Cuando allá por el lejano 9 de septiembre de 2014 se lanzó la primera entrega de Destiny muchos tenían en la cabeza las declaraciones de Bungie sobre la vida útil que iba a tener el ambicioso proyecto multijugador. En su lanzamiento se llegó a decir que aquel juego iba a contar con contenido para los siguiente 10 años, algo que nadie llegó a creer nunca completamente. ¿Se puede realmente proporcionar contenido durante tanto tiempo a un solo videojuego sin sentir un agotamiento por parte de los jugadores? ¿Se ha conseguido con Destiny 2?
Recuerda que al final del día una bala es la solución a todos tus problemas
Cayde-6
El tiempo acabó por demostrar que aquello era un proyecto inviable y al tercer año de Destiny 1 se anunció el lanzamiento de su secuela. Tres años con sus respectivas expansiones y altibajos en contenido, pero tres años que sirvieron para crear una Comunidad enorme de fieles jugadores. El 28 de agosto de 2017 se lanzó Destiny 2, y entonces ya no se aventuró nadie a decir cuál sería su extensión en el tiempo. Sin embargo, de nuevo el capricho del destino ha querido que vuelva a ser el Año 3 el que ponga contra las cuerdas a Bungie.
Si tuviesemos que escoger un momento clave dentro de estos tres años de Destiny 2, uno de los más importantes fue sin duda cuando Bungie adquirió los derechos totales de su obra y logró separarse de Activision. Durante años, la comunidad de jugadores había estado culpando a Activision por el mal estado que tenía Destiny 2, sobre todo por la presencia constante de expansiones de pago, reciclando contenidos de la anterior entrega que habían sido eliminados para esta secuela, sobre todo la inexplicable desaparición de Las Pruebas de Osiris. Con la consecusión de la independencia de Bungie, Destiny 2 tomó un nuevo rumbo dentro de su planteamiento de contenidos, sobre todo escuchando a sus usuarios.
Tomando como referencia otros títulos multijugador del momento, Bungie decidió implementar un sistema de Temporadas muy similar al visto en títulos battle royale, con recompensas gratuitas y otras reservadas para aquellos que adquiriesen el pase de batalla completo, que al aceptable precio de 10 euros añadía una mayor cantidad de objetos y actividades. Por otra parte, y tomando de nuevo como referencia a otros estudios, convirtieron Destiny 2 en un título Free to Play dentro de su juego base, buscando así llamar la atención de jugadores que nunca se habían acercado a la franquicia.
La maniobra funcionó y Destiny 2 engrosó su número de jugadores, manteniendo una actividad constante de contenidos durante temporadas que duraban tres meses, incluido el regreso de las ansiadas Pruebas de Osiris. Bungie había logrado encontrar un sistema que le permitía introducir contenido de manera progresiva, había recuperado jugadores y el modo competitivo por excelencia había regresado. Sin embargo, y como si fuese parte de un maleficio, el Año 3 de Destiny 2 ha supuesto una recaida en los males del pasado.
Con la perspectiva del tiempo, los jugadores comenzaron a echar de menos aquellas grandes expansiones repletas de contenidos, puesto que el lanzamiento de Bastión de Sombras fue algo meramente anecdótico y de ninguna manera similar al tamaño del lanzamiento de Los Renegados. El nuevo modelo económico adoptado por Bungie le permitía tener un mayor control sobre el lanzamiento de contenidos, pero también es cierto que le proporcionaba un menor nivel de ingresos. Por esta razón, el primero de los problemas en aparecer fue el de la falta de contenido para las temporadas.
Eventos como el de Fundación Empírea estaban basados en la repetición constante de actividades para donar materiales, algo que comenzó a cansar a los jugadores, y la modalidad Pve del título multijugador se estaba estancando. Apenas había razones para hacer Ocasos y Asaltos, y los jugadores echaban en falta nuevas incursiones, ya que esto había sido uno de los pilares de la anterior entrega.
