presenta a una familia que está pasando por una pésima situación. Una mala experiencia en el pasado ha creado una brecha insuperable entre los miembros adultos de la familia y ha acabado sumiendo a los padres y a la hija en una época bastante dura.
El personaje de Johnson, Ray, es jefe de rescate de la unidad de salvamento aéreo en la ciudad de Los Angeles, un puesto que sin duda será de gran utilidad para los acontecimientos que tendrán lugar a lo largo de la película. Por otra parte, los papeles de Gugino y Daddario, Emma y Blake, son algo más planos, sobre todo el de Gugino, que se pasa prácticamente toda la película a la espera de ser rescatada.
En el momento de comenzar la ecatombe, los tres personajes principales de la trama se encuentran en ciudades distintas, bastante alejadas las unas de las otras, situación que complicará la tarea de rescate por parte del experto de la familia, Ray. De esa manera, Ray comenzará una carrera a contrarreloj para salvar a su ex-mujer y a su hija, que se encuentra en San Francisco con el actual novio de su madre.
A medida que avanza la trama, los personajes van abriéndose y evolucionando poco a poco. Se reviven malas experiencias pasadas, conectan como no lo habían hecho desde hacía años y consiguen comenzar a entender cuales fueron los motivos de ese distanciamiento emocional, lo cual acabará teniendo sus frutos positivos.
La decisión por parte del estudio de poner al frente de un proyecto tan ambicioso como es "San Andrés" a un director que por el momento solo ha tenido dos incursiones en el largometraje, y en ambas ocasiones con películas de comedia familiares como pueden ser "Viaje al centro de la tierra 2" y "Cómo perros y gatos 2", no ha sido la más acertada. Si bien eso no quiere decir que Brad Peyton no valga para la dirección cinematográfica, sí se nota mucho que la visión de la historia que este realizador ha seguido no ha sido la más acertada, lo cual ha mermado la calidad del resultado final.
Si a eso le sumamos una historia poco original, que prácticamente calca los elementos de las típicas películas sobre desastres naturales, y las introduce sin ton ni son en la película, buscando únicamente resaltar más aún una historia que cojea, es evidente que el resultado no será tan bueno como se podría esperar.
Incluso el guión, pobre desde el primer momento, y que de haberse realizado de otra manera quizás habría conseguido salvar algunos puntos de la historia, se acaba convirtiendo en un arma de doble filo que daña el resultado final de la película.
Todos estos elementos acaban haciendo de la película justo lo que puede parecer a priori, una película de auto bombo que solo busca acrecentar el ego de sus protagonistas y convertirlos en los ideales de héroes americanos. La película bien podría parecer el típico anuncio de todoterreno convertido en blockbuster y protagonizado por La Roca. Esta referencia la hacemos porque, la igual que en un anuncio automovilístico, Johnson no tendrá reparo en trepar, pelear, llorar, pilotar aviones, coches o lanchas, hacer frente a terremotos, derrumbamientos o incluso tsunamis.
Por eso podríamos decir que la película trata de recopilar todos los fenómenos naturales destructivos que podían incluirse en una película de dos horas de duración. No conformes con tener que hacer frente a un terremoto por toda la Costa Oeste, llegan a ser hasta dos terremotos con puntuaciones superiores al 9 en la escala Richter. Y si luego encima incluyen tsunamis, enfrentándose a cualquier realidad científica posible, se hace evidente que han intentado llamar la atención del espectador haciendo mucho ruido para muy pocas nueces.
Sin embargo, no todo es malo en esta película. Como todo en este mundo la nueva película de La Roca también tiene algún que otro punto a favor, que por supuesto tendremos que mencionar.
La grandeza de este filme, que es lo que la hace tan llamativa para el público, es la calidad de los efectos especiales utilizados para la película. En ese aspecto la película está a años luz de otras películas sobre desastres naturales como la cinta de Roland Emmerich "2012". El realismo con el que parecen estar cayendo los edificios, separándose la tierra o incluso incendiando o inundando algunas de las ciudades más conocidas de Estados Unidos es terrorífico. La visión de esas escenas da auténtico miedo, es abrumador.
Dejando de lado que podemos hacernos a la idea de que buena parte de ese presupuesto desorbitado se ha ido en los efectos especiales y los sueldos de los protagonistas de la película, hay que presuponer que cuando quisieron llegar a pensar en el guión y la trama del proyecto se habían quedado casi a cero. De ahí que la historia sea tan forzada y predecible.
Sin embargo, y para sorpresa del espectador, es un fenómeno inexplicable que la primera hora de la película se pasa en un suspiro. Quizás sea por la atención del espectador, las altas expectativas o lo llamativo de algunos planos, que el espectador no se percata del tiempo hasta que ha entrado en la segunda mitad de la película. La otra mitad, por desgracia, ya es otro cantar; el espectador se hace consciente de la previsibilidad de la película y comienza a contonearse en la butaca deseando que llegue por fin el desenlace de la película.
Con todo esto, la película no es mala. Simplemente se ha buscado hacer taquilla segura manteniendo los ingredientes perfectos que gustan al espectador; dejando la innovación y la experimentación al margen. Esa falta de interés por profundizar en una historia es lo que acaba sepultando la propia película, convirtiéndola en mera rutina. Y si a eso le sumamos ese interés por engrandecer a toda costa la figura de sus protagonistas, es predecible el resultado final que tendrá "San Andrés".
A pesar de ello, la película ha arrasado en la taquilla de todos los países en los que se ha estrenado, como seguramente acabe haciendo también aquí en España. Y aunque no sería nuestra recomendación predilecta para los lectores, hay que reconocer que los fans de la destrucción por destrucción estarán satisfechos. Además de que como película de acción resulta bastante entretenida, sin más.
4,5/10
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