Otro de los grandes problemas surgió en Las Pruebas de Osiris, donde los jugadores comenzaron a sufrir grandes desequilibrios dentro de las partidas competitivas. Armas con un poder destructivo excesivo, recompensas poco desafiantes y sobre todo la aparición de tramposos en PC, algo que hizo descender notablemente el número de jugadores en dicha plataforma. Bungie comenzó a ver como los fantasmas del pasado volvían a azotar a la franquicia Destiny, con un Año 3 irregular que además coincidia con la cercanía de una nueva generación de videoconsolas, lo que llevó a muchos a pensar en un posible desarrollo de Destiny 3. Así se llegó a un punto clave donde se tenía que optar por una solución, y es cuando Bungie ha decidido buscar una nueva Luz para Destiny 2.
Mientras buena parte de la Comunidad esperaba el anuncio de una nueva entrega, Bungie decidió dar un golpe sobre la mesa y presentó Más Allá de la Luz, una nueva expansión que saldrá este mes mes de noviembre y que promete ser la resurrección definitiva de Destiny 2. Esta nueva expansión será un regreso a los orígenes en toda regla, con la desaparición de muchas de las localizaciones que llegaron con Destiny 2 para dejar su sitio a zonas y actividades de la anterior entrega.
El factor nostalgia estará a la orden del día con el regreso de incursiones clásicas de Destiny 1 como La Cámara de Cristal. La propia Bungie reconoce en un artículo publicado en su web oficial que "En vez de crear un Destiny 3 y dejar Destiny 2 de lado, cada año vamos a sacar el contenido más antiguo y menos activo del juego en línea y lo vamos a colocar en lo que hemos denominado almacén de contenido de Destiny".
De esta manera, la nueva filosofia de Bungie convierte la franquicia en una especie de depuración de contenidos, donde algunas cosas desaparecerán para dejar paso a otras actividades del pasado, y estas con el tiempo se irán para dejar su hueco a otras. De esta manera, con el inicio del Año 4 se recuperará el Cosmódromo de la anterior entrega y asaltos de la susodicha. Desde la compañía han asumido que el gran problema de Destiny 2 ha sido obsesionarse con incluir contenido nuevo que fuese haciendo más grande el juego, y para intentar revertir la situación han decidido frenar la expansión del juego para intentar centrarse en alimentar la franquicia con contenidos de la propia franquicia.
Al inicio comentábamos que cuando Destiny debutó la intención de sus creadores era mantenerlo con vida hasta un total de 10 años, algo que como hemos visto no se logró. Con Destiny 2 parecía que iba a repetirse el ciclo de tres años que ya se había vivido en el pasado, pero desde Bungie han tomado la decisión de convertir Destiny 2 en su proyecto a largo plazo. No solo con el lanzamiento de Más Allá de la Luz, sino que adicionalmente han confirmado que en 2021 y 2022 habrá nuevas expansiones que recibirán el nombre de The Witch Queen y Lightfall. Esto es toda una declaración de intenciones que llevará a la secuela, como mínimo, hasta su Año 6, el doble de duración que la primera entrega de la franquicia, decisión que viene acompañada de la confirmación de una versión para la próxima generación de videoconsolas de este Destiny 2.
Bungie ha decidido no rendirse con Destiny 2, cuando lo fácil habría sido abandonar este proyecto y empezar uno desde cero con una nueva entrega. La decisión denota una gran valentía dentro del Estudio, y llevará un gran trabajo gestionar el almacén de contenido para mantener activo el universo Destiny. Todas las carencias que hemos comentado al inicio del artículo intentarán tener su solución, ya que regresarán incursiones de la anterior entrega junto a incursiones de las expansiones, el Crisol tendrá una nueva oportunidad de la mano de la nueva subclase que llegará en noviembre, además de una nueva reinvención de Las Pruebas de Osiris, con una mejora de las recompensas y el compromiso de Bungie de batallar contra los tramposos. La intención está ahí y desde luego no se podrá decir que los desarrolladores no estén poniendo de su parte para ofrever el mejor juego posible.
De momento, nos queda esperar al lanzamiento de Destiny 2: Más Allá de la Luz el próximo 10 de noviembre de 2020. Será ese el momento en el que podremos comprobar si el inicio del Año 4 rompe el maleficio y la Luz finalmente gana su batalla contra las Sombras.
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